—A la cuenta de tres inhala fuerte— le ordenó la castaña —uno, dos...— y entonces la jeringa perforó su brazo sin siquiera llegar al tres —Lo hiciste bien.
Satoru quien veía todo con curiosidad a pesar de que la doctora le había pedido que saliera de la sala en más de una ocasión, se animó a preguntar.
—Oye, Shoko ¿Por qué es que sus feromonas se han disparado tanto?
—A eso voy— respondió la castaña y se dirigió a Megumi —Según lo que me has dicho aplicaste un supresor el día de ayer y luego empezó todo.— vio a Megumi asentir asegurándose de corroborar la información —¿Cada cuanto los aplicas?
—En este momento lo hago cada 30 días— hizo una pausa rememorando sus pasos —, aunque me hice una aplicación ayer cuando aún me faltaban cinco días para terminar la dosis.— admitió apenado.
Vio a Shoko suspirar mientras anotaba todo en un tablero de mano.
—Los supresores son muy fuertes y traen consigo muchos efectos secundarios, lo recomendable es no usarlo o al menos utilizar unos de baja categoría.— le explicó a la vez que examinaba una de las jeringas que Megumi había llevado consigo —Tus feromonas se dispararon por sobrepasar el límite de droga al que puedes exponer tu cuerpo, tuviste suerte, hay quienes terminan perdiendo su olor.
Megumi por un momento deseó que le hubiese pasado eso último, de esa manera ya no tendría que preocuparse más por esconder su aroma.
—Muy bien, debes descansar de los supresores por lo menos un mes.
—¿¿Qué??.— ante eso el azabache se sobresaltó, era imposible para él andar así por allí —No puedo, no puedo hacer eso.
—Debes hacerlo si no quieres terminar con un trastorno.— respondió ella con seriedad —Te recetare unos parches, no son tan efectivos como un supresor pero sirven para esconder tu olor.— le dijo a la vez que escribía en un papel la receta médica —Solo puedes utilizar uno por día, para mayor seguridad pídele a alguien que te perfume.
Gojo sonrió grandemente mientras se señalaba así mismo.
Megumi negó. Recordaba cuánto le desangraba el olor del albino a su compañero.
—De preferencia que sea un alfa.— murmuró Shoko al sentir el entusiasmo de Gojo.
—Pero Ieiri...— renegó el otro con dramatismo.
—No puedo hacer eso, mi compañero de cuarto es un alfa y sería muy problemático irrumpir territorio con el olor de alguien más.
—Ya veo...— respondió ella por lo bajo —Entonces pídele a él que te perfume.— sugirió refiriéndose al alfa que tenía por compañero
Sin poder evitarlo Gojo se tiró una carcajada al aire que hizo temblar el ojo izquierdo del azabache.
—Él no sabe que soy un omega— dijo amargamente —, de todas formas agradezco su ayuda, doctora Shoko, veré que puedo hacer.
Se bajó de la camilla dispuesto a salir de la sala con Gojo pisandole los talones.
—Te debo una~.— canturreó este.
Al salir Suguro ya no estaba en el pasillo, el único que se encontraba era el otro omega que lo había acompañado.
—¿Fushiguro, todo salió bien?.— preguntó Junpei hecho un manojo de nervios —Estaba muy asustado.
—Todo está bien, Yoshino.— le calmó Megumi —Gracias por acompañarme.
—No es nada. Aunque si me sorprendió cuando Gojo-San me lo contó todo.
ESTÁS LEYENDO
Compañeros •|SukuFushi|•[OMEGAVERSE]
FanfictionMegumi Fushiguro es un joven Omega que sueña con convertirse en un gran artista y cuando es aceptado en la universidad más prestigiosa de Japón, se ve obligado a fingir ser un Beta. El problema son los agudos sentidos de su compañero de cuarto, un a...