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-¿Ya estás, Carlitos?- pregunto Einar llegando a la celda del castaño. Este dejo de ver la foto que tenía en sus manos y la hecho en su bolso. Volteando a ver a el rubio con un poco de enojo.

-Ya te dije que me llamo Carl, no Carlitos.- recalcó mientras se colgaba la mochila y salía de la celda. Camino hacia el patio de la prisión, siendo seguido por el contrario.

-Vamos, se que te gusta que te llame asi. No puedes negarlo.- una sonrisa burlaba se posaba en sus labios mientras le daba leves codazos al otro niño.

-Lo único que no puedo negar es que eres un fastidio- el del sombrero de sheriff camino aún más rápido, con intenciones de alejarse del rubio.

-¡Se que me quieres, Carl Grimes!¡Algún día vas a admitirlo!- grito desde su lugar al castaño, quien ya estaba un poco lejos.

-¡Cuando esté muerto!- le respondió de regreso el grimes menor, sacándole un carcajada al otro.

Se encamino a paso lento al patio de la prisión, ya habia dejado su mochila en el auto, y estaba ahora solo contemplando el lugar. Este plan podía, o salir muy bien, o muy mal, pero en su mente no había la palabra rendirse. El tenía fe de que ganarían, aunque no hubieran estado nunca en una guerra, sabían dejenderse y no cederían ante alguien como el gobernador, eso no estaba en sus planes.

Al llegar al patio al primero que vio fue a su padre con Carol cerca de su moto. Ambos mayores voltearon a verlo, este solo les sonrió pero más salió un mueca. Los recuerdos de Merle seguían pasando por su mente y sus ojos seguían inchados por lo mucho que habia llorado la noche anterior.

Recordaba las palabras de su tío antes de irse y el arrepentimiento por no detenerlo lo carcomía vivo. ¿Talvez si el lo hubiera detenido Merle seguiría vivo?, de todas formas Merle hubiera buscado la forma de hacerlo, irse. Y aunque no era la culpa del menor, el lo sentía así, y esa presion estaba en su pecho desde que se enteró que se había ido a por el gobernador.

-Hey, Einar. ¿Estás bien?- pregunto Beth llegando a su lado, este simplemente asintió. Ella le dedicó un pequeña sonrisa.- Ven, ya todo está listo. Es hora de irse.-

Ambos caminaron hacia el auto donde habian colocado las mochilas y los bolsos. Beth se subió en la parte de atrás con Judith, no sin antes que el padre de la niña se despidiera de ella. Y cuando el rubio se iba a subir tambien al vehiculo, un llamado lo hizo detenerse.

-Einar- Daryl caminaba hacia el con una expresión tranquila pero el niño pudo notar que no estaba de esa manera. Sabía lo mucho que le habia afectado la perdida de su hermano, al igual que a él, solo que el mayor trataba de ocultarlo.

-¿Si?- miran curioso a su progenitor, el no era mucho de palabras.

-Lo de Merle....No es tu culpa. Se que te sientes culpable, te conozco a la perfección, eres mi hijo. Mi sangre y se cómo te sientes, pero no es tu culpa. Merle tomo su decisión por su cuenta y no había modo de quitar esa idea de su cabeza, era un terco de mierda.- el menor rio levemente. Si que lo era.- Solo...quería decirte que no te preocupes, no es culpa tuya, no sabías lo que él haria, nadie lo podía saber. No te tortures más.- una sonrisa triste salió de los labios de el niño y rápidamente abrazo a el hombre frente a el.

Let's Survive TogetherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora