¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Un pequeño tintineo se escuchaba por toda la celda, haciendo que el niño rubio se revolcara entre las sábanas para poder volver a consiliar el sueño, cosa que le fue imposible. Se sentía cansado, el día anterior había ayudado a Rick con algunas cosas que el le asignaba y termino agotado.
Hacia ya más de un mes de el día en el que trajeron a las personas de Woodbury a la prisión y que presenciaron la muerte de Merlene Dixon. Todo había cambiado en el lugar, había una pequeña granja donde cultivaban alimentos y criaban cerdos. Algunos salían de expedición, cada uno tenía un trabajo asignado.
El menor miro a su costado, encontrándose con una cabellera castaña con un cómic en su cara, reconoció quien era al instante.
-Hey, Carl- dijo al lado del castaño. Este solo hizo un ruido de queja y volvió a acomodarse. -Carl- lo movió un poco esperando que este por fin reaccionara y al no recibir respuesta se frustró, empezando a mover al menor con más fuerza.-¡Carl!-
-Que?- dijo con un quejido mientras abría lentamente los ojos.
-Ya es muy tarde, tu padre nos va a matar.- al terminar de decir eso, el cerebro de el castaño pareció hacer click y abrió sus ojos de golpe, se levantó de la cama con rapidez para empezar a alistarse. Einar copio su acción empezando a ponerse los zapatos con un lazo de conejo.
-Todavia sigues amarrando te las agujetas así?. Pareces niño de 5 años.- dijo con un tono de burla el castaño mirando al contrario, quien bufo con molestia.
-Parezco y lo soy, algún problema sheriff del chino?- dijo mientras se cruzaba de brazos.
-No,no. Claro que no, rubio.- una pequeña risita casi inaudible salió de los labios de Carl. Einar rodo los ojos saliendo de la celda.
Su relación con el castaño había mejorado mucho. Había días en los que se quedaban hasta altas horas de la noche leyendo cómics y eran despertados por Rick a la mañana siguiente, pero otras veces no era así. Cómo lo era esa.
-Apurate, Carl. Debemos irnos. Tu padre nos va a poner a limpiar el excremento de los cerdos.- dijo con un pequeño tic en la pierna que lo hacía subir y bajar está con rapidez.
-Ya voy- dijo el castaño saliendo de la celda y empezando a caminar hacia la puerta que dividía el comedor de las celdas, dónde lo esperaba el rubio. Carl se poso frente a el y con delicadeza dejo el sombrero sobre la cabeza de su amigo. -Ahora sí. Vámonos que nos van a regañar.-
Hacia un par de días habia estado haciendo eso, parecía ya no querer usar su sombrero de sheriff y aunque Einar trato de saber porque, terminaba siempre por evitar la pregunta o solo decir que ya no le gustaba usarlo. Sin prestarle atención a la acción anterior solo corrieron hacia el patio, esquivando gente y disculpándose cuando chocaban con alguien. Vieron la pequeña granja a la distancia y se dieron el lujo de empezar a caminar hacia ella, tratando de recuperar el aire perdido.
