La había encontrado arrinconada en la esquina de un árbol en el parque, le recordaba al pasado, cuando era ella quien lo cuidaba. Se refugiaba en sus piernas escondiendo su cabeza en el pequeño hueco que quedaba entre sus brazos y rodillas alzadas. Desde donde él estaba, podía escucharla llorar disimuladamente. No tardó demasiado en acortar la distancia para enredarla sobre sus brazos dejando la calidez de alguien a su lado.
—Oye, está bien —musitó sobre su cabeza, acariciando suavemente el cabello de su nuca—. Estoy aquí para ti.
Ni siquiera le contestó, solo se colocó sobre su regazo y se aferró a él como una niña pequeña.
—No quería perderlo —admitió ya más relajada, con un tono de voz casi inaudible—. Estábamos tan enamorados. Creo que se salió de control. Debió ser mi culpa, lo dejé a un lado por...
—Por mí. —Inconsciente dejó salir una sonrisa—. Nosotros no escogemos lo que sucederá, estoy seguro que si supiéramos que esto pasaría ni siquiera te molestarías en tratar de ocultarlo, y así no sufrirías por alguien que realmente no es la persona que parece. Pero llegué para ti, para cuidarte y protegerte, no importa de qué o de quién, siempre me tendrás ahí cuidando que nada te pase.
Asintió contra su pecho escuchando los latidos de su corazón. La hacía sentir protegida, como si nada fuera a pasarle a su lado.
Pasaron tiempo de consolación para la castaña hasta que él se ofreció a llevarla a casa. Nabi iba tan sumisa en sus pensamientos, parecía que caminaba por inercia mientras su mente viajaba perdida. Yeonjun se acercó a ella para tomar su mano, le dio un fuerte apretón que la sacó de su trance. Se dedicaron miradas fugaces que en cuestión de segundos ya no tenían rastro de ellas.
—¿Te gustaría salir para olvidarte de todo esto? Es decir, no ahora mismo, cuando puedas y quieras.
A Nabi le apareció una enorme sonrisa.
—¿Puedes mañana?
—Para ti puedo siempre —respondió.
—Entonces te veo mañana.
—Es una cita.
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PROTECTIVE |Choi Yeonjun
Fanfiction❝𝗦𝗲𝗻𝘁𝗶𝗿𝘀𝗲 𝗿𝗼𝘁𝗼 𝗱𝗲 𝗮𝗹𝗴𝘂𝗻𝗮 𝗺𝗮𝗻𝗲𝗿𝗮 𝗻𝗼 𝗲𝘀 𝗺𝗮𝗹𝗼❞. Él solo quería cuidarla y terminó obsesionado con mantenerla a salvo. Protector, era la palabra que lo describía a la perfección, ¿en el buen o mal sentido? No lo sabía...