La primera vez que vió al brillante pájaro amarillo, su corazón lloró incesantemente.
Tenía ojos redondos y brillantes, un cuerpo pequeño que le ayudaba a mantener su cuello y sus alas en movimiento durante todo el día.
La leyenda dice, que cuando tomas al pequeño pájaro dragón entre tus manos, él te permitirá escuchar una canción hermosa y te compartirá de su calor.
A diferencia de las de origami, las aves reales cautivaban a Jungkook más que la presencia de mil joyas diferentes. Juró entonces, desde el fondo de su corazón, cuidarlo sin cansarse. Toda su vida.
Apreciarlo...
Modales corteses, instrumentos musicales, canciones, origami, como fabricar textiles y como hacer bordados: no disfrutaba en lo más mínimo de todas las lecciones que recibía por ser un OMEGA... pero al menos tenía el consuelo de los pájaros. Le agradecía a Hoseok, su amigo de la infancia, por darle de regalo un pájaro dragón porque, incluso cuando estaba en la habitación, escuchar al pajarito le hacía sentir como si estuviera en el bosque.
Era su tesoro favorito y el más importante.
Quería a los pájaros porque eran importantes... Tanto que a este lo sacó de la jaula y lo dejó caminar.
Cuando el pajarito revoloteó la primera vez, la gracia del ave, que debería haber sido grande, parecía estrecha y apagada. Pensó, que quizás el animalito quería volar, pero volar de verdad.
Si Jungkook fuera un pájaro, volaría en el cielo. Muy alto. Cortaría el viento con sus alas, en el cielo azul profundo, y volaría sobre todo el verde profundo del bosque.
Pero cuando abrió la puerta del pájaro dragón, el pajarito saltó y voló alegremente alrededor del techo en círculos grandes. Notó el cielo fuera de la ventana y se dirigió directamente hacia él.—¡Espera!
El pájaro chocó con el vidrio, que estaba bien cerrado, y emitió un sonido de lloriqueo adolorido. Jungkook extendió sus manos a toda prisa, lo tomó, lo sacudió varias veces, temblando, y finalmente... Notó que había dejado de moverse. Aunque todavía estaba caliente,su pequeño cuerpo, estaba perdiendo la vida, de repente también pareció perder el color.
Jungkook no pudo moverse por un largo tiempo, contemplando el cuerpo que se enfriaba lentamente en su palma.
—Es mi culpa.
Si pudiera ver el mismo cielo azul que veía el pajarito a diario antes de ser encerrado, habría entendido lo mucho que deseaba salir, pero a Jungkook nunca se le ha permitido contemplar el azul del firmamento más allá de los límites de la propiedad de los Jeon; desde que nació su vida ha sido igual a la de un pajarito enjaulado.
Jungkook no salió de la habitación ni siquiera a la hora de la comida y no respondió a las llamadas de los sirvientes. Los otros Omegas vinieron para ver qué le sucedió y lo encontraron ahogándose en sus lágrimas, sentado en medio de la habitación, con un pajarito sin vida entre sus manos.
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En las Garras del Lobo (Taekook)
Lobisomem¿Por qué nació siendo un Omega? El Omega Jungkook, que nació dentro de los muros de la casa de la familia Jeon, no podía aceptar su terrible destino. Parecía ser incapaz de comportarse como un Omega o ser delicado como uno y ya que fue abandonado...