Yoyo y la nueva vida de Jungkook

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Cuando regresó a casa, encontró el auto estacionado en la puerta delantera. Era una limosina increíblemente lujosa ¿Era una visita de algún aristócrata conocido de su madre? Por la puerta principal, los criados comenzaron a salir a toda prisa y, por la sombra del camino que iba del campo trasero al jardín, Taehyung fue quien apareció de pronto. ¿Por qué esta aquí otra vez? Fue su primer pensamiento, pero antes de que pudiera preguntar, una cosa cálida tocó sus pies y comenzó a picotearle entre los dedos. Bajó la mirada y gritó:  

—¡¡Yoyo!! ¿¡Por qué estás aquí a estas horas!?

Yoyo cacareó, y cuando extendió sus alas a todo lo largo, comenzó a correr enérgicamente hacía el campo de atrás. Era como si le estuviera diciendo:
—Vamos, tienes que perseguirme. —¿Pero deberían de jugar ahora mismo? ¿Lo perseguía o dejaba que se escondiera en la puerta trasera como de costumbre?
Yoyo corrió hacia el patio delantero mientras continuaba cacareando y por consiguiente, Taehyung se dio cuenta de eso muchísimo antes que algún sirviente o criada. Notó a Jungkook, levantó una mano hacia sus acompañantes en pánico y se acercó.

—Primero que nada, hola.

—Hola.

No le hizo mucho caso mientras saludaba, porque su línea de visión estaba concentrada únicamente en Yoyo. El pollo ya lo estaba mirando desde un lugar distante, probablemente porque todavía quería que lo persiguiera y jugara con él. Al ver al pollo listo para correr de nuevo, Taehyung le hablo entre risas.

—¿Está huyendo de nuevo porque no quiere que se lo coman? Es bastante enérgico.

—Sucede que ese pollo no está en el menú.

Tan pronto como respondió lo más silenciosamente posible y caminó hacia afuera por la puerta principal, Yoyo comenzó a correr de un modo impaciente y atolondrado. Parecía dirigirse al jardín exterior una vez más así que Jungkook lo persiguió apresuradamente.

—¡Oye, Yoyo! ¡No vayas al patio!

Persiguiendo a Yoyo que había escapado mientras movía su cabecita felizmente, Jungkook saltó al arbusto, se peleó con él y regresó, con el pollo gritando todavía entre sus brazos, después de que Jungkook le recordara por enésima vez que no era más que un criminal en huida de su corral.

Taehyung estaba parado en el camino que conducía al patio trasero así que lo vio fruncir el ceño y pasar junto a él, diciendose a si mismo que al final de cuentas, solo era un pasatiempo extraño, el que tenía el Omega.

—Ese pollo...

—¿Qué?

—Le diste un nombre. Si tiene un nombre, ya no puedes comerlo.

—No es comida, es amigo.

Fue algo tonto llamar por su nombre al pollo descuidadamente cuando ese lobo estaba allí. No era un niño como para nombrar a un animal que debería ser comestible y perseguirlo como si fuera un perro de caza. Jungkook fingió estar tranquilo mientras le hablaba, pero pensó que incluso Stella no sabía  que el nombre del pollo era Yoyo.

—Entonces es tu mascota.

—Eso no te importa.

—No se si estoy enloqueciendo, pero podría jurar que por un momento, el pollo comenzó a sonreír. No me extraña que esté tan apegado a ti.

—¿Podrías por favor... Irte?

Era la peor actitud hacia un superior que además era un lobo Alfa invitado, pero no le importó en lo más mínimo. Taehyung entrecerró los ojos suavemente, aunque no pareció enojado por esto.

—Quiero hablar contigo.

—¿Sobre qué?

No era su costumbre pero, frente a Jungkook, quien seguramente daría un paso para atrás en cualquier momento, Taehyung corrigió su postura para verse más amigable. Lo miró directamente y extendió su mano derecha.

En las Garras del Lobo  (Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora