Capítulo 1: Un día en la vida de Fénix y Mío

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Me llamo Fénix, vivo con mi novio Mío, ambos somos huérfanos de padre y madre, pero eso nunca afecto en nuestra relación, mi novio Mío era alto, cabello medio largo castaño, ojos azules y tenía músculos ya que iba mucho al gym. Yo apenas lo alcanzaba, pero siempre me quiso a pesar de mi tamaño, tengo el pelo largo y liso, de color pelirrojo y ojos verdes claros.

Íbamos caminando por el parque de la ciudad, yo le reté a una carrera hasta la tienda de snacks, comenzó la carrera, el iba a la delantera pero yo lo iba alcanzado porque además de ser pequeña era muy buena corriendo y al final llegué en primer lugar, mi novio y a mi nos faltaba mucho el aliento, pero cuando volteé hacia la tienda de snacks me quedé perpleja de tanta comida que había y me empezó a salir saliva, tanto así que mi estómago empieza a gruñir como loco, ya que me había saltado el desayuno y mi novio también pero el no tenía mucha hambre al parecer, froté mi estómago y suspiré, le dije a mi novio que estaba tomando agua:

Fénix: Oye amor porque no vamos a caminar para hacer ejercicio.

Unas horas más tarde, llevábamos más de 2 horas que no comíamos, mi novio me agarraba de la mano porque el y yo nos amamos mucho y no nos separamos cuando estamos caminando juntos, tranquilos que íbamos hasta que el estómago de mi novio gruñe un poco fuerte, fue audible para mí, se dio dos palmadas en el estómago y se lo frotó.

Mío: Amor, ¿tienes hambre?

Fénix: No amor estoy bien, gracias por preguntar.

Yo soy un poco tímida con el, a pesar de que llevamos mucho tiempo conociéndonos.

Mío: Vayamos a comer hamburguesas.

Caminamos mucho pero por fin llegamos, ya estábamos allá y mi estómago gruñía sin parar pero gracias a Dios no era muy fuerte ni audible para Mío. Pidió un menú muy apetitoso.

Mío: Amor, de verdad, ¿no tienes hambre?

Fénix:  No amor, come tranquilo.

Mío: Bueno, vale.

Mientras comía, mi estómago gruñó fuertemente y mientras masticaba escuchó el gruñido pero en realidad no sabía que era el gruñido de mi estómago.

Mío: ¿Escuchaste eso amor?

Fénix: ¿Escuchar? ¿el qué? yo no escuché nada, seguramente fue algún perro pasando por ahí, je je je.

El se quedó un poco pensativo y siguió comiendo y sólo me froté el estómago tenía muchísima hambre, pero a pesar de que estaba en ayuno también estaba a dieta por recomendación médica.

Unos cuantos minutos después terminó su hamburguesa y nos fuimos, caminamos un poco y nos sentamos en un bonito banco de un parque con una fuente preciosa, el ambiente era hermoso, todo estaba tranquilo y silencioso, yo solo quería estar con mi novio Mío, recosté mi cabeza en su hombro, me miró y sonrió, me dio un beso y recostó si cabeza en la mía.

Unos cuantos minutos después sentí un vacío en el estómago y revise mi reloj a ver qué hora era y eran casi las una de la tarde y me sorprendí muchísimo y sólo pensé "Wow, de verdad, ¿en todo este tiempo no comí? estoy muy hambrienta".

Mío: Amor, ¿qué ocurre?

Fénix: Nada amor.

Mío me miró fijamente porque cree que le estoy ocultando algo, y me dijo:

Mío: Fénix, dime la verdad nena, ¿te pasa algo? estás un poco extraña, ¿será que tienes hambre?

Fénix: Emmm.

Y en ese momento mi estómago gruñó todo lo que tenía que gruñir, es decir, fuertísimo, ya sabrán como se sintió ese gran gruñido en mi estómago vacío, se sintió como un gran retumbo como los ecos densos de las cuevas pero mucho más fuertes, así se sintió.

Amor Irrompible [ Completo ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora