18. ¿QUÉ HAS HECHO?

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Sergio sacó su móvil del bolsillo donde lo llevaba. Se sorprendió al ver a aquel nombre en la pantalla y entonces dijo:

- Es Alfonso.

- Contéstale - le aconsejó Irene.

Mónica escondió su cara detrás de sus manos. Se la veía preocupada e incómoda. Sergio respondió:

- ¿Sí?

- Sergio - empezó a decir Alfonso - tengo mi declaración grabada aquí en el móvil. No... puedo... venir - dijo con un hilo de voz que le empezaba a fallar.

- ¿Y por qué no puedes venir? - preguntó inocente Sergio sin sospechar las circunstancias bajo las que se encontraba Alfonso. Aunque su voz sonaba cada vez más baja.

- Mónica... - Alfonso tragó saliva - Mónica... me ha... - cerró los ojos, empezaban a fallarle las fuerzas.

- Alfonso, ¿qué te pasa? No te duermas - le pidió Sergio, pero entonces se oyó un golpe.

Sergio miró el teléfono extrañado, sin entender qué podía haber pasado al otro lado de la línea.

- ¿Qué pasa? - preguntó Pilar.

- No sé, pero tenemos que ir a ver que le pasa. Esto no es normal.

Sergio se dirigió al juez, le contó lo que Alfonso le había dicho en la llamada. El juez hizo que se acercaran un par de agentes y les indicó que fueran con Sergio a casa de Alfonso para ver que había pasado.


* * *

Llegaron a casa de Alfonso una media hora después. Sergio bajó del coche de policía indicándoles el portal.

- Es aquí.

Detrás de ellos, en otro coche, iba Mónica, ya que la policía había decidido llevársela también a ella, pues como vivía allí, podría abrirles la puerta con su llave.

Irene y Pilar les habían seguido en su propio coche.

- Venga, vamos, señorita - le instó el policía, pero Mónica se resistía a dar un paso.

- ¿Mónica, que pasa? - le preguntó Sergio.

- Yo... - Mónica empezó a llorar sacando las llaves del bolso.

- Mónica, ¿qué has hecho? - preguntó Pilar alarmada.

Uno de los policías cogió las llaves de las manos de Mónica y abrió el portal. En el ascensor, primero subieron Sergio, Mónica y un par de policías. Llegaron al 3º y Sergio les indicó la puerta, abrieron y entraron. Mónica iba detrás de uno de los policías, el otro iba tras ella. Y al llegar al salón lo vieron. Alfonso estaba tendido en el suelo sobre un charco de sangre y parecía estar inconsciente.

Uno de los policías se acercó a él y le tomó el pulso. Pero Alfonso estaba tendido en el suelo, sobre un charco de sangre y parecía estar inconsciente.

Uno de los policías se acercó a él y le tomó el pulso. Pero Alfonso estaba muerto, tenía un cuchillo clavado en el abdomen.

- ¿Has sido tú, verdad? - le preguntó Sergio a Mónica.

- Yo... yo no quería...

Justo en ese momento entraron Irene y Pilar y esta llevándose una mano para taparse la boca, exclamó:

- ¡Ay, por el amor de Dios!

Mónica se echó a llorar a moco tendido, mientras uno de los policías sacaba sus esposas y se las colocaba a Mónica.

El otro policía había cogido el móvil de Alfonso que estaba en el suelo junto a él. Trató de desbloquearlo y buscó el audio que Sergio había dicho que había grabado.

"Esto es una confesión y espero que sirva..."


* * *

No hizo falta que la grabación llegara al final, para que el agente sacara sus esposas y se las pusiera a Mónica diciéndole:

- Señorita, está usted detenida.

En la grabación Alfonso la acusaba directamente.

- No, yo... - trataba de excusarse Mónica - Yo no quería, pero...

- Por Dios, de verdad, has llegado muy lejos - le recriminó Sergio.

- Solo lo hice por Lorenzo - gimoteó llorando ella.

Los policías se la llevaron y el resto salió del piso, ya que no podía hacer nada más allí. Por el camino de vuelta al juzgado, en el coche, iban comentando lo sucedido.

- Jamás pensé que Mónica pudiera llegar a hacer algo así - dijo Sergio.

- Hijo, después de todo lo que ha hecho, no sé. Yo no lo veo tan descabellado.

- Lo peor es lo mal que lo ha pasado Lorenzo con todo esto y todo lo que ha perdido - dijo Irene.

- Sí, la verdad es que sí. Perdió a su novia, su amigo y casi pierde hasta la libertad - añadió Sergio.

- Menos mal que te encontró a ti - Exclamó Pilar dirigiéndose a Irene que sonrió agradecida.


* * *

Lorenzo salió del juzgado expectante. Le habían dicho que todas las acusaciones se habían retirado y que fuera le esperaba su familia. No sabía si Irene iba a estar allí, pero al salir y ver a Irene, sintió que tenía una posibilidad. La amaba y no quería dejarla escapar, sabía que le había fallado, que le había hecho daño, pero la quería y se había propuesto hacer cualquier cosa para que ella volviera con él.

Sergio levantó la mano saludándolo, pensando que quizás no los había visto, pero sí los había visto. Allí estaba también Pilar, además de Irene y Sergio. Sonrió mirando a Irene, esta también sonreía sin apartar la vista de él. Lorenzo se acercó a ella con la esperanza de que esta le recibiera con los brazos abiertos, y así fue. Así que pasando de su madre y su hermano, Lorenzo se dirigió hacia Irene. Se abrazaron y se besaron durante un largo rato.

- Bueno, y para los demás ¿qué? - le llamó finalmente la atención su madre.

Lorenzo soltó a Irene y abrazó a su madre y a Sergio.

- Gracias por todo - le dijo a su hermano.

- Yo no he hecho nada, ha sido tu amiga.

- Sí, que pena que haya acabado de esta manera - se lamentó Lorenzo.

- Anda, vamos que he quedado - dijo Sergio.

- Vaya, ¿y con quién si puede saberse? - le pinchó su hermano.

- A ti no te lo voy a decir - respondió Sergio riendo.

MAMA POR SORPRESADonde viven las historias. Descúbrelo ahora