Cap 16.

92 5 0
                                    

Al llegar al edificio de La Liga de Villanos, Katsuki fue atado a una silla, tenía las manos atrapadas para que no pudiera usar su poder.
—Tengo sed, quiero agua. —dije seria y me trajeron un vaso de agua.
—¡Es preciosa! Su corte de pelo es horrible. —comentó Twice cambiando de personalidad a cada rato.
Katsuki no había dicho ni una palabra, y yo tampoco le había dicho ni una palabra a él.
—Bueno, ¿por qué estoy aquí? ¿Hay algo más que haya hecho mi madre de lo que no me haya enterado? —me senté en uno de los taburetes y me crucé de piernas.
—Parece demasiado cómoda, no me gusta. —comentó Shigaraki.
—Tampoco tengo de qué asustarme, Tomura. —bebí de mi vaso pero recibí una bofetada por parte de Dabi, lo que hizo que el vaso cayera al suelo.
—¡NI SE TE OCURRA TOCARLA! —gritó furioso Katsuki.
—¡Qué bonito es el amor! —comentó Twice.
Dabi me tomó del brazo y me llevó a otro lugar. Me tiró al suelo y me encerró, había muchas cámaras a mi alrededor.
Utilicé mi don para ver qué ocurriría después y comencé a golpear la puerta aterrorizada.
—¡DABI, ABRE LA PUERTA, POR FAVOR, NO ME HAGAS ESTO!
—Ya no estás tan cómoda, ¿verdad? —Shigaraki apagó las luces de la habitación y comenzó a proyectar imágenes de la muerte de mis padres.

Llegó la noche y me llevaron a mi habitación, todo estaba sucio y roto, yo solo me senté en una de las esquinas mientras lloraba.
Al poco rato Dabi entró y se sentó a mi lado.
Yo me iba a alejar, pero él no me lo permitió y apretó mis mejillas para que le mirase a los ojos.
—Sigues teniendo la misma mirada de siempre, no estás asustada, estás triste. Nunca me verás de otra forma haga lo que haga, solo te sentirás decepcionada, pero no eres la primera persona a la que decepciono. No pienses que eres especial.
Aparté su mano y me alejé de él, a lo que él respondió tomando mi brazo con fuerza para tirarme en la cama e inmovilizarme situándose sobre mí.
—¿Por qué no te doy miedo? —se preguntó mientras nos mirábamos fijamente.
Comencé a llorar sin hacer un solo gesto.
—Tus ojos se vuelven tan bonitos cuando lloras... —besó mis labios con deseo mientras acariciaba mi cuerpo por debajo de mi ropa.
—Toya, para, por favor. —traté de apartarle cuando entró Katsuki a la habitación acompañado de Kurogiri.
—¡Serás...! —Katsuki se preparó para asesinarlo, pero su acompañante lo detuvo.
—Dabi, no tienes permiso para estar aquí, sal. —le ordenó Kurogiri y el pelinegro salió de la habitación.
Cuando Katsuki entró no dudó ni un segundo en correr a abrazarme.
—Debí haberte protegido en lugar de ignorarte y tratarte como basura en la prueba —acarició mi pelo y escondió mi rostro en su pecho—. ¿De qué me sirve ser el mejor si no puedo salvar a las personas que quiero?

Una visión llegó a mí al escuchar esa pregunta. Recordé cómo mi madre la dijo una vez mientras yo estaba tumbada en una cama de hospital. Un coche me había arrollado unos días antes y ella no paraba de preguntarse aquello una y otra vez.
—No siempre se puede salvar a todos, Katsuki, pero estamos bien, así que...
—¡No, ______, no estás bien! Últimamente finges estarlo, pero ese nuevo don que tienes te destroza. Y ahora, para el colmo, estás aquí encerrada y un imbécil te ha hecho daño. No me mientas, eso no me hará sentir mejor. —limpió las lágrimas de mis ojos mientras caían más por sus mejillas.
—Lo siento...

Al día siguiente, nos dieron varias charlas tratando de hacernos cambiar de opinión y de hacerse ver como los buenos.
—¿Por qué no dejamos a Bakugo libre? Parece más relajado hoy.
—Cierto, no somos una mafia como para privarte de tu libertad.
Le quitaron el aparato que tenía en sus manos a Katsuki, quien acarició sus muñecas ignorando lo que decían para después golpear a Twice y generar una explosión en la cara de Shigaraki.
Debido a esto, la mano que tapaba su cara cayó al suelo.
—¡Katsuki! —tomé su mano para detenerlo.
—Os he escuchado hablar durante horas como idiotas mientras le hacíais daño a mi compañera. Lo que queréis es molestarme para que me una, ¿no? —alzó la mirada furioso pero manteniendo la calma—. Podéis olvidaros de eso. Quiero ganar como All Might y digáis lo que digáis, eso nunca cambiará.
—<<Definitivamente recuperaremos a nuestro estudiante>>. —se escuchó en la televisión.
—¡Para que lo sepáis, aún tengo permitido pelear!
—Katsuki, para de una vez. —me puse delante.
—Sabe bien su posición, es muy listo.
—No, es un idiota. —dijo Dabi.
—No haré nada que no quiera y no quiero estar en un lugar tan molesto durante mucho tiempo.
Shigaraki preparó su mano y yo alejé a Katsuki.
—¡No, Tomura Shigaraki! ¡Cálmate! —Kurogiri se preparó para lo peor, pero Shigaraki lo detuvo, limitándose a tomar la mano y colocarla de nuevo en su cara.
—No lo toquéis, él es una pieza valiosa. Pero ni se os ocurra volver a tocar a la chica, es la más útil —miró a Dabi de reojo—. Quería que me escucharais más, pensaba que podríamos entendernos.
—¿Entendernos? Qué va. —comentó Katsuki.
—Qué remedio. Bueno, no tenemos tiempo para charlar. Maestro, dame tu poder.
—¿Maestro? —miré a Katsuki confusa—Pensaba que eras el líder.
—Hacedlos dormir de nuevo, es irritante que ni siquiera escuchen.
—Si queréis que os escuche arrodillaos y morid. —añadió nervioso pero firme el rubio.
—Eso no tiene sentido.
Mientras Mr. Compress se acercaba llamaron a la puerta diciendo que traían una pizza. Todos se quedaron en silencio y All Might golpeó la pared haciendo que esta quedara destruida.
—All Might... —tuve otra visión sobre el entierro de mi madre, en la que él me subía a su hombro para observar mejor el paisaje.
Kamui Woods y Gran Torino también estaban allí, logrando atraparlos a todos.
—No podéis escapar, Liga de Villanos. ¿Por qué? ¡Porque estamos aquí! —dijo All Might.
—¡Ha dicho la frase! —abracé emocionada a Katsuki.
—Y no somos los únicos repartidores de pizza.
Edgeshot abrió la puerta y un gran grupo de policías se encontraba fuera.
—Fuera también hay varios héroes, como Endeavor —miró a Katsuki—. Seguro que has tenido miedo, lo has hecho bien —me miró a mí—. Cuánto tiempo, Life's Glory... Era así, ¿no?
—Sí. —sonreí.
—¡No tenía miedo! ¡Ni un poco! —gritó Katsuki nervioso.
Shigaraki le ordenó a Kurogiri que trajera a los Nomu, pero la fábrica había sido destruida.
Finalmente dejé de usar mi don tras dos días seguidos y caí al suelo sin fuerzas.
—¡______! —Katsuki se agachó preocupado mientras me recogía.
—Tranquilo, ha estado enviando señales todo este tiempo, es normal que esté cansada. Probablemente supo que tardaríamos más tiempo en encontraros a vosotros y por eso usó su don para generar el silbido.
—¿Qué silbido?
—No lograste oírlo porque solo era posible escucharlo desde el oído de ciertos animales. Lo ha hecho de maravilla. —explicó All Might y me llevó en brazos.
Tras un berrinche de Shigaraki comenzaron a aparecer Nomus y nos transportaron a todos a otro lugar, yo no lograba levantarme.
Bakugo se había preparado para luchar mientras All Might luchaba contra un nuevo villano, pero se detuvo al verme y se acercó a mí para protegerme.
—Katsuki, déjame y procura que no te hagan daño, ¿de acuerdo?
—No pienso dejarte aquí sola. —me subió a su espalda, pero yo bajé.
—Si no piensas dejarme sola entonces también lucharé.
—Pero estás débil, no quiero que te hagan daño.
Dabi se acercó a nosotros y Katsuki iba a atacar, pero yo lo detuve.
El chico se agachó y observó mi estado.
—Estás jodida, ¿eh? Sé lo que se siente —alzó mi mentón—. No puedo dejar que un héroe que vale la pena caiga en manos de lo más patético de la sociedad —con su don formó un círculo de llamas azules a nuestro alrededor—. Prométeme que si te ayudo a escapar de aquí no serás como nuestros padres.
—¿Dudas de mí? —esbocé una pequeña sonrisa.
—Deja de usar tu don por un momento, no quiero hacerte daño. Pero no saldrás ilesa si sigues —tomó mi brazo para comprobar cómo las cicatrices desaparecían—. Solo deja que te bese una última vez.
—Está bien, pero intenta no hacerle daño a Katsuki, por favor.
Juntamos nuestros labios con cariño, mientras las llamas se hacían más grandes, llegando a dejarnos completamente aislados del exterior.
Sin embargo el beso se detuvo repentinamente, pues el calor me estaba debilitando aún más.
—Descansa. —besó mi frente dejando una pequeña quemadura en mi piel y se acercó a una pared derruida.
—¡______! —se sorprendió Midoriya al ver cómo Dabi me dejaba con cuidado en el suelo y se iba.
El peliverde se acercó a mí y se percató de mi estado.
—Yaoyorozu, necesitamos tu don.
—De acuerdo. —fue lo último que escuché antes de desmayarme por completo.

No sé qué nombre ponerle (Katsuki x tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora