Chapter Five

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Salió de la estación con los ojos acuosos y llena de temor, su mano permanecía sobre su boca intentando no dejar sentimientos fuera

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Salió de la estación con los ojos acuosos y llena de temor, su mano permanecía sobre su boca intentando no dejar sentimientos fuera. Tan pronto como se relajó, dejó un suspiro en el aire. Pensar en las palabras del señor Ahn la estaban atormentando.

Una mano se posó sobre la suya y asustada la alejó dándose la vuelta, al percatarse que se trataba de su compañero, que seguramente le había seguido, sintió que estaba segura. Beomgyu se dedicó a mirarla sin decir palabra alguna lleno de confusión por su repentino acto.

—¿Está todo bien? —interrogó por fin intentando acercarse.

Nabi asintió con una sonrisa tímida, empezaba a fingir que nada malo salió de la boca de aquel policía. Sentía miedo, tanto miedo de que les pasara algo en cualquier momento.

—Debería llevarte a casa. Es tarde y es mi culpa que ahora estés aquí, además, hace algo de frío.

Mientras decía aquello se dedicaba amablemente a estirarle su abrigo. La castaña ni siquiera se inmutó para tomarlo, seguía tan perdida en sus pensamientos que no se percató del bonito acto que el chico hizo. Aún sonriendo atrajo el abrigo de regreso acercándose más para colocarlo por sí mismo, se lo pasó por los hombros a pasos lentos hasta terminar de rodearla y sonreírle. Sus miradas quedaron conectas con una enorme sonrisa y una expresión de nervios combinada al mismo tiempo con sorpresa.

—Me iré sola. Deberías llegar primero a casa. El día fue más difícil para ti, puedo con esto. —Le sonrió por fin luego de segundos sin reaccionar.

El joven en realidad estaba cansado que no pudo negarse a tan amable propuestas de su parte. Dejando una pequeña inclinación de cabeza empezó a marcharse.

Nabi se quedó observando como se marchaba teniendo esa sensación de que algo más les faltaba, una despedida más única, algo que los hiciera sentir seguros, cálidos y amados al mismo tiempo. Ese día fueron todo el uno para el otro que una despedida tan seca no sería suficiente.

—¡Beomgyu-ah! —gritó.

El nombrado inconscientemente se detuvo y dejó escapar una sonrisa después de escucharla, luego se giró hacia a ella.

Nabi primero sonrió unos segundos para después correr hasta la cercanía, su pretexto perfecto para una mejor despedida fue devolver la chaqueta. Imitaba cada movimiento que él había hecho para colocarle el lindo abrigo, así estarían a mano y ella habría podido estar con él un poco más de tiempo. Su pobre corazón ahora no paraba de latir, su amor por él estaba asomado en ese instante, para ambos era una bonita combinación de sensaciones nuevas.

—Cuídate y llega cálido a casa. No quiero que atrapes un resfriado caminando por ahí afuera. Fue un día duro, seguramente mañana será mejor.

Lo miró dejando un delicado beso sobre su nariz. Beomgyu se sorprendió tanto que no pudo evitar el sonrojo que invadía sus mejillas. Ambos se pusieron tan nerviosos como aquel instante interrumpido en la tienda donde trabajaban, y sin muchos rodeos el pelinegro por fin consiguió lo que tanto quería: un beso de Oh Nabi. Se había acercado de forma apresurada para robarle un dulce y tierno beso que duró tan solo milisegundos.

PROTECTIVE |Choi YeonjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora