Capítulo 6

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🚫Nivel 🔥😏


Mew abrió sus ojos justo a las 6am, no había dormido casi nada pero extrañamente se sentía relajado y descansando, seguramente era por el ángel que ahora dormía recostado en su pecho.

-Me gustas Gulf, me gustas mucho, como quisiera tener el valor que tuviste para enfrentar a tus padres y después a la sociedad, como quisiera poder gritarle al mundo que soy gay, pero eso pondría en juego todo lo que he ganado en mi empresa, tengo miedo Gulf, miedo de perder todo lo que he construido.

Nuestro apuesto empresario pensaba que Gulf seguía profundamente dormido hasta que...

-No temas, por favor no tengas miedo, se que será difícil y que quizás algunas cosas cambien, pero te prometo... te prometo que al final valdrá la pena.

Mew se sorprendió un poco al escuchar la voz de su ángel pero eso no impidió que lo tomára  por la cintura y en un hábil movimiento ya lo tenía atrapado entre el colchon y su cuerpo.

Ambos fijaron su mirada en los ojos contrarios, duraron asi unos segundos hasta que Mew empezó a mirar de  los ojos del chico a los labios de este, una y otra vez, llegando al punto de no contenerse más y hacer lo que había querido desde la noche que se conocieron, lentamente unió sus labios con los del joven, fue un beso gentil, sin prisa, solo pequeños toques en sus labios, pero de un momento a otro Mew se empezo a mover, como pidiendo permiso, Gulf capto la idea y abrio sus piernas para que el empresario se acomodara  entre ellas, el dulce beso que compartían cambió de intensidad subiendo unos cuantos niveles, poco a poco,  Mew fue aferrándose a los labios de Gulf hasta que este le dio total acceso a su boca, empezando así una pelea entre sus lenguas, después de deleitarse unos minutos con la dulce miel de sus labios,  Mew empezó a dejar un rastro de besos hasta llegar al cuello, Gulf ya era un manojo de suspiros y el empresario cada vez le  restregaba más su cuerpo mientras que acariciaba con sus grandes manos las piernas y muslos de su pequeño ángel y Gulf enredaba sus dedos en el cabello de Mew dando leves tirones que  hacian jadear al empresario, mientras que con sus piernas se aferraba más a la cintura de su jefe, en este punto ambos tenían una tremenda erecion entre sus piernas,  pero fueron conscientes de ello hasta que se rozaron en uno de los tantos movimientos que hacian, lo que ocasionó que Gulf soltara un gemido, mismo que mando una corrienre eléctrica por toda la espina dorsal de Mew pero a su vez lo hizo reaccionar.

-Lo siento, no puedo, perdón- Si no se detenía ahora temía no poder hacerlo más adelante- Gulf no puedo, soy casado- Y con estas palabras deshizo el abrazo y se sentó en la cama.

-No, discúlpame tú a mi, yo fui quien lo provocó- Gulf luchaba por mantenerse sereno y no llorar frente a su amor imposible -se... se me olvido que tienes una esposa, que seguramente es tu prioridad, porque la amas y yo...

-Gulf, yo no amo a Melina, ni siquiera me gusta, de hecho hace mucho tiempo que no tenemos intimidad, si la mencioné, fue solo porque quiero hacer las cosas bien contigo, mi padre decía, lo que mal empieza mal acaba, y yo no quiero que ese sea nuestro caso, si me detuve fue por respeto a ti, porque creo que mereces un amor bien correspondido, un amor que no tenga que ocultarse y por el momento yo no puedo darte eso, déjame aterrizar mis pensamientos y sentimientos, déjame arreglar las cosas para poder recibirte con los brazos abiertos, porque  si de algo estoy seguro, es que tú vales la pena  Gulf Kanawut.

Y si Gulf pensaba que no podía enamorarse más de Mew, estaba muy equivocado, ese hombre en su cama realmente lo amaba y valoraba.

-Esperare, solo no tardes por favor.

             ~~~☆~~~☆~~~☆~~~

El Rolls-Royce acababa de aparcar en la entrada de la mansión Suppasit, eran las 8:15 de la mañana, lo que quiere decir que ya iban un tanto retrasados, Gulf corrió a su habitación mientras Mew hacia lo propio, dando gracias al cielo que Melina siempre se levantaba pasadas las 11 de la mañana, sigilosamente entró a su habitación, tomó su traje, su ropa interior y salió sin hacer el menor ruido posible para no despertar a la bruja, quiero decir,  a madame Melina, teniendo éxito en su propósito, corrió a darse una ducha en alguno de los baños de las habitaciones para visitas y en menos de 20 min ya se estaba subiendo nuevamente a su amado auto con un perfectamente bien vestido y arreglado chófer, detrás del volante.

Mi nuevo choferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora