Vishanya decidió estacionar el auto, salió a tomar algo de aire, con cuidado abrió la puerta para no molestar a Adrianne. Se habían detenido antes de entrar a la carretera principal, se dio cuenta del cambio de clima, no le gustó, tampoco había muchos autos, las noticias se difunden muy rápido y los vampiros aman los juegos de caza.
—Hay algo raro... —Vishanya silbó y Vincent apareció a su lado—. Revisa el área y dame una señal si encuentras algo. No dejes que te vean —Acarició la cabeza del perro infernal, este recibió gustoso la muestra de cariño.
Vincent se alejó una vez recibida la orden, Vishanya lo observó un poco antes de que su querido guardián se escondiera entre la oscuridad nocturna, sus ganas de comer era tan fuerte, que a pesar de la distancia, podía sentir al sabueso.
En su mano, estaba el trato que había hecho con Charlotte, el tiempo pasaba y aquel veneno se esparcía con lentitud en su sistema, cuando llegara el tiempo, sería imposible sobrevivir ante tal cantidad de magia corrupta. No se lo contó a Adrianne, no quería preocuparlo más de lo que ya se encontraba. No tardaría la corrupción en dañar sus órganos y provocar que su sed fuera más difícil de aplacar, el tiempo corría, era una sentencia tanto para él como para Adrianne.
Sacó la carta que sus tíos le dieron, la letra de Racuel era clara y su narración iba al punto. Los nobles ya sabían de la muerte de los clase A que intentaron negociar por Adrianne, con esto, tuvieron la excusa perfecta para pedir una limpieza a la región Sur y claro, quitarlo a él. Había grandes movilizaciones, entre las más destacables se encontraban las que habían hecho los maestros del Norte y Oeste.
—Oh, ya veo... —Se quería reír—. Entiendo, lo entiendo.
Miró de reojo al joven que seguía dormido en el auto, en su cuello yacía la marca del contrato, esa cicatriz derivada de sus colmillos, no se iría nunca, como una advertencia para los demás nobles, él le pertenecía y no había forma de arrebatarlo de sus manos.
—Vishanya... —Adrianne abrió un poco los ojos, seguía mareado—. ¿No hemos avanzado?
El vampiro se acercó al auto, lo había escuchado, con cuidado limpió el sudor que tenía en la frente.
—Mandé a Vincent a revisar el área, hay algo que me está molestando en los alrededores, el clima no suele ser tan frío, al menos no que yo recuerde.
—Es verdad, es más frío. Creía que era debido a la sangre que perdí.
Se sentó y miró su camisa, Vishanya lo había cambiado.
—Gracias...
—No debes agradecer, es lo menos que puedo hacer; ya que te sientes mejor, podemos volver al trayecto, Vincent siempre nos encontrará, no importa la distancia.
—Pero si está revisando el área —Negó—, prefiero esperar que venga y nos dé noticias. No me gusta estar en un territorio desconocido sin saber los riesgos. ¿Sucedió algo para enviarlo?
—Bien, esperemos. Sucedió algo, pero no hay de qué preocuparse, sabes que puedo manejarlo. Todas las posibles amenazas son vampiros de clase más baja que la mía y acabo de recuperar a Camino carmesí en su totalidad —Recibió un pequeño golpe en el hombro por parte de su amante, se encogió de hombros—. Es verdad, el mundo actual se rige por el poder y para su mala suerte, soy un vampiro de la realeza; mi familia no estuvo ahí sólo por ser de gran belleza o por tener mucho dinero, menos hablar de influencias...
—Una familia real, Marco nunca dijo nada de ello, tampoco sus invitados.
—La había, hace tiempo, pero se fue desintegrando, hasta que, bueno, soy el único que queda. No es raro que pase, las disputas por el trono se han dado desde que se crea una estirpe de tal magnitud, de hecho, es sorprendente que todavía quede un André. Al saber de aquel destino, fue más fácil para mí aislarme de cualquier contacto con los míos y que ellos me percibieran como un loco.
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El contrato de la flor escarlata sin nombre (BL)
VampirosPara Erick, su día comenzó como siempre, la rutina era natural, lo único especial era que cumplía años. El 14 de agosto, su vida fue cuesta abajo; aquella salida a un museo terminó en la peor pesadilla que sus ojos tuvieron la oportunidad de presenc...