Oh Oh..

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Edades de los chicos:
Spreen 17
Roier 16

Todos sabían que Spreen nunca le huia a los retos, por lo cual cuando se le dijo que no se atrevía a hacer un waterdrop desde el último piso de su casa con los ojos vendados, el pensó que sería cosa fácil.
Claro.
Si no fuera porque cálculo mal la caída y fue a parar sobre la copa de un árbol logrando con ello fracturarse la rodilla y el brazo derecho.

Luego del tremendo susto que les dió a sus padres, siguió el castigo, pero bueno.
Ya suficiente tenía con tener que pasarse más de un mes postrado en la cama hasta que sus lesiones se recuperaran.

Apenas y podía jugar videojuegos ya que el molesto yeso no le daba la suficiente movilidad, sus amigos iban a visitarlo, claro, pero no podían hacer mucho en aquella habitación.
Ya hasta se había visto todas las películas que tenían guardadas.
Pensó que sería un día más aburrido hasta que noto a cierto castaño entrar a su cuarto.

Roier era el más dedicado a ir a verle.
Todos los días saliendo de la escuela le pasaba las tareas y luego le molestaba diciendo:

"Mínimo no caiste de cara, hubieras arruinado lo único bueno que tienes."

Ahora estaba en un pequeño/gran problema.

Sus padres habían tenido que salir en una misión de emergencia cuando él quería tomar un baño.
Dudó mucho de pedirle ayuda al castaño.
No puedes solo llegar y decir :

"Capo, estoy aburrido, ¿Me das un baño de esponja?"

Estará imbécil pero no tanto.

- Spreen.- se asustó al notar la cercanía que tenían. ¿En qué momento se le acercó tanto? Podía ver su respiración.- ¿En qué tanto piensas?
Tu cara está más roja que mis calzones del hombre araña.- analizó más su expresión, le estaba evitando la mirada. Parecía querer alejarse y el yeso no le dejaba- Uy~ ¿andas de cochinote?~- insinuó moviendo las cejas de arriba a abajo.-¿Por eso la cara roja?
Tendré que bañarte en agua fria~

Bromeó esperando que el contrario riera pero al verle más avergonzado, ahora era su turno de sonrojarse.

- Ey wey, perate.- ahora fue su turno de tomar distancia.

- ¡No es eso!
Es que- vos tenés que prometer que no te vas a burlar y nadie sabra lo que te voy a pedir.
¿Okay?

Roier lo pensó unos segundos y ya estaba bien sacado de pedo.

- ¿Qué pasó?
¿Tienes ganas de ir al baño?
Bueno- podría darte una mano.

Al darse cuenta de LO MAL que sonaba eso quiso corregirlo.

- ¡PRESTARTE MI AYUDA!
¡Darte!-
O sea si te doy una mano, pero no literal mi mano.
Aunque siendo grandes amigos yo podría mfg...

Pero claro... Era Roier y solo la cagaba más y tuvo que ser callado por Spren cuando le puso una almohada en la cara.

- Quiero tomar una ducha, la vieja me iba a ashudar pero tuvieron que irse. Huelo a perro mojado, me siento asqueroso y solo quiero limpiarme.- dijo bastante rápido esperando que le entendiera- ¿Podés?

El castaño asintió, no tenía porque ser tan malo.
Solo le ayudaría a llegar al baño, estaría del otro lado de la puerta mientras él hacía lo que tenía que hacer.
Luego ayudarle a volver a su cama y vestirse.
Nada del otro mundo.

Solo que la vida es una hija de puta y como Spreen solo podía usar una mano, tuvo que ayudarle a quitarse la ropa.

- ¿Crees poder sostenerte?
Necesito baj- quitar -... Tú entiendes.

El moreno asintió cerrando los ojos mientras se aferraba al lavabo y Roier le desabrochaba el pantalón.

Okay, si alguien entra y los ve en esta situación no había forma de explicarlo.
No tenía nada de malo.

Era un amigo, ayudando a otro amigo...

A quitarse la ropa.

Para luego entrar al baño.

Y-

Dioses, ya.
Por favor acaben con esta vergüenza.

Abrió levemente uno de sus ojos para ver a Roier, notando como este se había colocado su bandana para evitar ver de más, podría decir que agradecía eso.
Tenía aún algo de pudor.

Logró con un poco de dificultad sacarse los pantalones y ahora seguía la ropa interior.
Okay.
No.
No.
QUE NO.
Él podía bañarse con eso.

...

Pero luego tendría que quitarselo.
Estaría mojado-
Ya, mejor que se lo quite así.

- Creo ahora tengo que tomarte de la pierna y-...- su mano apretó lo que él creía era la pierna de Spreen, que tampoco buscaba tocar tan arriba del yeso, luego iba a creer que andaba de mano larga, aún así tenía que admitir que el osito tenía unos muslos bastante suaves.

(Momentos horny de Roier capitulo 2)

No tuvo mucho tiempo para "disfrutar" cuando le sintió tensarse y el silencio fue sepulcral.

- Spreen.

- Decime.- habló lo más calmado que podía.

- Esto... No es tu pierna, ¿Cierto?

- Nop...

Otro silencio.
Roier no sabía que pensar, hacer, como chingaos existir.
Su cara está totalmente roja, hasta sentía las orejas calientes.

Y
¿Le acaba de sentir palpitar?
Ah mira...
No sabía que podía pasar eso.

- Ro...

- ¿S-si? - apenas salió un hilo de voz.

- ¿Podés soltarme la...?

- Claro...

Soltó lo que claramente no tenía porque haber agarrado en un inicio.
Ahora estaban en un momento demasiado incómodo.

Él solamente quería ayudar a su amigo, ser su apoyo.
¿Qué hace en su lugar?
¡Va y le toca la ...!

En el mejor de los casos.
¿Esto puede tomarse como tercera base?

- ¡Hijo mío!
Ya regresamos.

Se escuchó a lo lejos en la planta baja.

Oh, oh...

¿Cómo van a explicar está situación sin que parezca que andaban de hormonales?

Aunque las hormonas de Roier si que estaban un poquito alteradas.

Mientras que Spreen, digamos que agradecía que Roier siguiera con los ojos vendados.
Porque realmente no tiene una forma de explicar lo que le está pasando a su cuerpo ahora.

Habían subido a un nuevo nivel de confianza.






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No saben lo divertido que fue escribir esto JAJA
Pobre Spreen, él solo quería bañarse y terminó como fruta de mercado
Bien manoseado JAJA

Karmaland Next Gen: Little adventure.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora