Decir que Sukuna se sentía molesto era poco.
No estaba molesto, ni enojado.
Estaba cabreado, fastidiado y lleno de ira. Sentía una irritación profunda e intensa por el momento tan engorroso que Fushiguro Megumi le había hecho pasar.
Ningún omega imbécil valía tanto la pena como para ser humillado de tal manera.
Ohh... Si que disfrutaría rompiéndole los dientes a ese idiota.
Podía sentir que su sangre hervía a cada paso que daba sobre el enorme pasillo que lo llevaría a su habitación. Era de madrugada y le importaba una mierda si el otro estaba durmiendo, lo levantaría a golpes de ser necesario.
Nadie jugaba con él. Sukuna Itadori jamás se había dejado pisotear sin cobrarselas con creces luego.
Abrió furiosamente la puerta de su habitación y toda la ira que sentía bajó de golpe hasta abajo de su estómago.
Su mente dejó de funcionar al igual que su cuerpo que quedó paralizado luego de ver a Fushiguro Megumi arrodillado sobre la cama.
Sus mejillas estaban rojas y una pequeña capa de sudor perlaba su frente. Su boca estaba abierta tomando pequeñas bocanadas de aire que llevaban su nombre;
"Sukuna"
"Sukuna"
Y dios que, jamás había escuchado pronunciar su nombre de una manera tan caliente.
Se negaba a moverse pues temía asustar al otro y terminar con el espectáculo tan hermoso que sus ojos estaban presenciando.
Pero entonces los orbes azules, tan dilatados y brillantes voltearon a verlo y no hicieron más que pedir una súplica silenciosa para que se acercara. Y él lo hizo con todo el gusto del mundo luego de cerrar con llave la puerta.
Ni siquiera se molestó en acomodar sus cosas, simplemente las dejó allí tiradas y se acercó hasta el azabache. Destilaba un débil olor que lo había encantado días atrás y se le hizo agua la boca.
Llevó su mano derecha al rostro del otro y lo acarició suavemente, su mano le abarcaba la mejilla por completo.
Se sentía satisfecho de ver cómo Megumi le dirija esa mirada lujuriosa a él y solo a él. Su pecho se infló al escuchar que su nombre era pronunciado de una forma tan deliciosa, saliendo de esa boquita que le encantaría joder.
—Suk-una...— entonces se aventuró a acercar su dedo pulgar a la boca del otro y este lo recibió gustoso, lamiendolo mientras cerraba sus bonitos ojos, imaginándose quién sabe que cosa.
—¿Necesitas ayuda con algo, bonito?.— lo vio batir sus hermosas pestañas mientras se recargaba más sobre su mano.
Sukuna acarició su mejilla y luego subió a sus cabellos los cuales jaló sin fuerza.
Se acercó hasta llegar al cuello dónde depositó pequeños besos que hicieron erizar la piel del otro.Megumi ronroneó gustoso y Sukuna pudo darse cuenta que había cerrado los ojos, sus movimientos se habían detenido y ahora disfrutaba la atención que él le estaba dando.
Lo empujó suavemente sobre el colchón para luego subirse encima, con cuidado de no aplastarlo y siguió besando su cuello, rozando sus colmillos sobre la piel blanca y tersa. Tan deliciosa que le provocaba morderlo, marcarlo y hacerlo suyo una y mil veces.
Megumi soltaba suspiros cortos acompañados de pequeños gemidos que hacían endurecer más la entrepierna de Sukuna.
Luego una mano encontró su pezón y empezó a jugar con él, apretándolo y aplastándolo con la yema del dedo.
La reacción que obtuvo Sukuna a cambio lo hizo sentir satisfecho.
ESTÁS LEYENDO
Compañeros •|SukuFushi|•[OMEGAVERSE]
FanfictionMegumi Fushiguro es un joven Omega que sueña con convertirse en un gran artista y cuando es aceptado en la universidad más prestigiosa de Japón, se ve obligado a fingir ser un Beta. El problema son los agudos sentidos de su compañero de cuarto, un a...