𝘼 𝙩𝙧𝙖𝙫𝙚𝙨 𝙙𝙚 𝙡𝙖 𝙢𝙪𝙨𝙞𝙘𝙖 ; 𝙏𝙤𝙢 𝙆𝙖𝙪𝙡𝙞𝙩𝙯 ©

Capítulo veinte: Hacer el amor

Este capítulo es largo como recompensa♡

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Angie

Me sujetó firmemente de las piernas para abrir mas estas, estaba a su disposición, no tardé en sentir su lengua en mi feminidad, mi espalda de inmediato se arqueó, una oleada de placer recorrió todo mi cuerpo.

—Tom... —Gemí.

Tom mordió suavemente mis labios para luego chuparlos, comenzó a masturbar mi feminidad con su lengua para luego meterla completamente en mi intimidad.

Yo me encontraba gimiendo y lloriqueando del placer, se sentía tan jodidamente bien... cerré fuertemente mis ojos para luego sentir como tom se alejaba de mí feminidad.

Me pegó una leve cachetada haciendome abrir los ojos de golpe, no fue dolorosa, mas bien fue exitante.

De pronto sentí como metía un dedo en mi intimidad, luego dos, luego fueron tres, los metió de golpe que solté un grito ahogado.

—Mantén los ojos abiertos. —Ordenó. —Mirame Angie, mirame a los ojos y dime de quien eres. -Agregó mientras metía y sacaba sus dedos de mi intimidad, lo hacía cada vez mas rápido haciendome temblar y explotar de placer.

—Tom... —gemí fuermente, el comenzó a embestirme mas fuerte aún, sus dedos entraban y salían fácilmente de mi intimidad de lo mojada que me encontraba. —Soy tuya... sólo tuya. —Hablé entre gemidos, mirándolo fijamente a los ojos.

—Así me gusta nena... —Sonrió mientras seguía metiendo y sacando mis dedos de mí intimidad. Haciendome gritar aún mas. —Ahora, no pares de verme a los ojos. —Ordenó mientras sacaba sus dedos de mí intimidad.

Solté un suspiro hondo, podia descansar un rato, pero supe que no habia terminado su trabajo en cuanto me agarró fuertemente de las caderas y metió su gran miembro erecto en mi intimidad.

—¡Tom! —gemí alto.

El sostuvo fuermente mis caderas, yo me levanté un poco, ya no estaba acostada, estaba medio sentada aferrandome a él, mis uñas estaban apretando con todas mis fuerzas la espalda de tom, causando que este soltara un quejido de dolor.

Tom se movía dentro de mí, con sus manos alzaba mis caderas haciendo que su miembro saliera y entrara facilmente por mi intimidad. Las embestidas cada vez eran mas fuertes y mas rápidas, estaba soltando pequeñas lágrimas, estaba totalmemnte roja, pero no lo negaba, lo estaba disfrutando.

—¡Tom! —Gemí fuertemente cuando volvió a entrar de golpe en mi intimidad.

—Shhh, nena, te dije que no iba a ser gentil. —Habló muy difícilmente entre jadeos. —Vamos... princesa, correte para mí. —Pidió.

Me empujó suavemente obligándome a acostarme de nuevo en la toalla, y en un movimiento rápido me levanto las dos manos colocandolas encima de mi cabeza y agarró fuertemente de ellas, mientras con su otra mano libre me agarraba de una pierna y seguia dandome duras embestidas con su miembro erecto.

—Tom... para—Gemí, me gustaba, pero era un placer insoportable.

—Silencio, haz silencio, sólo quiero escuchar tus gemidos. —Pidió. —No me quites la mirada, linda —Ordenó en cuanto notó que quitaba avergonzada mi mirada. —Mirame, dije, joder —Volvió a ordenar.

Me obligué a verlo fijamente a los ojos. El se inclinó a mi acercandose a mí boca, todavia moviéndose dentro de mi, se acercó y me besó. Fue un beso intenso, lleno de pasión y amor a la vez.