capítulo 38.

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MARATÓN 1/3
Recta final

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Minho aflojó su corbata y se sacó los zapatos para tomarlos y subir las escaleras hasta su habitación. Abrió la puerta de su recámara y dejó sus zapatos a un lado de la cama.

― Llegaste...

El mayor asintió con una ligera sonrisa y se acercó al hombre de ojos dorados, tomó asiento a su lado en la cama.

― ¿Cómo les fue?

Seungmin dejó el libro que leía en la mesita de noche a su lado y se quiso levantar de la cama pero Minho lo detuvo por los hombros.

― Con cuidado. ― Reprochó.

Seungmin suspiró y volvió a colocar su espalda contra la almohada apoyada en el cabecero de la cama. Minho dejándolo así se apartó un poco y también se recostó contra el cabecero.

― ¿Entonces? ¿Qué pasó?

― Ah... Estuvo mal, ella no quiso ceder, supongo que las cosas serán más difíciles a partir de ahora.

Minho mostró una cara de desilusión, Seungmin abrió la boca y alzó la cejas.

― ¿Cómo? Pero- pero todo ya estaba listo y-

Minho soltó una carcajada que calló al menor.

―¿De qué te ríes?―Arrugó el entrecejo y formó un pico en sus labios.

― Era broma, perdón. ― Giró su torso para verlo mejor y posó una mano en su gran estómago. ― Todo salió muy bien, ella cedió ante las pruebas que le mostramos, hasta pareció sudar frío, ja... al parecer no fue necesario llevarlo tan lejos, dijo que no quería escándalos al rededor de su empresa, así que me dejó renunciar y dijo que no me impediría tomar otro trabajo, no se metería en eso.

Seungmin se acercó para recostarse contra el amplio torso de su pareja y Minho rodeó con una mano sus hombros mientras besaba su frente.

― Lalisa dijo que debía pagarme lo que me estuvo descontando todo este tiempo o la denuncia la haría pública y mancharía su nombre, obviamente Eunchae no quiso eso, y me pagó. El cheque está en mi maletín.

Como puede ver, tiene todas las de perder. Sus socios no querrán saber de usted si este caso se hace público y llevamos esto frente a un juez, sabe que perderá.

Lalisa terminó de hablar y se sentó nuevamente al lado de Minho. Estaban en la oficina de Park Eunchae junto al abogado de esta.

¿Entonces qué dice? Podemos llegar a un acuerdo sin que esto manche su nombre, ¿No cree?

Eunchae parecía nerviosa, pero no lo expresaba, Minho lo deducía por su lenguaje corporal. Y su abogado no se quedaba atrás. Ambos se miraron, el hombre se acercó a ella y le susurró algo al oído, a lo que ella resignada asintió levemente.

Bien, cumpliré sus pedidos, pero si esa denuncia sale al público-

No pasará, a menos que usted nos dé razones para ello. El rostro de Lalisa era serio pero su forma de hablar burlesca.

Tenía a la mujer en la palma de su mano.

Todo resultó a su favor, Minho no podía dejar de agradecer a su hermana por la ayuda a pesar de que resultó más fácil de lo que pensaban.

Esa mujer es como un niño que roba un dulce pero cuando es descubierto solo sabe llorar.

Ambos salían por la puerta principal de la empresa, completamente satisfechos.

Es solo una mujer resentida, que discrimina a los hombres doncel porque uno le quitó s su marido. Que idiotez. Dijo ella mientras subía a su auto con Minho de copiloto. En fin, ganamos. Volteó a ver a su hermano, satisfecha.

Ganamos. Asintió Minho con una sonrisa. A Seungmin le gustará oír la noticia.

Ya lo creo, hermano.

Arrancó su lujoso automóvil.

Seungmin acarició su pecho. ― Ya me había preocupado.

― No lo hagas, no te preocupes, con ayuda de Lalisa resolvimos ese problema, todo está bien. ― Retiró la sábana del estómago de Seungmin y levantó su camiseta, ahora acariciando con libertad la suave piel. ― Además, debes estar calmado, Chan dijo que en dos semanas está programado el parto. ― Sintió una patadita en su mano y sonrió junto a Seungmin.

― Lo sé... No lo puedo creer, ya pronto tendré a mis bebés. ― Sus ojos dorados se llenaron de lágrimas que se desbordaron. ― Ay, perdón, estoy muy sensible. ― Limpió sus lágrimas.

Minho sonrió con ternura, cubrió nuevamente al menor y lo acurrucó entre sus brazos.

― Estamos bien.

Por un momento quedaron en silencio, disfrutando la compañía del otro.

― Ahora estás desempleado, Minhonnie. ― Se separaron un poco para mirarse.

― Lo sé, pero no te preocupes, con el dinero que me dio esa mujer, estaremos bien por esta semana y la que viene.

― ¿Y cuando tengamos a las niñas? ― Lo miró con preocupación.

― Conseguiré un trabajo para ese entonces, de eso no hay duda. Yo me encargo de todo, no te preocupes.

Seungmin acarició su mejilla y observó sus ojos verdes, suspiró y volvió a recostarse en su pecho. A los pocos minutos quedaron ambos dormidos.

✹✹✹

gracias por leer<3

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