Tras el enfrentamiento con su padre y el consuelo que recibió de Jungkook y sus pequeños hermanos, Jimin se sintió aliviado, no completamente tranquilo, pero había cierta calma en él que lo ayudaba a seguir adelante. La sombra de su padre seguía rondando en su mente, y sabía perfectamente que contarle a su madre era inevitable. Ella siempre había estado de su lado, pero también había sido víctima de las manipulaciones de su padre, en algunas ocasiones.
Al principio, Jimin se rehusaba a decirle a su madre sobre la visita de su padre, pero Jungkook lo convenció de que era lo mejor, su madre tenía el derecho de saber todo lo que su padre le había dicho, y sobretodo, la amenaza puntual que le hizo.
Estando ya dentro de casa, sobre los sillones de la sala, Jimin y Jungkook se mantenían unidos. El pelinegro tocaba los cabellos castaños con suavidad, y Jimin mantenía su mejilla presionada sobre el pecho fornido de Jungkook. El silencio se prolongó demasiado, ninguno de los dos deseaba decir una palabra, como si cualquier ruido los desequilibrara. Era terrible el sentimiento de agonía y miedo, Jimin se sentía en un laberinto inmenso donde, por más vueltas que daba, la salida no aparecía en ningún lado.
—Hola, cariño. Ya estoy en casa.— La voz de su madre llenó el sielncio del lugar. El corazón de Jimin retumbó en su interior, y las náuseas hicieron acto de presencia.
Jimin respiró hondo, preparándose para lo que sabía, sería una conversación difícil.
Su madre se acercó a donde estaban los dos chicos, besó la frente de su hijo y se sentó frente a ellos. La expresión en el rostro de su hijo la alertó, y el ceño fruncido que mantenía Jungkook le confirmaron que algo andaba mal. Como madre, no pudo evitar sentir agustia y terror.
—¿Sucede algo?— interpeló con precaución, mirando a cada uno de ellos.
—Mamá...— sentándose correctamente miró con aflicción a su madre, aun dudaba en decirle, pero Jungkook tomó su mano, haciéndole saber que no estaba solo.
—¡No puede ser!— la señora Park abrió sus ojos en sorpresa viendo directamente a Jungkook. —¡Preñaste a mi hijo!
—¡Qué! ¡No! ¡No! Señora Park, no es eso.— negó efusivamente con su rostro rojo en vergüenza.
—¡Mamá!
—¿Entonces?— inquirió aún nerviosa.
—Sucedió lo que más temía...— Jungkook le dedicó a Jimin una mirada que lo alentaba a continuar, gracias a eso tuvo las fuerzas suficientes para seguir. — Papá vino a verme hoy.
El silencio se volvió denso de un momento a otro, como si su madre pudiera prever lo que vienía a continuación.
—¿Qué pasó? ¿Estás bien? ¿Él te hizo daño?— el bombardeo de preguntas que lanzó aturdieron un poco a Jimin.
—Tuvimos una discusión.— dijo tratando de sonar tranquilo.— Quiso que volviera a casa, pero le dije que no... Le dije que no necesito su ayuda y que puedo arreglármelas solo.
—¡Jimin, por Dios! ¿Le hablaste así?— la voz de su madre cambió de inmediato, pasando de la preocupación al pánico. Ella sabía perfectamente de lo que su exesposo era capaz cuando las cosas no salía como él quiería.— Sabes cómo es tu padre. No va a aceptar un no como respuesta. Estoy preocupada... cuando se enfada, puede hacer cosas terribles.
Jimin escuchó claramente la desesperación en la voz de su madre, lo que aumentaba su propio nerviosismo. Aunque había intentado mantenerse firme ante su padre, una parte de él temía precisamente esa reacción.
—Mamá, ya no soy un niño. Puedo manejarlo. No voy a dejar que siga controlando mi vida.—dijo tratando de calmarla.
—No lo entiendes... él nunca te dejará en paz si no cedes.— temblorosa y aún con el pánico tiñendo sus palabras, agregó:—Si se siente humillado o traicionado, hará todo lo posible para hacerte daño, de una forma u otra. Tienes que tener cuidado, cariño, en todo momento.
Jimin cierró los ojos, sintiendo cómo el miedo que había intentado reprimir se intensificaba. Su madre siempre había tenido miedo de su exmarido, y ahora ese miedo parecía estar trasladándose a él, y no quería que eso sucediera.
Jungkook se mantuvo en silencio, respetando la conversación entre madre e hijo, y en ningún momento soltó la mano de su chico, porque su intención era brindarle seguridad.
—Mamá... no quiero vivir con ese miedo. Estoy cansado. No puedo seguir siendo su prisionero, y tu tampoco.
Su madre suspiró profundamente. Estaba atrapada entre su propio miedo y el deseo de que su hijo fuese libre.
—Lo sé, Jimin. Yo tampoco quiero eso para ti. Solo... por favor, prométeme que tendrás cuidado. Que no lo enfrentarás solo.—aunque su tono era calmado, la preocupación aún permanecía allí, taladrando sus pensamientos con insistencia.
—No estoy solo. Tengo a Jungkook, y sus hermanos... No dejaré que él me controle más.— dijo con determinación, sintiendo un apretón en su mano, y la sonrisa de Jungkook lo consoló.
—Señora Park, debe confiar en Jimin, posee una madurez inquebrantable, y sus ganas por independizarse de su padre lo han vuelto un hombre muy fuerte. Su hijo me ha demostrado que tiene una capacidad muy grande para resolver conflictos. Y créame, no voy a dejarlo solo, estaré ahí siempre, como su sombra.
La señora Park permanecío en silencio unos segundos, asimilando lo que Jimin y Jungkookle habían dicho. ¿Podía confiar en ellos? Lo cierto es que, lo hacía, sobretodo porque sabía que Jungkook era un chico de palabra y no dejaría solo a su hijo por ningún motivo. Finalmente, su voz volvió a suavizarse, aunque el miedo no desapareció del todo.
—Está bien. Confío en ustedes. Pero si algo pasa... llámame. Estaré aquí para ti, siempre. ¿De acuerdo?
—Lo sé, madre, gracias.
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Mi vecino es un TONTO ⤿❀ | kookMin | +18 TERMINADA
Fanfic↷❀Jimin y su madre se mudan a un nuevo vecindario para alejarse de su antigua vida, encontrándose con unos vecinos un tanto peculiares.⤿❀ ↳ Historia original ↳Agujeros de guión ↳M-Preg ↳Jk tp; Jm btt. ↳Comedia Romántica ↳smut ↳Lenguaje soez ↳capít...