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Escuchaba un zumbido en su oído del lado derecho, era la única señal que tenía de estar consciente

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Escuchaba un zumbido en su oído del lado derecho, era la única señal que tenía de estar consciente. A su mente viajó el recuerdo de lo sucedido y con pocas fuerzas abrió sus ojos tratando de ver como se encontraban. El parabrisas de su coche estaba destruido, había vidrios por todo su alrededor, él estaba casi en el suelo siendo detenido solo por el cinturón de seguridad. No dudo ningún segundo en desabrocharlo cayendo encima de los vidrios. De nuevo apretó los ojos sintiendo su cara ardiendo y los hilos de sangre escurriéndole, su cuerpo dolía demasiado como para moverse.

Escuchó unos pasos acompañados de ruido externo, alguien se había asomado con una linterna que le apuntó justo en el rostro.

—Señor, le pido que no se mueva. La ambulancia está por venir y estamos sacando a su acompañante, guarde la calma.

Cuando mencionó a Nabi se preocupó, era cierto, ella ya estaba casi fuera del automóvil.

—Nabi... sálvela —susurró sin fuerzas, sentía que iba a desfallecer por segunda vez.

Fue en un parpadeo en que el ruido de más personas corriendo de un lado a otro lo hicieron seguir consciente. Ni siquiera supo como, pero en cuestión de minutos ya estaba fuera del automóvil dañado.

Yeonjun fue llevado en una camilla a la ambulancia, al lado estaba su acompañante, se preocupó al verla con aparatos sobre su rostro y gran parte de este lleno de sangre.

—Nabi. —Trató de estirar su mano para alcanzarla siendo en vano.

Se sentó de golpe sobre la camilla en cuanto escuchó que ella necesitaba una clase de tratamiento urgente.

—Señor Choi, necesito que por favor se calme y vuelva a la camilla.

—Nabi, ella está mal. Tengo que llevarla al hospital —explicó desesperado tratando de bajarse, algo que los médicos le impidieron.

—Ella será llevada por una ambulancia, no debe preocuparse joven. En cuanto esté estable le permitiremos que vaya a verla. Ahora por favor déjenos hacer nuestro trabajo.

Yeonjun los ignoró por completo intentando aún bajar. Con desesperación empujó a los enfermeros, sin embargo, antes de que pudiera seguir insistiendo, uno de ellos le inyectó una dosis de algo sobre su cuerpo que lo hizo quedar dormido, dejándole como único recordatorio que estaba camino al hospital y que Nabi permanecían seriamente herida.

PROTECTIVE |Choi YeonjunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora