"Spreen es mi novio."

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Realmente Roier está luchando contra si mismo para no hacer una escena en la escuela.
Pero aquella chica que está muy cerca de Spreen se lo está haciendo cada vez más difícil.

¿Era tonta acaso?
¿No se daba cuenta de lo jodidamente desesperante que es?

Pasándose todo el día alrededor del moreno, soltando esas risitas estúpidas y queriendo tocarle las orejas.

Claro que Spreen reaccionaba alejándose rápidamente o pidiéndole de favor que no le tocase.
Era más que obvio que actuaba así por miedo a estar en la sala de castigo de nuevo cuando la fecha del lanzamiento de aquel videojuego estaba cerca.
Si se metía en problemas no obtendría la nueva versión y era lo peor que le podía pasar.

- ¿Podés dejar de hacer esa cara? Se te arruina el cutis.- bromeó Carre sentándose a un lado suyo.
Él también estaba harto de aquella niña, parecía una chinche o mejor dicho, una pulga que se negaba a dejar solo al osito.- Deberías hacer algo para que se aleje de Spreen. Vos podés, dudo que alguien se atreva a castigar al hijo del alcalde.

Vale.
Tenía razón, pero a la vez no le gustaba jugar esa carta a su favor.
Odiaba los tratos especiales solo porque su padre era el alcalde, todos haciendo caso a sus peticiones aún si fueran totalmente ridículas.

Como aquella en que pidió jugando que le dieran un pony por sacar una carita feliz en su trabajo de artes.

¡Que jamás pensó que si le harían caso!

Igual tener a pompón durante una semana antes que sus padres se dieran cuenta fue divertido.

Ahora estaba entre la espada y la pared.

Podía esperar a que el propio Spreen alejase a la niña o meterse de lleno usando su inmunidad.
Que difícil decisión.

- Uy, ¿No está intentando besarlo?

Giró la cabeza casi como el exorcista notando como había tomado al moreno de las manos mientras acercaba su rostro.

- ¿Ya podés meterte o tendré que hacerlo y-...?

Dejó de hablar al notar como el castaño se fue corriendo hasta ellos.

Puede que no haya sido tan buena idea meter más leña al fuego.
Pero sería divertido ver lo que pasaría.

- Vamos, Spreen, mi mami dice que los besitos son buenos.- intentaba poner sus labios sobre la mejilla o quizás los labios del híbrido, quien solo podía mover la cabeza al no querer lastimarla con sus garras.

- No quiero. Déjame ya.

Estaban en un pequeño forcejeo hasta que otras manos se colocaron en el cuerpo de Spreen logrando alejarlo de la molesta niña rubia.

-¿Puedes dejarlo en paz?

Roier se puso en medio de ambos mientras cruzaba los brazos.
Lo cual rápidamente fue imitado por ella, quien no estaba para nada contenta con la interrupción.

- ¿Por qué?
Solamente estoy pasando el tiempo con mi novio.

Y ese comentario hizo hervir la sangre de Roier y darle algo de asco a Spreen.
¿Esa mocosa quien se cree?
Estaba acabando con su paciencia.

- Spreen es mi novio, no el tuyo.- dijo mientras le tomaba de la mano y daba un beso rápido en su mejilla.
Lo cual causó asombro, en todos los presentes que no habían podido ignorar más la situación.

- ¡Dos niños no pueden ser novios!- gritó molesta queriendo volver a tocar a Spreen.- ¡Spreen es mi novio y tendremos muchos bebés cuando seamos grandes!

Estaba haciendo un gran berrinche.
Todos miraban ya incómodos la situación.
Sus manos se colocaron sobre las mejillas de Spreen, lista para darle un beso y dejarle en claro que no se rendiría.

Solo que nadie se esperó que después de eso se escucharía un llanto.
Y los profesores salieran corriendo hasta el patio para saber que sucedía.

Una marca de mordida estaba en el brazo de la niña, quien lloraba a todo pulmón sentada en el suelo.

- No vuelvas a acercarte a él o te juro que la próxima mordida no será tan suave.- gruñó Roier siendo el responsable de dicho acto.

Parece que los genes de Quackity estaban bastante marcados en él aún cuando era tan identifico a su padre.
Y mientras que todos los adultos fueron a auxiliar a la pequeña, él le estaba dando besos en las mejillas a Spreen.
Quien a este punto estaba más rojo que una manzana.

¿Qué?
Tenía que limpiarlo, era obvio que las niñas tenían piojos.

De ahí puede que muchas otras compañeras y compañeros terminasen mordidos cuando Spreen vio en esto una oportunidad de recibir besitos de Roier sin pedirlo.

Nadie puede juzgarle.
Cualquiera haría lo mismo en su lugar.

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Hice votación en el grupo y esto ganó ~
Disfruten
Y si que Roier es celosito 👀




Karmaland Next Gen: Little adventure.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora