Capítulo 28↷❀

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—¿Qué hacen ustedes con el celular de Jungkook?— a Jimin le parecía curioso que JungSeok siempre le quitara el artefacto mencionado a su novio.

—Me lo prestó.

El niño caminó de vuelta hacia la cama de Jimin, retomando su posición anterior.

—Se lo quitó a escondidas, siempre lo hace.— JungHwan le dijo a Jimin.— Mi papá dice que estamos muy pequeños para tener un celular.

—Pues tiene toda razón, tienen 7 apenas.

—Ya estamos por cumplir ocho años, Jimin.— JungSeok mencionó trasteando el celular ajeno.— ¿Qué me darás de regalo?

—Yo quiero un televisor.— el pequeño JungHwan sonrió esperanzado.

—Uy sí, Jungkook tiene uno en su cuarto.— JungSeok apoyó la idea.

—Sería bueno que nos regala una piscina inflable, de esas que salen en la tele.— JungHwan se acercó a su hermano recostándose en la cama.

—¡Ya sé!— los ojos de JungSeok se iluminaron.—¡Qué nos regale un carro!

—¡Sí!

—Ni siquiera tienen edad para eso.

—Las opciones están.— JungSeok se encogió de hombros.

Dios míos, cada día se sorprendía más por lo ocurrentes que eran los menores. Pero sería aburrido si no fuesen así.

Se dedicó a observarlos por un buen tiempo mientras jugaban quién sabe qué en el celular de Jungkook, se divertían mucho ellos dos, en su propio mundo. Le agradaba el sentimiento que estos le transmitían, se sentía acompañado en su desespero, aunque aquellos dos fuesen completamente ajenos a sus problemas.

Su celular vibró sobre la mesa y Jimin lo tomó respondiendo la llamada entrante.

—Hola, Dahyun, ¿Va todo bien?— preguntó nervioso, de nuevo.

—Hola, sí.— respondió aquella.— Te tengo noticias.— dijo con tono emocionado.— Estamos faltos de personal y a mi primo le agradó mucho la idea de que un amigo mío venga a trabajar con nosotros.

—¡Oh! ¿He sido aceptado?— preguntó sorprendido, no esperaba que algo como eso sucediera así de fácil.

—Digamos que sí, él quiere conocerte.— se escuchó el choque entre unos vasos de vidrio en lo que aquella hablaba.

—¿Algo así como una entrevista?— mordió su labio inferior con algo de desesperación.

—Se podría decir que sí, pero no necesitas traer currículo o algo así.— eso le aliviaba porque honestamente, no sabría qué agregarle a su hoja de vida si no había hecho la gran cosa en toda su vida, ni siquiera tenía antecedentes de antiguos trabajos, era un desastre.

—Es bueno escuchar eso.

—Sí, me dijo que sería excelente si puedes venir mañana.— ahora el grifo abierto se escuchaba del otro lado de la línea.

—Por supuesto, ¿en la mañana?

—Tiene que ser en la tarde porque en la mañana no nos queda mucho tiempo.

—Entiendo, entonces iré mañana por la tarde.

—Te espero, nene.

—Gracias, Dahyun.

—No hay de qué. Nos vemos mañana.

—Hasta mañana.

Ahora se sentía más aliviado, al fin la presión en sus hombros se sentía menos pesada. Pero aquella sensación desesperante aún permanecía incrustada en su pecho, pues todavía le faltaba encarar a su padre y tenía mucho miedo porque no quería irse con él.

—Cada vez se me hace más difícil entrar por esta ventana.

Jimin buscó con la mirada hacia donde provenía aquella voz, encontrándose con un Jungkook entrando con dificultad por la bendita ventana.

—¿Cuantas veces te he dicho que entres por la puerta?

—Me sale mucho más fácil, si entro por la puerta tengo que caminar más y subir más escalones.— se defendió aquel.

—¿Deberíamos entrar nosotros también por la ventana?— JungSeok le dijo a su hermano gemelo.

—Ustedes no tienen permitir hacer eso.— reprendió Jungkook de inmediato.—Te traigo algo, Jimin.

Las manos de Jungkook estaban escondidas tras su espalda sosteniendo algún objeto misterioso, Jimin lo miró con desconfianza.

—¿Qué es?

—Son calzones.

La risa de los gemelos se escuchó en el fondo, estaban prestando atención a lo que los dos mayores hacían. Jimin boqueo indignado sin saber qué decir.

—No... No necesito calzones.— mencionó sintiéndose molesto y avergonzado.

Jungkook rió en complicidad con sus hermanos. Pareciera que a los tres les encantaba jugar de esa forma con Jimin, pobre, no sabía en las garras de quien había caído. Mejor dicho, de quienes...

—Es broma.— el pelinegro se acercó a Jimin con una gran sonrisa. Cuando estuvo lo suficientemente cerca reveló un pequeño peluche de felpa color café.

Los ojos avellana de Jimin se iluminaron con gracia pura. Las comisuras de sus labios se estiraron formando una bella y espléndida sonrisa.

—¡Es tan lindo!

—Habían osos pero pensé que te gustaría más un perro.— mencionó el pelinegro rascando su nuca con timidez.

—Gracias, no debiste hacerlo.

—Ayer te vi triste y me dije, "no es posible que el novio del gran Jeon Jungkook esté triste, debo hacer algo de inmediato". Así que esta mañana fui muy temprano a comprarlo.

Jimin no supo qué decir, en cuanto logró reaccionar estaba abrazando fuertemente a su pareja, haciéndole ver lo agradecido que estaba por el detalle tan bonito que había tenido con él. Enterró su rostro en el pecho de Jungkook y se quedó un momento así, recibiendo el calor del contrario que lo apresaba con sus fuertes brazos.

Mi vecino es un TONTO ⤿❀ | kookMin | +18 TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora