Missa

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Era claro que los genes de los héroes eran bastante buenos, solo bastaba con verles para caer encantado y más aún cuando comenzaron a mezclarse en el tema de tener hijos.
Siendo que hasta parecían heredar las mejoras características de cada uno que en cada nacimiento, todas las enfermeras, doctores e incluso otros pacientes se la pasaban admirando a cada uno de los bebés.
Teniendo el permiso de los padres hasta eran usados para decorar cada habitación, mostrar la verdadera belleza en Karmaland.
Que tenían anuncios gigantes con el rostro de los bebés, dando una cálida bienvenido y mostrando que la línea de héroes seguiría por más generaciones.

Y no es por menospreciar a los demás bebés nacidos en el pueblo o querer dar el foco de atención solo a los héroes, si no que había ciertas características físicas que parecían casi hechizar a quien las viera.

Pero teniendo que admitir algo.
Spreen y Roier tenían el mayor encanto al nacer con las características físicas más destacables de sus padres.
Siendo de Spreen unos preciosos ojos violetas, una figura de encanto similar a la de su padre Veg y aunque muchos dijeran lo contrario, la actitud de un príncipe que solo Roier tenía la dicha de conocer. Algo que era combinación de Rubius y Vegetta. Ya lo "malo" era la "bobería" del osito que solo daba puntos de ternura.
Y Roier con el encanto que haría caer a todos con ver esa sonrisa tan hermosa, una actitud agradable y calida. Pero que no quitaba que al enojarse dejaba bien en claro quienes eran sus padres. Solo era cuestión de recordar esa pequeña revolución de hace años para sentir un poco de miedo al verle así.

Era claro para muchos que terminarían juntos y con ello darían más bebés que no le debían nada a los ángeles con su belleza inigualable.

Ahora siendo Missa y Tina los que siempre destacaban en cada paseo.
Lo que los llevaba a ciertos problemas...

¿Cómo cuáles?
Ya te cuento.

Spreen decidió salir con sus hijos a hacer las compras, queria aprovechar que Roier tenía su cita de terapia para poder hacer todo sin estar preocupado de cuidar a cuatro críos.
Porque sí, Roier seguía con esa actitud infantil que a veces le hacía pensar que tenía otro hijo.

Bobby siendo de gran ayuda al traer el porta bebé con Tina y él teniendo a Missa en brazos.
No sabía porque, pero desde hace días el pequeño estaba bastante aferrado a él.
Muchos pensaron que esto fue el primer indicativo del embarazo del moreno.
Cuando un bebé se pone demasiado "chipil" (dicho así que busca más cariño o atención) era un indicativo que no quería que le quitarán el cariño de sus padres con la existencia de un hermano o hermanita.
Pero era extraño. Tina parecía estar normal, ¿No tenían porque estar así ambos bebés?
Ya que Bobby en un inicio si tuvo una actitud caprichosa, pero rápidamente se le quitó cuando el papel de hermano mayor fue asignado.

Spreen estaba comprando algo de fruta cuando perdió de vista a dos de sus hijos, no entraría en pánico ni se molestaría, estaba seguro de donde los iba a encontrar y sí.
Bobby tenía a su hermanita viendo un montón de peluches de gatitos y conejos, siendo la pequeña la más emocionada mientras se aferraba a cada uno.

— Tenés que avisarme que vendrán acá.— no lo estaba regañando, sabía que tenía buenas intenciones, solo que no era aún del todo seguro andar por ahí sin cuidado.

— Lo siento, ma. Es que quería comprarle un peluche a Tina y Missa sin que te dieras cuenta. Es un regalo de hermano mayor muy especial para ambos.— dijo con orgullo tomándose su papel enserio.Solo que no puedo encontrar uno que puedan compartir.—

El moreno sonrió levemente y dió una caricia en el cabello de su hijo.

Colocó con cuidado a Missa entre todos los peluches y comenzó a buscar algo que quedará en los gustos de los menores.
Tenían que aprovechar que estaba dormido antes de que comenzará a llorar al no sentir el calor ajeno.

Karmaland Next Gen: Little adventure.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora