𝘼 𝙩𝙧𝙖𝙫𝙚𝙨 𝙙𝙚 𝙡𝙖 𝙢𝙪𝙨𝙞𝙘𝙖 ; 𝙏𝙤𝙢 𝙆𝙖𝙪𝙡𝙞𝙩𝙯 ©

Capítulo treinta y nueve: Mi pasado

Angie

Me paré en frente de el espejo, mi cabello estaba increíblemente alborotado, mis ojos estaban hinchados de tanto llorar y cargaba unas ojeras horribles por culpa de mí insomnio, mis mejillas estaban rojas y mis labios estaban demasiado hinchados de tanto que los mordí.

Por una vez más creí volver a ver a aquella chica que tanto odié y que tanto quise borrar. Aquella chica que quiso destruirse la vida sin importarle nada.

Todo empezó cuando era un niña a penas, crecí en Alster, un barrio de alemania y al lado de una madre drogadicta y un padre alcohólico. Mis padres siempre discutían y yo siempre era la primera en observarlos.

Era doloroso, por qué mi padre se alcoholizaba buscando una forma de olvidarse de sus problemas al igual que mi madre, ella se drogaba por la misma razón.

Recuerdo cuando tenia cinco años, recuerdo perfectamente que siempre fuimos una familia feliz. Eran cariñosos conmigo, me querian, mi padre siempre trabajaba para darnos lo que sea. Pero todo cambio a mis siete años cuando mi madre se embarazó, lastimosamente ella no lo pudo tener y lo perdió.

A mis padres les afectó bastante la pérdida de un hijo que no pudo tener la oportunidad de llegar a este mundo, mi papá comenzó a alcoholizarse y mi mamá siempre discutía con el por esa razon, a lo largo de unos meses ella comenzó a hacerse adicta a las drogas.

Tuve que aguantar todo eso por años, hasta los once si no mal recuerdo. No recuerdo nada bueno de mi infancia, sólo recuerdo que lloraba siempre qué mi padre golpeaba a mi madre.

Era doloroso ver eso, muy doloroso. Entonces mis problemas no tardaron de llegar y tenía tan solo diez años, recuerdo que era muy mala en el colegio, nunca estudiaba y sacaba malas notas, nadie se queria juntar conmigo por qué era la típica rarita.

Llegaba a mi casa y siempre me preguntaba, "¿Por qué me rechazan tanto?" Luego veía a mis padres y entendía por qué. Luego me veía a mi en el espejo y también entendía la razon de el rechazo de todos hacia mi.

Y un día, esa niña herida e indefensa, quiso arruinarse la vida. Empecé a autolesionarme, mis problemas de ansiedad cada vez eran mas fuertes, mis pesadillas crecían, mis padres empeoraban y esto siguió hasta los once años que quise quitarme la vida por mi propia cuenta.

Si no fuera por mi abuela que le pidió la custodia a mis padres y comenzó a luchar por mí, yo estuviera muerta. Recuerdo que cuando me fui a vivir con mi abuela en hamburgo todo era nuevo para mí y no me pude adaptar.

Recuerdo qué siempre lloraba de noche por miedo a lo que estuviera pasando con mis padres y hasta tenia pesadillas con eso, mi abuela siempre me escuchaba y llegaba a contarme cuentos hermosos. Mi abuela me dio el amor y el cariño que nunca obtuve con mis padres.

Por suerte logré seguir mi vida sin mis padres, fue doloroso para mi pero entiendo que una niña como lo era yo no podría crecer al lado de unos padres como ellos. Desarrollé muchas malas conductas gracias a ellos, algunos trastornos de ansiedad y depresión pero gracias a mi abuela y mi abuelo pude tener una adolescencia como me lo merecía, y así fue que conocí a mis amigos.

Me limpié las lágrimas dejando atrás todos esos malos recuerdos y me comencé a quitar la ropa para luego abrir el grifo y dejar caer la fría agua sobre mí cuerpo.

Habían pasado tan solo cuatro días después de que llegamos a Berlín, y debo admitir que la capítal es hermosa. Tuvimos una entevista ayer y pudimos asistir todos, la entrevistadora fue muy buena y nos trató demasiado bien.

Hoy iba a ser un día cansado para todos ya que teníamos que ensayar algunas canciones, ya que mañana tenemos que presentar nuestro concierto.

Todavía no tenía pensado en decirle a christina que me quería quedar un mes en Berlín, que me quería tomar un tiempo a solas. De hecho, tampoco se lo conté a cata, a ella le conté todo lo que pasó con tom sin embargo ignoré el punto en el que pensaba alejarme un mes de él e irme a berlin.