08| Cambio de ambiente

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Alastor a raíz de una falta de estímulos externos, como lo eran aquellos trabajos clandestinos de inocentes encargos que le hacía gente poderosa, con fines benéficos como "deshacerse de la mala hierba", esos trabajos como control de pestes de gente que había de sobra dentro del anillo y que tanto extrañaba para salir durante la noche, lo llevó al confinamiento obsesivo dentro de su más reciente inversión: su casa compartida, con mascota incluida.
En lugar de irse a un lugar más apto para su noble labor como locutor, le había dado un ataque maniático con instalarse dentro de la cocina, era un lugar amplio por lo que no le veía el problema, al menos hasta que la cantidad de conexiones que requería su equipo de audio comenzaba a enredar y expandirse por el suelo, una masa de cables casi apocalíptica y que, de alguna manera casi milagrosa, el hombre lograba desenredar sin problemas. Hasta que sus queridos guiones que llevaba reutilizando como último recurso y que se encontraban al borde de la desintegración debido a su antigüedad comenzaron a impregnarse de los olores fuertes que desprendían los vapores de la comida tan rica en especias y sabores fuertes.

Y es que era el colmo, su compañero no lograba asimilar la experiencia doméstica que tuvo con el ciervo durante las últimas semanas, incluso para él, ¿cómo un hombre mucho más joven que él y con tanta energía, principios y autodidacta durante toda su vida podría ser tan descuidado con su trabajo durante el aislamiento? La depresión que desprendía por el aburrimiento era tal que el aura alrededor suyo era imposible de soportar.

El ambiente doméstico se había vuelto tenso, los recientes eventos hicieron que Husk concluyera con dos simples ideas:
1.- Alastor era sin duda un retraído social, si su única razón para salir de casa era para hacer servicio social o trabajo, entonces era tan simple como un problema psicológico, sin amigos, sin vida, sin relativos ni razones personales para poder convivir.
2-. No iba a lidiar con eso, no era responsabilidad suya hacerse cargo de su evidente falta de autocuidado, tiene 33 años por Dios Santo, que se las arregle por su cuenta.

Tampoco es como si no hubiese intentado motivarlo como resultado de su propia preocupación, le había ofrecido alternativas para poder despejar su mente, descansar, cerrar esos ojos de donde destacaban unas grandes ojeras de inmenso agotamiento mental y físicos,  y que no despegaba de la gran cantidad de papeles con los respectivos guiones, fechas importantes, nombres de artistas a sintonizar. Y ya era el colmo, ya no le preocupaba, es más, estaba al borde de un ataque de ira, al borde de lanzar todo su equipo de audio por la ventana, porque el hedor era insoportable, porque la cocina era inutilizable, porque la estática dentro de la cajita de voz del ciervo era cada vez más constante y saturada, y sus pobres oídos ya no lo toleraban.

—¿Sabes qué? Bien, quédate aquí y púdrete con tu mierda de trabajo: "ay es que me tengo que quedar, es importante", "ay es que mis oyentes me esperan ansiosos", ay es que tengo tantos complejos de inseguridad y falta de autoestima que lo compenso con validación externa. Iré a drogarme y puto socializar, como la gente normal.

Un fuerte silencio se hizo escuchar luego del portazo que pegó el mayor tras salir de la casa, que sorprendió al cervatillo quien se encontraba sentado en la cocina, sintonizando canciones del ya mencionado artista Chet Baker, artista que no habría optado por escuchar de no ser por su colega, alzó la mirada en dirección a la puerta de entrada a la casa, observó con una sonrisa tranquila, de ojos levemente abiertos por el reciente susto, sus orejas atentas al sonido, la silueta del felino pasar por las cortinas de la ventana que daba con el exterior.

Volvió a mirar a su valioso equipo, acarició con cuidado los botones de la pequeña interfaz de audio que tenía cerca, se fijó en la cocina, posteriormente su pila desorganizada de documentos, ese ambiente no le inspiraba a trabajar en lo absoluto, no le hacía disfrutar del trabajo que llevaba ejerciendo desde la década de los 20, y acababa de procesar aquello. ¿Qué se supone que estaba haciendo?
Una carcajada cansada salió de entre sus afilados dientes ante la ironía de la situación, agradecía que Husk se lo hubiera hecho saber, sí necesitaba un descanso, salir un poco, relajarse.

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Luego de una rápida sesión de aseo personal optó por salir finalmente de dicha casa, caminar sin destino claro, disfrutar del aire contaminado, los suelos manchados en basura, sangre y otros fluidos, los postes de luz que decoraban la acera cada cinco metros.
Dio una pequeña visita al caminar a través del barrio de su época, la arquitectura era notablemente diferente, la forma de los postes de luz adquirían una personalidad totalmente distinta a las típicas luces de ciudad, la vibra excepcional y old fashion, nada le podría traer más calma, eran esos momentos en los que deseaba poder estar en condiciones de saludar a su querida Rosie, una dama demasiado ocupada como para ser interrumpida.

Las calles del antiguo barrio se habían acabado, al igual que el precioso empedrado que se pulió naturalmente con el tiempo, que acabaron a dar con una zona mucho más concurrida de la ciudad central del anillo.

Sus ojos se acabaron por dirigir con curiosidad a una multitud que miraba ansiosamente las muchas televisiones que se encontraban prendidas en un mismo canal, detrás de un ventanal. "666 News" estaba recibiendo como invitada especial a la inconfundible princesa del infierno, con una nueva propuesta surgida a raíz del reciente evento de año nuevo.

It's always you - RadiohuskDonde viven las historias. Descúbrelo ahora