CAPÍTULO 3

781 118 18
                                    



- Mew Suppasit!! Son la 1 de la mañana, crees que es correcto llegar a tu casa a esta hora?

- Si gracias, estoy bien, no te preocupes.

-No te hagas el sufrido. Yo soy la ofendida, me dejaste plantada en la gala!

- Que no me has visto? Mírame bien! Ve mi rostro!

- Lo que me faltaba! Te fuiste a emborrachar seguramente con el idiota de Zee y terminaste en una pela de borrachos, espero la prensa no se entere porque...

-No Melina, noooo! Me asaltaron!

- Oh por dios! Te robaron el Rolls-Royce ?

- Te preocupa más el auto que tu esposo?

- Solo pregunto porque se lo importante que es  para ti, se que ese auto te recuerda a tu padre por eso lo amas tanto, en fin, ve a ducharte porque no entraras a mi cama así de sucio.

-No vas a preguntar como paso todo?

- Ya estas aquí, no?

- Si, ya estoy aquí.

- Entonces lo demás no importa, me iré a dormir, me empieza a doler la cabeza.

Y subiendo elegantemente las escaleras Melina dejo solo a su esposo quien cada vez iba dándole más importancia a ese divorcio del que tanto hablaba Zee.

A las 6am sonó su despertador, cansado y adolorido pero extrañamente muy feliz, Mew se apresuró a arreglarse y esta vez puso mas esmero en su arreglo personal ya que deseaba lucir espectacular para su hermoso ángel.

-Buen día jefe- Como bien lo prometio Gulf estaba en punto de las 8am esperando en la puerta principal, vestido con el uniforme de chófer, el cual le quedaba algo grande pero no importaba, pues justo en ese momento tenia frente a él un guapísimo dios griego.

-Buen día Gulf, llegas puntual.

- Si señor.

- Esta vez llevaremos el Maserati, ya que mi auto se quedó en la empresa, más tarde Julio, el chófer de mi esposa, irá por este auto.

-Si señor, como indique.

Mew se sentía extraño, era una mezcla de ansiedad con felicidad y un toque de anhelo.

El pequeño angel abrió la puerta para su jefe y una vez estando los dos dentro se puso en marcha.

- Como amaneció señor? Sigue con dolor de cabeza?

Mew sintió lindo, casi nunca nadie le preguntaba como se sentía.

-Solo duele muy poco, es algo sin importancia - Ciertamente la cabeza ya casi no le dolia, pero el cuerpo uff eso era otra cosa, parecía que le habían pasado un tractor encima, pero era algo que Gulf no tendría porque saber.

- Si más tarde le sigue doliendo, sugiero que lo revise un médico.

- Eso haré pequeño.

Antes de poder retractarse, la palabra pequeño ya había salido de la boca del empresario, pero a Gulf no le incomodo, al contrario, ese apodo lo hizo sentir muy bien.

Después de eso, nadie hablo, sin embargo el silencio que se formó para nada fue incómodo.

Una vez en su oficina Mew dio la orden para que le dieran a Gulf su pase de empleado, ese que le daba acceso a todo el edificio, incluido la zona de comida, donde solo tendría que mostrarlo para pedir lo que quisiera comer y también al gimnasio, aunque no era fan de los aparatos para ejercitarse, la alberca si que le llamo la atención.
El chico estaba feliz pues Mew le había dicho que en las horas muertas podría hacer uso de esas instalaciones, además lo que se ahorraría en comidas y el dinero extra de su nuevo sueldo irían directo a los fondos para su universidad, así en un futuro no tan lejano quizás podría seguir estudiando.

Mi nuevo choferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora