Furro

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Roier sabe que es normal el tema de las relaciones entre personas normales o "normales" e híbridas.
De gran ejemplo tenía a sus padres, los de Spreen e incluso los de Robleis.

Pero seguía teniendo una duda.
¿Eso contaba como ser furro?

Y antes que le digan que está pendejo.

¿Los hibridos caen en la categoría de furro?

Porque a lo que entiende; un furro es un animal antropomórfico con conducta humana.

¿Al revés servía?

Eran humanos con ligeros toques antropomórficos.

Y también era donde existían ligeras diferencias entre cada uno de ellos.
El mayor ejemplo era su madre, no se convertía completamente en pato.
Solo podía ver las alitas y colita.
Mientras que Spreen y el señor Rubius se volvían osos completamente llegando al punto que perdían su conciencia en ocasiones.
Sumando a Fargan que era un búho.

Podías jurar que eran 100% animales si no les veías antes de convertirse.

Uhm.

Tenía que hacer un pequeño experimento.

(...)

— Déjame ver si entendí esto.— respiro hondo queriendo asimilar lo que Roier le había pedido.— Querés que esté en modo oso y... ¿Te dé un beso?

El castaño asintió bastante emocionado y curioso.
Si le gustaba recibir un beso de Spreen en esa forma, podía confirmar que era furro.
Pero si no, era solo que tenía un fetiche con las orejitas y cola.

Tan raro no es.

Todos tienen algún gusto así.

Spreen no estaba muy convencido pero puede que también tuviera esa pequeña duda.

Se concentro dejando su lado animal salir con libertad.
Ya había aprendido a manejarlo, por lo que sus transformaciones cada que estaba nervioso o molesto parecían mantenerse en el límite de lo normal.

(Puede que tuviera que entrenar para ello al ya deber muchos muebles que rompió sin querer.)

Su cuerpo rápidamente comenzó a llenarse de pelo oscuro, su altura incrementarse y apenas pudo quitarse la ropa antes de romperla.

(Confirmando eso de que sí, estaba desnudo al transformarse...)

Se acercó levemente a Roier colocando su... ¿Mano?
¿Pata?

Eso.
En su mejilla y dando un pequeño beso en sus labios.

Se alejó atento a cada reacción.
¿Le gustó?
¿Fue raro?
¿Su aliento olía a pescado?
Porque juraba haberse lavado los dientes.
Hace como 10 horas pero cuenta.

— Spreen.— susurró mientras se le lanzaba encima.
El pobre osito apenas había podido reaccionar a tiempo para atraparlo y antes que pudiera reclamar, sus labios se vieron atacados por los ajenos.

Un beso tras otro donde y ya estaba olvidando el porque empezaron con esto.

Bueno.
Una cosa es segura.
Roier está mega enamorado (enculado) de Spreen.

Sea como sea.

Ya si admitía unas cosas serían:
Se sentía un poco raro sentir todo ese pelo.
Estaba bastante caliente, no caliente de... Ya saben.
(O quizás un poco)
Si no que tanto pelaje mantenía una buena temperatura, lo que ayudaría en las épocas de frio. Así no estaría con tantas mantas de tigre.

Y puede, solo puede.
Que sentirse pequeño entre el cuerpo de Spreen le gustaba.

Ya lo demás no puede decirlo o pensarlo porque tiene más experimentos en marcha.

— HEY, ESA MANO.

....

— Más abajo por favor.



Roier furro.

Karmaland Next Gen: Little adventure.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora