Chiquito y celoso.

568 86 8
                                    

Edades de los chicos:
Spreen 5 años
Carre 5 años
Robleis 5 años
Roier 4 años

Había ciertas cosas que Roier no entendía del todo y una de ellas era el sentimiento que surgía dentro suyo cada que veía a alguien acercándose demasido a sus amigos.
Especialmente a Spreen.

Sí bien hacía pequeños berrinches donde terminaba con su carita roja por el esfuerzo de llorar, había situaciones donde lo único que buscaba era que quien llorase fuera la otra persona.

Si le gustaba compartir pero no a su ozito.

Cuando le preguntó a su madre que significaba eso, su pequeña mente solo logro entender parte de la explicación:

Ese sentimiento es provocado por los celos.

"A veces a la gente no le gusta que le quiten lo que es suyo, se enoja, se pone triste o solo busca asegurarse que no se lo quiten.
Y ahí aferrate con uñas y dientes, no permitas que alguien venga y se lo lleve.
Tú lo viste primero, ya es tuyo."

Donde claramente Quackity pensó que hablaban de algún juguete o incluso una prenda de ropa, nunca imaginó que su hijo se refería al hijo de los Rubegetta.

Lastima que lo de "aferrate con uñas y dientes" haría que Roier lo tomase de forma literal y mordiera a cada persona que quisiera acercarse a Spreen.
Sin importar quien fuese ya que hasta Vegetta y Rubius se llevaron una mordida y unos cuantos rasguños cuando quisieron cargar a su hijo.
Ahora debían pedirle permiso al castaño para siquiera llevárselo a casa ya que no querían verle llorar y por ende, ver como Spreen también se ponía sentimental.

— Rosher, mi mami me habla, ¿Me dejas irme?— el moreno tenía su carita roja mientras dejaba que Roier le diera besitos en las mejillas mientras decía que le estaba quitando los gérmenes que seguramente le habían pegado esas niñas al querer tocarle las orejitas.
Esto mientras eran observados por Carre y Robleis a cierta distancia que les aseguraba no salir mordidos este día.
Ellos de cierta forma y con su aún pequeña mente en desarrollo habían logrado entender el porque de la actitud de Roier con los demás.
Incluso Carre llegó a ser así por una semana con Rob, solo que él no mordía, su forma de defender a su amigo era un poco más especial.
Lastima que por ello ya le tenían prohibido usar tijeras...
Y pegamento.

¿Sabías que puedes intentar apuñalar con pegamento?

— No quiero...— Roier infló las mejillas como si quisiera llorar con la sola idea de quedarse sin Spreen.
Este al notarlo le abrazo dándole un besito en la frente.
Lo cual no pasó por alto por sus padres quien ya estaban tomando un montón de fotos para el álbum que habían creado para ellos.— Estoy celoso Spiin y es un sentimiento feo. Siento como si mi barriguita doliera, mi corazón se hace chiquito pero muy chiquito.

Spreen estuvo confundido unos segundos, hasta que recordó como se sintió él cuando Roier se la pasó unos días muy pegado a cierto chico que al final resultó ser su primo quien venía de visita.
Sabía exactamente que hacer.
Tomó la manita del castaño entrelazando sus deditos y rápidamente dió un beso en su mejilla para calmarlo antes de hablar.

— Rosher, ¿Por qué te pones celosito?
Yo soy tu osito, solo tuyo. Incluso si alguien más me quiere, yo solo te quiero a tí.
Tal vez también quiero a mi mami, a papi y a nuestros amigos.
¡Pero yo te amo a tí!

Puede que al ser tan pequeño no veían el peso de esas palabras o realmente no entendían el significado en ello.
O quizás, solo quizás aún siendo jóvenes ellos realmente sabían que les tenía el futuro preparado. Porque estaban destinados a estar juntos.

(Aunque eso sí, Roier ahora solo mordía a la gente que molestaba a su osito.)

— Yo solo puedo decirte, que me gustan tus ojos.— dijo Robleis llamando la atención de todos, siendo ahora el turno de Carre para ponerse como un tomate.

El amor estaba en el aire.

Karmaland Next Gen: Little adventure.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora