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Agarro una sudadera de las que había en el armario de ese cuarto que parecía de un chico de su edad, agradeció internamente a las personas que dejaron esa ropa ahí. Se quito su antigua sudadera la cual estaba llena de sangre, y se colocó la limpia. Era una sudadera simple, de color azul claro pero en las mangas cambiaba a un tono más oscuro.
Cuando estuvo listo salió de la habitación y bajo las escaleras dando saltos, no se podía negar que su estado de ánimo había cambiado para bien desde que llegó con Michonne a la casa donde estaban Rick y Carl. Se sentía más relajado, como si un peso se quitará de sus hombros al ver a los Grimes por la ventana de la casa.
Entro al comedor, dónde se escuchaba que alguien estaba. Al ingresar al cuarto vio al castaño sentado en una silla del comedor, con un plato lleno de lo que se podía distinguir cereal, pero con agua. El rubio se acercó al otro niño, este levantó su mirada azulada al sentir la presencia de alguien en el lugar. Al ver de quién se trataba, sonrió.
-¿Que haces, Carlitos?- pregunto el rubio mientras se sentaba en la silla a su lado.
-Comiendo. ¿Quieres?- el castaño le mostró la bolsa con esas hojuelas de maíz.
-Claro que si.- estiró su mano, recibiendo la bolsa y un plato. Vacío un poco del contenido en el plato y dejo el resto sobre la mesa. Miro como Carl le pasaba una cuchara y una botella de agua, de los que solo agarro la cuchara.
-No tengo sed. Gracias.- le dió una sonrisa al Grimes y se llevó una cucharada de cereal a la boca.
-No es para que te la tomes, es para el cereal.- le explicó el castaño, recibiendo después una mueca de asco de su amigo.
-Eso es asqueroso, Grimes.- dijo masticando los hojuelas.
-Es lo único que hay.-
-Entonces mejor como cereal seco, no pienso echarle agua.-
-Tu te lo pierdes.-
-Mm, lo dudo mucho.- dijo con una sonrisa burlona y volvió a comerse otra cucharada de cereal. Trago con fuerza al sentir las hojuelas del cereal raspar su garganta. Rápidamente tomo la botella de agua y bebió de ella, escuchando las risas de Carl a su lado.
-¿No que era mejor comer cereal seco?- pregunto el castaño entre risas.
-Cállate.- respondió el rubio cuando pudo ya no sentir el cereal en su garganta. Iba a quejarse pero, escuchó como alguien entraba al comedor, levantó su mirada y se encontró con la sonrisa de Michonne, quien tenía puesta una camisa tallas más grande que ella. Ambos niños al ver esto se rieron.
-¿Tienen algo que decir sobre me extremadamente cómoda y atractiva camisa?- dijo la morena viendo a ambos niños mientras se arremangaba la camisa.
-No, no. Se ve, se ve genial.- dijo Carl riéndose un poco menos. Todo lo contrario a Einar, quien aún se reía, ocasionando que Michonne lo mirara.
