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Wednesday miraba desinteresada su celular, su Omega cocinaba

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Wednesday miraba desinteresada su celular, su Omega cocinaba.

En esos días no tenía mucha comunicación con Enid, la verdad solo decían Hola y Chao. Cuando dormian se podía sentir incomodidad de parte de su lengua hacia ella. Ahora mismo estaban en silencio, solo el sonido de las verduras siendo cortadas por el filoso cuchillo.

La bonita sonrisa y los oji tos deslumbrantes de Enid no estaban, en la mañana solo vio tristeza y dolor.

Wednesday quería preguntar, de verdad que quería pero se algún modo se sentía culpable sin haberle dicho el que le hacía alejarse de esa manera.

El ambiente era desesperante, su marca dolía cada día, no mantenían ningún contacto. Dos semanas pasaron así. La marca tenía una decoloración algo Café y empezaba a cicatrizar.

-Enid, Debo ir a una junta -La Omega Asintió, viendo ama Interesada en sus vegetales que, en saber el por qué de la partida de su esposa.

Un cierre de puerta y una alfa molesta sonó. Enid no le interesa, estaba más ocupada en no llorar.

Puede que está sintiéndose engañada y traicionada. Enid se
sentía vacía al estar con Wednesday luego de su salida con Emily.

Ese día vino sonriente y, con aroma a esa Omega. Toda la noche se la paso en el teléfono con ella, las siguientes semanas fueron lo mismo, sus mimos, sus besos se desvanecieron.

Una soledad abrasadora le envolvió, sus hijos notaban el cambio de humor de ellas, no se esmeraban en esconder todo lo ocurrido, Enid lo prefería así.

Derrepente un dolor en su corazón, y ganas de morder sus uñas. Se sentia incómoda, mal, triste. Wednesday la había dejado de lado.

Con sus fuerzas camino por el enorme pasillo de su casa, solada, el ambiente a hogar estaba desvaneciéndose. Al igual que su corto matrimonio.

Su cuarto estaba grisaseo. Con pasos pequeños camino, por su cuarto encontrandose con el cristal del espejo rosado.

Sus muslos habían ganado masa, su pancita tenía un bulto algo notorio, sus mejillas estaban más rechochitas.

Estaba gorda, Enid estaba gorda.

Jamás tuvo una inseguridad tan grande con su físico, le agradaba todo de ella su cintura fina, sus delgadas piernas y sus pechos no tan proporcionados.

Ahora hasta sus glúteos Lucian grandes, con pesadez se dejó caer en el suelo haciéndose bolita.

Entendía el abandono de Wednesday, Emily era delgada, más bonita, más joven, más ri sueña. Ella no tenía una condición autista. Ella no arrastró a Wednesday a un matrimonio.

Y Enid ahora dudaba que ella también la ame.

Enid sentía que dejaba de amar a Wednesday Addams. El dolor en su pecho empezó a tener más molestia.

Autismo | WenclairDonde viven las historias. Descúbrelo ahora