Hasta encontrarte (Jooyeon & Jungsu)

𝐗𝐕𝐈𝐈 - ¡¿Gunil?!

Narra Jungsu

Ya habían pasado varias semanas desde que habíamos ido a la casa de Yeon, desde ese día que me obligaba a ir sin falta todos los días para ver si nos encontrábamos con él tipo que se estaba haciendo pasar por él, sin ningún resultado, afortunadamente habíamos descubierto una cafetería que quedaba cerca de ahí y nos sentábamos en una mesa que daba justo a la casa de Yeon, así que no teníamos que estar parados esperando.

Jooyeon se había acomodado en mi departamento, ocupando el cuarto de visitas, así que me despertaba muy temprano para venir hasta acá y nos quedábamos hasta tarde, estaba perdiendo bastantes clases por esto pero ya no me importaba, además no quería toparme con Seungmin ni con Jun, y mucho menos con Jiseok, sabía que estaba bien ya que me llamaba y me mandaba mensajes diariamente pero no tenía el valor de responderle.

Estaba a punto de darle un sorbo a mi latte cuando Yeon sacudió mi mano con la que sostenía el vaso haciéndome tirar un poco, estaba a punto de reclamar cuando vi que miraba hacía su casa.

— Llegó alguien, vamos vamos —. Dijo poniéndose de pie y caminando hacía el lugar, inmediatamente me puse de pie y fui tras el. 

Nos detuvimos detrás de un árbol, a los pocos segundos que la persona llamó la madre de Yeon se asomó por la puerta, estuvieron hablando por unos segundos y luego la persona sacó un sobre blanco de su chaqueta para entregárselo, en un abrir y cerrar de ojos la persona ya estaba marchando de ahí, maldije por lo bajo y comencé a caminar rápidamente hacía el. 

— ¿Joseph? —. Hablé en voz alta, la persona se detuvo y volteó, su rostro estaba cubierto por una mascarilla así que no pude identificarlo, no pude seguir hablando ya que la persona luego de que cruzáramos miradas comenzó a correr rápidamente.

— ¡Hey, espera!... mierda... —. Comencé a correr tras él, de vez en cuando este volteaba para ver si lo seguía y al ver que si lo estaba siguiendo aumentaba la velocidad.

— ¡Amigo detente! ¿Por que corres? —. Grité cansado, llevaba varias cuadras corriendo tras el y cuando estaba a punto de alcanzarlo aumentaba la velocidad. 

Joseph siguió corriendo hasta llegar a una colina empastada, redujo su velocidad al intentar subirla corriendo y aproveché la oportunidad para agarrarlo, aunque a mi también se me dificultaba un poco subir esta misma corriendo, justo cuando llegué a la cima de la colina este estaba intentando recuperar el aire perdido. 

— ¡Hey! 

Grité y Joseph sin mirar iba a volver a correr, al ver sus intenciones me lancé corriendo hacia él, provocando que ambos saliéramos rodando al final de la colina, nos quejamos al unísono.

Quedé acostado en el pasto boca arriba intentando recuperarme, no solo del aire que había perdido si no que también del porrazo que me había metido, sentía todo el cuerpo adolorido, un Yeon cansado llegó a mi lado y se sentó junto a mi mientras me examinaba con una mirada de preocupación le hice una seña para que supiera que estaba bien, un grito agonizante hizo que con Yeon miráramos al mismo tiempo, a pocos centímetros de nosotros estaba aquel chico, sosteniendo su pie, se podía ver una pizca de sufrimiento en sus ojos, inmediatamente me acerqué a él. 

— ¿Estás bien? —. Pregunté agachándome junto a él.

— ¡Imbécil! ¡¿Por qué te lanzaste así?! ¡Me quebraste el pie! 

— ¿Por qué saliste corriendo? Solo quería hablar contigo... no creo que esté roto —. Acerqué mi mano hacía él con la intención de revisarle pero este apartó mi mano.

— No me toques.

Me empujó y se intentó levantar, nuevamente soltó un quejido de dolor y estuvo a punto de caer pero lo sostuve rápidamente, este intentó apartarse pero el dolor era demasiado intenso, sentí como enterró sus uñas en mi hombro al intentar apoyar su pie en el suelo. 

— Déjame ayudarte, no seas terco —. Dije sosteniéndolo con más firmeza.

— Ahg... bien, apresúrate.

— Primero... tengo que hacerte unas preguntas —. Dije a lo que el se negó, lo moví obligando que apoyara su pie en el suelo para no perder el equilibrio, nuevamente sus uñas se encajaron en mi piel. 

— Bien bien... maldita sea.

Lo ayudé a sentarse en el pasto y comencé a revisar su pie cuidadosamente, tenía tantas preguntas para hacerle que no sabía por donde empezar. 

— Primero que nada... ¿Quién eres y como conoces a Yeon? 

— Disculpa pero eso no tendría que ser de tu incumbencia...

Respondió a lo que yo en un impulso presioné su pie con las manos, haciéndolo soltar un quejido de dolor.

— Ahg... Jungsu de verdad... no te metas o me meterás en problemas. 

Detuve por completo todo lo que estaba haciendo. 

— ¿Cómo sabes mi nombre? —. Lo cuestioné, no podía ver su rostro debido a la mascarilla pero estaba seguro que había palidecido por completo. 

— T-tú me lo dijiste

— No es cierto, yo no te dije nada...¿Quién mierda eres? 

Joseph se mantuvo en silencio durante unos segundos, hasta que finalmente se quitó la mascarilla, lo miré dudando por unos segundos, su rostro me era extrañamente familiar pero no podía recordar en donde lo había visto.

— Esta bien... hablemos...

No sé cómo terminamos en esto, pero ahora tenía a un completo desconocido en mi departamento, sentado a su lado con Yeon vigilándolo de cerca, había estado todo este tiempo en silencio mientras yo hablaba con él. 

Joseph tenía su pie sobre el sofá con un poco de hielo, afortunadamente no le había quebrado el pie, lo miraba intentando recordar donde lo había visto antes mientras el esperaba a alguien, dijo que respondería todas mis preguntas pero había alguien que debía estar con él, accedí a su propuesta sin pensarlo, aunque para ser sincero tenía miedo de que esa persona se tratara de Seungmin, de todas formas estaba preparado, no podía pelear contra dos pero de todas formas estaba preparado para todo lo que pudiera pasar, o al menos eso creía.

El sonido del timbre de mi casa me sacó de mis pensamientos, dirigí mi mirada hacía Joseph y este asintió con su cabeza, tomé aire y caminé hacia la puerta, dudé un poco antes de abrir pero terminé abriendo la puerta, lo suficiente para poder asomar mi cabeza y ver que se trataba de...

— ¡¿Gunil?!