Cáp. 13

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—Katsuki... —lo llamé mientras acariciaba su rostro con delicadeza, él solo gruñó y me dio la espalda—. Venga, despierta, hay que comer.
-No quiero —se dio la vuelta para mirarme a los ojos, su nariz estaba roja—. Bueno, está bien, pero primero quédate aquí conmigo.
—No quiero que me contagies. —me fui del lugar sonriendo. Llegué a la cocina y vi a Mitsuki haciendo la comida, parecía cansada.
—¿Estás bien, Mitsuki?
—¿Qué...? Oh, si, si, estoy genial... ¿Puedes ir colocando la mesa? —Katsuki le había contagiado, no había duda.
—Claro. —hice lo que me había dicho, colocando mi plato lejos de los de ellos dos.
Yo no necesito plato, me iré a la cama, no tengo hambre.
Si necesitas algo no dudes en pedírmelo, ¿de acuerdo? —guardé su plato y le sonreí.
______, eres un ángel —me abrazó y mientras se iba añadió—. Lo mismo te digo.
Después de comer, mientras lavaba los platos, Katsuki me abrazó por la cintura.
—¿Qué quieres?
—A ti. —respondió mientras dejaba pequeños besos en mi cuello.
—Estás enfermo, ve a dormir o a ver la televisión.—dije tratando de continuar lo que estaba haciendo.
—Eso no importa.
—Si que importa. Mira, ve al sofá y veremos después una película juntos.—el rubio se quejó, pero se apartó y caminó en dirección al salón.

Acababa de terminar de ver la película con Katsuki cuando este pasó su mano por debajo de mi camiseta.
—Ahora podemos...
—Katsuki, no. —tomé su mano.
—Oh, venga ya, llevo dos semanas sin recibir un beso tuyo.
—Sabes que ahora mismo no puedo aguantar tus quejas.
—Últimamente nunca aguantas mis quejas. —se separó y se cruzó de brazos enfadado.
—¿Por qué no puedes tratar de entenderme?
—¡Porque todo eso pasó hace mucho!
—Katsuki.
—¿Qué? —alzó la voz.
—Necesito que, si me quieres, dejes por un tiempo tu genio de lado. —le miré con los ojos llorosos, así que él se relajó y me abrazó.
—Está bien, no llores —me secó las lágrimas—. ¿Quieres que demos un paseo? Te vendrá bien salir un rato.

Salimos de la casa, ya era casi de noche, estuvimos dando un paseo por la zona. Íbamos dándonos la mano. Todo era tranquilo, no había casi gente.
Nos sentamos en la hierba del parque y miramos lo poco que quedaba de atardecer juntos, aunque realmente aquello no me importaba, no podía sacar aquella imagen de mi cabeza la cual ocupaba todos mis pensamientos.
Cerré los ojos y apoyé mi cabeza en el hombro de Katsuki.
—No me siento mejor. —le confesé y él suspiró.
—Está bien, no puedo hacer que te sientas mejor por arte de magia. Aunque eso lo haría todo mucho más fácil. —besó mi frente.
—Te quiero, Katsuki. —me pegué más a él.
—Y yo a ti, idiota —acarició mi hombro—. ¿Sabes si vendrás al festival deportivo?
—Por supuesto que iré, mis visiones serán de gran utilidad.
—Pero, ¿cómo has conseguido ese don?
—El don de mi padre consistía en ver el futuro, tal vez lo mío es una especie de variación —le miré de reojo—. Ten cuidado, no quiero tener como novio a un perdedor.
—¿Crees que voy a perder contra ti? No soy tan débil. Espera, ¿has hecho trampas? ¿Ya sabes cómo será todo?
—No, he decidido ser justa.
—Más te vale, yo no quiero a una tramposa por novia. —besó mi mejilla.

Llegó el día, estábamos todos preparados, pero yo lo estaba más que nunca, había mejorado bastante. Salí del vestuario y fui a la sala de descanso para encontrarme allí con los demás.
—Vaya, ______ parece muy concentrada. —comentó Kaminari.
—¿Crees que su ropa se romperá cuando se transforme? —dijo Mineta mientras trataba de imaginarme desnuda.
—¿Qué te ocurre, Katsuki? Te veo tenso. —puse mi mano sobre su hombro y él me apartó.
—Voy a darlo todo. Así que más te vale darlo tú también. —me miró de reojo.
—No te preocupes, lo haré encantada —besé su mejilla mientras trataba de ignorarme—. Pero no te preocupes por mí, preocúpate por Midoriya, ha estado practicando mucho.
Salí de allí y me encontré con Tetsutetsu, al cual abracé emocionada.
—¡Me alegro de que estés aquí! Así seré capaz de vencerte.
—Ni lo sueñes. —lo empujé con cariño.
—No lo voy a soñar, lo voy a hacer.

Nos preparamos para la primera pruébela, una carrera de obstáculos, las odiaba, pero eran fáciles para mí, todo parecía fácil hasta que llegué a la zona llena de minas. No quería acabar herida, así que opté por lo más eficaz, convertirme en un ave y sobrevolarla, sin embargo, Midoriya me superó tras impulsarse y aprovechar las explosiones, quedando así en primer lugar.
Pero eso no fue bueno para él, ya que pasó a la siguiente ronda siendo el que mejor puntuación tenía y todos iban a por él.
Decidí ir en el equipo de Todoroki, pues Katsuki no parecía querer saber nada de mí y Yaoyorozu me invitó. Les fui de gran ayuda, pues mis visiones nos ayudaron a esquivar a otros equipos.

Finalmente llegamos al duelo de uno contra uno, estaba ansiosa por pelear, ya que, aunque no era la mejor en ello, quería comprobar cuánto había mejorado.
—¡Katsuki! —lo llamé y por primera vez desde que inició el torneo decidió mirarme.
—Otra vez tú —se giró y miró a todos lados para ver si nos podía observar alguien, al asegurarse de que no, me abrazó con fuerza—. Perdón por comportarme así.
—¿Desde cuándo te disculpas?
—Desde que mi novia me dijo que necesitaba apoyo y tranquilidad. —me empujó al ver cómo Todoroki se acercaba y yo caí al suelo.
—¡Ay! —me quejé.
—¿Estás bien, ______? —Todoroki se acercó a mí y me ayudó a levantarme.
—Lo estoy, gracias, Sh... Todoroki. —Katsuki me miraba molesto.
—Enhorabuena por pasar a la última parte del torneo.
—Gracias. —el chico se fue y yo miré al rubio molesta.

Peleé primero contra Yaoyorozu, ganando fácilmente. Entonces, justo después, Katsuki luchó contra Uraraka y todos comenzaron a insultarle por supuestamente sobrepasarse con ella, pero él ni siquiera luchó con todo su poder.
Tras esta pelea, Midoriya y Todoroki se enfrentaron. Midoriya acabó en la enfermería por dañarse al usar su don, como de costumbre.
Hubo muchas más peleas, pero llegando a la semifinal fue mi turno de enfrentarme a Katsuki. Cuando me percaté de que tendría que pelear contra él comencé a temblar, pues sabiendo cómo había peleado contra Uraraka no podía evitar preocuparme sobre lo que me pasaría a mí.
Cuando salí a pelear, ambos nos quedamos quietos mirándonos fijamente.
Decidí caminar hacia él, quien no dudó en preparar su mano para generar una explosión. Pero justo cuando la generó, yo me convertí en un insecto y me refugié bajo el suelo para correr hacia él y atacarle por detrás. Me transformé en un tigre y arañé su espalda, haciendo que el dolor lo debilitara y permitiéndome agarrar su cuello con mi boca, sin hacer apenas fuerza, para arrastrarle hacia las afueras y que perdiera, pero claramente él no dejó que yo hiciera eso y generó una gran explosión para liberarse sin que yo le hiciera daño, aquello me dejó inconsciente y mientras caía Katsuki fue a por mí para sacarme de allí.
Todos pensaron que iba a perder, pero desperté poco antes de que llegara a la línea, tiré a Katsuki al suelo y pisé su estómago con todas mis fuerzas varias veces mientras le miraba furiosa.
—¡Eres un maldito mentiroso! ¡Me juraste que usarías todo tu potencial! —le grité.
Al escuchar eso tiró de mi camiseta, puso su mano en mi cara y generó otra gran explosión, haciendo que chocara contra la pared del estadio.
El público comenzó a abuchear a Katsuki. Él trató de levantarse mareado para acercarse a mí, pero tuvo que detenerse para vomitar.

Desperté en la enfermería unas horas más tarde, tenía quemaduras no muy graves por todo mi cuerpo. Katsuki estaba a mi lado dormido mientras temblando agarraba mi mano, se veía exhausto. No llevaba camiseta, su abdomen y espalda estaban vendados debido a la pelea.
Se despertó repentinamente y me miró avergonzado.
—Estoy bien, sólo me duele todo el cuerpo. —reí, pero a él no pareció hacerle mucha gracia.
No dijo nada, solo acarició mi mano con cuidado.
—Te quiero, Katsuki. Gracias por no contenerte conmigo. Estoy feliz de ver que eres tan fuerte. —besé su mejilla, pero continuó sin hablar y sin mirarme.

No sé qué nombre ponerle (Katsuki x tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora