Dos días en los que la pareja no habían hablado demasiado, Jungkook siguía llevando a Jimin al trabajo, como ya era una costumbre, pero la tensión entre ellos era palpable. A pesar de estar lado a lado, había una barrera emocional que los separaba. Ninguno de los dos había querido abordar de nuevo la discusión que tuvieron aquella noche y el silencio pesaba.
Jimin se sentí frustrado, se repetía a sí mismo que no debería tener que justificarse, porque no había hecho nada malo, pero… no podía quitarse esa sensación de encima.Jungkook, por su parte, mantenía sus manos apretando firmemente el volante, su mente daba vueltas alrededor de las palabras de Yeonjun. Las dudas lo carcomian, pero no sabía cómo expresarlo sin provocar otra pelea.
Jimin llegó a su turno en la cafetería, intentando dejar atrás el malestar de su discusión con Jungkook. Lo único que quería era que el día pasara rápido, pero en cuanto entró, notó que el señor Kim ya lo estaba observando desde el mostrador, con esa sonrisa que cada vez se le hacía más incómoda.
—Jimin, justo a tiempo como siempre, me alegra verte. Qué bueno es tener empleados tan dedicados.— llegó hasta donde estaba el nombrado.
El castaño forzó una sonrisa, sintiendo el tono incómodo que había aprendido a ignorar.
—Gracias, señor Kim. Voy a empezar con las mesas.— dijo algo nervioso.Sin embargo, el señor Kim no parecía estar listo para dejarlo ir tan fácilmente. Se inclinó un poco más cerca de Jimin, invadiendo su espacio personal. Jimin se tensó ligeramente, tratando de mantener la profesionalidad que siempre había demostrado.
—Eso es lo que me gusta de ti, siempre tan puntual, proactivo y… dedicado.
Jimin asintió sin decir nada más, el tono que el señor Kim utilizó hizo que Jimin sintiera un escalofrío en la espalda, pero decidió ignorarlo y comenzó a dirigirse a las mesas. Sin embargo, el señor Kim lo siguió, no dispuesto a dejar que la conversación terminara tan rápido.
—¿Sabes, Jimin? He estado pensando en lo duro que trabajas aquí. Siempre he admirado a las personas que se esfuerzan tanto… haces un trabajo excelente, pero no quiero que te sobreesfuerces demasiado... Después de todo, alguien tan… especial como tú necesita tiempo para disfrutar de la vida, ¿no crees? Hasta podríamos pasar más tiempo juntos después de tu turno… si te interesa, claro.—dijo sonriendo de manera insinuante.
Jimin se congeló un segundo, incómodo pero tratando de mantener la compostura. El señor Kim tenía esa manera de alargar las palabras que parecía tener un doble sentido. Trató de no darle importancia, pero el contrario se acercaba cada vez más.
—Lo hago porque disfruto trabajar aquí, y necesito pagar mis estudios. Estoy bien, en serio. Además tengo otros compromisos después del trabajo, pero gracias por la oferta. — trató de evadir la incómoda propuesta mientras se movía para limpiar las mesasEl señor Kim sonrió, pero su mirada permanecía fija en Jimin de una manera que lo incomodaba.
—Eso es admirable, Jimin. Pero un chico como tú no debería tener que preocuparse tanto. Sabes… si alguna vez necesitas ayuda, estoy más que dispuesto a darte un empujoncito. Un pequeño favor entre amigos, ¿qué dices?
La voz del señor Kim estaba cargada de insinuaciones, y aunque Jimin trataba de mantenerse neutral, la incomodidad era palpable. Sus manos temblaban ligeramente mientras trataba de enfocarse en limpiar la mesa frente a él.
—Agradezco la oferta, señor Kim, pero no quiero incomodar a nadie. Prefiero ganarme lo que necesito trabajando— trató de ponerle fin a la conversación.
—¿Incomodar? Para nada, Jimin. Te aseguro que sería todo lo contrario. De hecho, me encantaría… ayudarte.— tomó la mano de Jimin para que aquel dejara de limpiar la mesa con insistencia. —Podríamos vernos fuera del trabajo, tal vez cenar, hablar sobre tu futuro… Tengo muchos contactos que podrían beneficiarte. Solo imagina lo que podrías lograr con un poco de ayuda extra.
Jimin detuvo su acción mirando con incomodidad a su jefe, el insinuante tono en su voz lo dejó claro: esa "ayuda" venía con un precio, uno que Jimin no estaba dispuesto a pagar. Tragó saliva, sintiendo cómo su estómago se revolvía.
—Prefiero seguir haciendo las cosas a mi manera, pero de verdad lo agradezco.— trató de soltarse del agarre pero era muy firme.
—Ah, Jimin. Siempre tan humilde. Pero no tienes que serlo conmigo.— dijo sonriendo de manera peligrosa.— No sabes cuánto te admiro…— miró fijamente los labios del castaño relamiendo los suyos propios. — Esa forma en la que te mueves, cómo manejas todo con una sonrisa… Deberías aprovechar esas cualidades.
Jimin sintió que la conversación estaba yendo demasiado lejos. Dio un paso atrás, intentando poner distancia entre ambos, pero el señor Kim no parecía dispuesto a ceder.
—Siempre me ha parecido una lástima que un chico como tú esté trabajando aquí en lugar de disfrutar de la vida…— agregó bajando el tono de su voz.—Me pregunto si hay algo o alguien que te detenga. ¿Tal vez una relación?
La insinuación era clara, y Jimin sintió el calor en su rostro. No sabía si era de incomodidad o de rabia contenida.
El señor Kim se acercó más a Jimin rozando su cuerpo con el otro, acercó sus labios a la oreja del castaño para preguntar.
—¿Tienes novio, Jimin?— sus labios rozaron la piel del nombrado, haciendo su acercamiento aún más prolongado.
Jimin estaba a punto de responder, cuando, de repente, levantó la vista y lo vio. Jungkook estaba parado fuera de la cafetería, observando toda la escena, tras el ventanal, con su cuerpo recostado sobre su auto y sus brazos cruzados sobre su pecho.
Desde su posición, Jungkook observaba al señor Kim inclinarse hacia Jimin, con una expresión que dejaba poco a la imaginación. Vió cómo su jefe le hablaba de manera demasiado cercana, y aunque no podía escuchar las palabras, lo que vió bastó para hacer que el malestar dentro de él se disparara.
El señor Kim no se había dado cuenta aún, pero la expresión de Jungkook era suficiente para hacerle saber a Jimin que la situación estaba a punto de explotar. Los celos y la desconfianza en los ojos de Jungkook eran como un puñal en el pecho de Jimin, y aunque no podía escuchar lo que estaba pasando, era evidente lo que creía estar viendo. Negó con decepción.
Para Jimin, el tiempo parecía detenerse. Vió la reacción de Jungkook, y sabía que esa situación solo haría que las cosas empeoraran. En Jungkook los celos y la desconfianza hervían en su interior mientras observa la escena. Aunque Jimin parecía incómodo, el hecho de que no haya dicho nada sobre su jefe lo hacía sentir traicionado.
—Piénsalo, bonito.— se atrevió a decir el señor Kim alejándose de Jimin.—Un chico como tú merece algo mejor. Sabes dónde encontrarme si cambias de opinión.
Jimin apenas podía responder, su mente estaba en caos. Pero antes de poder decir algo, vio cómo Jungkook giraba sobre sus talones y con los labios apretados y la mirada oscura, se subía rápidamente al auto. Lo vio marcharse.
Jungkook se fue dejando a Jimin con el corazón acelerado y una sensación de hundimiento en el estómago. Se le cayó el alma a los pies.
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Mi vecino es un TONTO ⤿❀ | kookMin | +18 TERMINADA
Fanfic↷❀Jimin y su madre se mudan a un nuevo vecindario para alejarse de su antigua vida, encontrándose con unos vecinos un tanto peculiares.⤿❀ ↳ Historia original ↳Agujeros de guión ↳M-Preg ↳Jk tp; Jm btt. ↳Comedia Romántica ↳smut ↳Lenguaje soez ↳capít...