Esa tarde había visto a la víctima Min Taeyang a eso de las doce del mediodía, sus palabras fueron claras «pídele perdón a Nabi de rodillas por todo lo que has hecho, de lo contrario, no volverás a ver la luz del día», pero no lo suficientes para saber que debía hacerlo bien, sin remordimientos o vergüenza.
Luego de un par de horas lo vio cumpliendo con su promesa. Se burló desde lo oscuro por lo incrédulo que era, aun así, fue divertido verlo hacer el ridículo frente a toda la universidad Yonsei¹. El chico popular amado por el mundo entero siendo humillado por una disculpa. Aunque no era cualquier disculpa, era una que Nabi merecía por todos los actos estúpidos hacia su persona, el chico lo tenía más que claro.
Taeyang no podía salirse con la suya, detrás de esa simple palabra muerta «lo siento», sabía que se encontraba una mente refutando lo contrario, un: «no me importa nada de lo que hice», y como no permitiría una nueva ofensa hacia ella tenía que actuar a su favor, debía salvarla antes de que Min quisiese hacer de las suyas.
Toda su rutina fue la básica, normal para todos sus días vigilando que todo estuviese bien. Esperó la hora exacta para ir hasta el trabajo de ella checando que se quedara con bien, fue mala idea pues sus ojos capturaron el momento preciso en que ese chico quiso besarla. La sangre le hirvió del coraje, era tan posesivo que no quería que nadie más se acercara a ella porque para él, cualquier persona que no conociera bien podía hacerle daño, solo Taehyun y Bora podían estar tan cerca, confiaba en ellos.
Luego de dejar todo en orden se fue, tenía cosas más importantes para hacer como visitar a ese joven Taeyang, su plática estaba en estado pendiente, debían terminarla. Su investigación sobre su vivienda y como adentrarse a ella fue tan fácil, lo difícil fue no hacer tanto ruido que llamara la atención de cualquier persona en aquella gran mansión.
Entró por la ventana alta que estaba abierta, le facilitaba su plan con su torpeza como si supiera que lo visitaría. Era un simple niño tonto agradado de molestar a los demás, lo volvía un motivo más para cometer su acto, así no solo salvaba a una persona sino a todo aquel bajo sus garras. Se sentía como una especie de héroe, le gustaba. Su capucha negra cubría su cabeza de nuevo, por algo el oficial Ahn lo apodó BlackHood, todos los testigos daban la misma descripción de él, y no iba a negarlo, le gustaba ser llamado así.
Aún con más suerte, Min estaba en la habitación, portaba sus grandes audífonos gamers con la vista al computador hablando con este, «un ñoño» pensó. Se detuvo a su lado mirando el juego por un momento, después dio dos leves toques en su hombro atrayendo su atención. Al notar la extraña presencia Taeyang se asustó dando un brinco y un leve grito de pánico, mientras él hacía su show dramático el desconocido apagó el juego haciendo una señal al joven indicando silencio, no podían hacer un escándalo tan llamativo.
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PROTECTIVE |Choi Yeonjun
Fanfikce❝𝗦𝗲𝗻𝘁𝗶𝗿𝘀𝗲 𝗿𝗼𝘁𝗼 𝗱𝗲 𝗮𝗹𝗴𝘂𝗻𝗮 𝗺𝗮𝗻𝗲𝗿𝗮 𝗻𝗼 𝗲𝘀 𝗺𝗮𝗹𝗼❞. Él solo quería cuidarla y terminó obsesionado con mantenerla a salvo. Protector, era la palabra que lo describía a la perfección, ¿en el buen o mal sentido? No lo sabía...