Descendimos por una de las islas, en dónde se encontraban los restos de un fuerte con casas alrededor. El lugar parecía haber sido abandonado durante algunos años, pero no lo suficiente para comenzar a derrumbarse. El dragón nos dejó en tierra y se fue para sobrevolar la zona por sugerencia del castaño.
— Esto es Berk — alzó los brazos hacia el fuerte, que mantenía figuras de madera talladas a mano que simulaban ser cabezas de dragones — el reino que conducía a los humanos hacia el mundo de los espíritus del fuego y que tomó el lugar como protector de dragones.
Miré con detenimiento cada uno de los detalles del lugar, segura de haberlos visto antes, la familiaridad que me transmitían a pesar de nunca haber estado ahí era extraño.
— Yo también ví el polo — regresé a verlo en seguida, tratando de descifrar a lo que se refería — un par de veces — dijo dudoso — y Arendelle, ¿eres de ahí, no es así?
Asentí con la mirada.
— Dicen que las almas gemelas estamos conectadas de distintas maneras — explicó ante mi notable confusión — no sólo es el vínculo que se crea al verse por primera vez, son...
— ...sueños.
Terminé la oración.
— Así es — sonrió de lado, aliviado de que finalmente lo entendiera — de vez en cuando soñaba con un enorme castillo, vestidos y una dulce canción de cuna — canción que supuse, pertenecía a mamá — pero luego eso cambió por el fuerte y armas, con los guardianes alrededor de ti — bajó la mirada — sé que la canción de cuna jamás volvió a sonar y que... — negó con la cabeza — y que casi perdía a mi alma gemela en Ahtohalland.
Sentí mi corazón encogerse, era la primera vez que usaba un tono curiosamente tierno para referirse a mí de ese modo, siempre buscaba la manera de molestarme con eso pero está vez era diferente y no sabía explicar por qué exactamente así que me mantuve en silencio, analizando todo lo que trataba de decirme, también yo había visto cosas entre sueños, recordaba haber soñado al fuego consumirse durante horas, igual que lo que parecían ser criaturas gigantescas a las que no podía ponerle nombre porque aparecían como sombras que se desvanecían al querer enfocar mi vista en ellas, pero nunca le comenté a nadie, más que a mi madre, que sólo asentía con una media sonrisa.
Y sin mentir puedo decir, que la conexión que las almas mantienen antes de encontrarse me resultaba extraordinaria en ese momento, sin duda era hermoso darme cuenta de como dos personas podrían estar tan unidas sin haberse hablado o conocido siquiera, esperando el momento para finalmente ser uno solo, aunque en nuestro caso jamás podría ser.
— ¿Quieres ver el lugar?
Preguntó con entusiasmo.
— ¿Dónde están todos?
Me arrepentí de preguntar enseguida cuando en su cara comenzó a reflejarse el nerviosismo y el dolor que la respuesta parecía provocarle.
— No son los únicos a los que Pitch planeó destruir— aclaró su garganta — no estuve con él por gusto, T/n.
Su voz se quebró y en sus ojos las primeras lágrimas se asomaron, por un momento me olvidé de quién era el chico frente a mí y por qué le guardaba tanto rencor, así que me abalancé sobre él para abrazarlo, lo que provocó en mi una sensación de calidez que sólo había llegado a sentir con una sola persona, Jack.
Oh, mi dulce Jack...
Quise romper el abrazo al recordar que quizá sólo era otro tonto impulso generado por tener a mi alma gemela cerca, igual que el que sentí al no querer dejarlo sólo con Pitch o cuando casi salgo del escondite por creer que se encontraba en peligro, pero el castaño sintió la suficiente confianza para echarse a llorar, soltando pequeños sollozos, con su cara hundida en el espacio que quedaba entre mi hombro y mi cuello, aferrándose a nuestro abrazo.
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Dulce Tormento (Hipo, Jack y Tú)
FanfictionSiempre detesté al maldito sistema de "las almas gemelas" y su incesante capacidad para joderlo todo, pero nada superaba mi repulsión hacia aquél chico de ojos verdes que, más que traer felicidad a mi vida, sólo trajo problemas. - Sabes que no puede...