09| Personal de hotel

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No habían pasado ni 30 minutos y el felino tan escurridizo ya se había hecho al interior de un casino decente, apenas con unos centavos en sus bolsillos como presupuesto para jugar en las típicas maquinitas tragamonedas, presionó el botón luego de un vago análisis, un Imp, dos Imps y el tercer Imp perfectamente alineados sobre la pantalla, había ganado la primera jugada de muchas, se iba a malgastar el día en ese lugar, era dinero fácil.

Por culpa de su reciente disputa con su compañero de cuarto, el estado tan deplorable del ambiente doméstico había tocado el límite de su paciencia, lo único que quería en el momento era desquitarse con algo, gritarle a gente desconocida, apostar.

Y así lo había hecho, con un presupuesto tan reducido como lo eran 50 centavos, de a poco triplicando el dinero sustancialmente, hasta encontrarse frente a otros 4 demonios, apostando un total de 15.000 US, dinero que había recaudado durante todo ese tiempo que llevaba en el casino, la siguiente iba a ser su jugada maestra, y era hora de poner sus cartas sobre la mesa.

¡Ha! Miren y lloren, chicos, escala compl-... Ooh.

Un aura maléfica rodeó toda la mesa de blackjack, junto con un buen trozo del casino, que parecía desprenderse del resto como si de un fuerte terremoto se tratase, de las grietas surgía luz y energía de magia verdes, marcas y símbolos fácilmente reconocibles para el felino, quien ya conocía el estilo de magia que ejercía su compañero, su ceño se frunció ya espectando lo que sucedería.

¿Qué carajo?, qué mierda es esto...- Sus garras aferradas a la mesa de blackjack, buscando con sus rasgadas pupilas al sujeto en cuestión que le acababa de arruinar su perfecta partida, apuntó acusatoriamente con su dedo al hombre apenas lo vió. —...Tú...

¡Ah! Husker, mi buen amigo, me alegro que hayas llegado bien. - Su mano se posó con cariño sobre el hombro del otro, mano que fue rechazada al instante, el mayor seguía enfurecido con él, ahora no sólo por su anterior disputa, sino que por su dinero también, acababa de perder todo su dinero que con tanto esfuerzo había trabajado en conseguir, observando cómo sus verdes papeles se desvanecían y regresaban a su lugar de origen.

Ni se te ocurra llamarme así, ¡estaba a punto de ganar el maldito Jackpot!

Es bueno verte a tí también.

¿Qué mierda quieres de mí ahora?

Lo demás es predecible, Husk se resigna nuevamente a las decisiones que tome su compañero, es convencido de dar servicio de hotelería en el lugar con un guiño y una botella barata de alcohol, no necesitaba nada más, no quería participar activamente del sitio, ni mucho menos iba a quejarse. Optó por ir a su lugar de recepción, sentarse, y observar con amargura cómo la princesa y su colega convivían y cantaban con alegría. Sus ojos pronto se posaron frente a un chico alto, esbelto, de traje blanco y rayas rosas que acercaba con interés a su lugar de descanso, juraba haberlo visto en alguna parte con anterioridad, quizás era famoso.

Hey~... - Coqueto se había posado sobre la mesa Angel Dust, un conocido actor porno, quien había puesto con interés toda su atención en el hombre-gato que tenía en frente, era sin dudas un partido intrigante que tenía ganas de conocer a fondo, claro que, la mirada de rechazo que le dio el felino le hizo tragar su ego y bajar el ritmo.

Haha, discúlpame, sólo estoy feliz. Hace mucho tiempo no veía un demonio del tipo gato, dicen que tienen personalidad fuerte, ¿eres de casualidad así de fuerte en la cama?- Preguntó sin vergüenza alguna en su rostro, una sonrisa risueña que simplemente hacía al felino retorcer sus entrañas en asco, era mirar una versión mucho peor y precoz de Alastor.

It's always you - RadiohuskDonde viven las historias. Descúbrelo ahora