Cap. 17

85 5 0
                                    

—¡Chicos, ______ despierta! —comunicó Yaoyorozu, quien estaba más blanca de lo normal y con los ojos rojos de sequedad—. Dejadla un momento.
Me quejé de dolor, mi pecho dolía demasiado y tenía ganas de vomitar. Noté cómo mi boca estaba cubierta de sangre y casi vuelvo a desmayarme, pero entre todos lograron mantenerme despierta.
—¿Quién... eres? —miré a Yaoyorozu asustada.
—Soy Yaoyorozu, ______, ¿no te acuerdas de mí?
—No es eso, no me acordaba de tu nombre.
—Bueno, mi nombre es Momo...
Sentí como Katsuki acariciaba mi pelo, mi cabeza estaba apoyada en sus piernas. Miré hacia abajo y vi una gran herida curándose en mi pecho.
—¿Qué me ha pasado? —miré confusa a todos.
—Tenías un agujero en el pecho, no sabemos por qué. —contestó Kirishima.
—Estoy sin camiseta. ¿Por eso solo me está mirando Katsuki?
—Nos amenazó. —dijo Iida.
Miré hacia arriba y lo vi aún llorando sin mover ni un músculo.
—Katsuki, ¿qué te pasa? —traté de levantarme, pero mi pecho aún no estaba recuperado completamente.
—No podía moverme, no quería hacerte daño. —limpió sus lágrimas.
—¿Katsu-Chan está llorando? —Midoriya se giró para verlo.
—¡No mires, maldito imbécil! —le regañó el rubio y yo sonreí.
Tomé mi camiseta y me la puse, estaba completamente manchada de sangre, pero no tenía ningún agujero.
—Ya os podéis girar, chicos. Todoroki podría haber ayudado, él ya... —todos me miraron con los ojos como platos— ¿Qué? Cierto, Japón.
—¿Cómo eres capaz de recuperarte tan rápido? —preguntó Yaoyorozu.
—Mi don, puedo tener la velocidad de regeneración de cualquier animal.
—Tiene sentido.
Midoriya, quien no paraba de temblar, me abrazó.
—Midoriya no paraba de llorar como un loco. —comentó Kirishima.

Tras un rato, fuimos a ver la gran pantalla que había en la calle, Katsuki se negaba a soltar mi mano. Pero cuando llegamos, nos dimos cuenta de que All Might...
—¿Qué es ese esqueleto?
—¿Es All Might?
Midoriya parecía estar petrificado al igual que yo al ver aquella imagen, pues solo unos pocos sabían su secreto y mi madre era uno de ellos. No imaginaba que su secreto fuera ese. Puse mi mano sobre el hombro de Midoriya y sonreí para después abrazarlo, cuando la gente lo empezó a animar ambos comenzamos a llorar y nos unimos a ellos.
Entonces vimos cómo otros héroes llegaban, entre ellos Endeavor que histérico le echaba en cara a All Might el estado en el que se encontraba. Aún así no dudó en ayudarlos, al igual que los demás.
El villano comenzó a reforzar su cuerpo y todos observamos aterrados, pero All Might consiguió ganar.

—Bueno, vámonos, hay que informar a los héroes sobre ______ y Bakugo. —dijo Kirishima.

Pasó la noche y en la madrugada me dirigí a la playa con la intención de encontrarlo, con la intención de encontrar a All Might. Y me sorprendí al verlo hablar naturalmente con Midoriya.
—Toshinori. —lo llamé y ambos gritaron petrificados.
—¡______! ¡No es lo que crees!
—¡Eso! ¡Me encontraba por aquí y...!
—Eso no me importa. Quiero hablar contigo, All Might.
—¿Eh? —me acerqué a él y le enseñé una joya rota.
—¿Qué es eso, ______? —Midoriya me miró interesado.
—Esto era de mi madre. Cada vez que lo acerco a mi cuerpo... —cicatrices aparecieron—. ¿Crees qué podría contener algo? No consigo abrirlo.
—Esta es la joya que llevaba en su pecho, era parte de su traje.
—Tú tienes la otra mitad y yo ganas de saber por qué mi madre se quitó la vida. Te daré una parte de mi don a cambio.
—Oh, joven Campbell. Eres igual de curiosa que tu madre —alborotó mi pelo—. No necesito algo a cambio.
Sacó de su bolsillo la otra mitad de la joya y la juntó con la mía.
—Ahora te será mucho más fácil abrirla.
—¿La llevabas en tu bolsillo? ¿Por qué?
—Porque sabía que tarde o temprano la buscarías. —sonrió.
La abrí y una melodía que conocía comenzó a sonar. Era la canción que siempre me cantaba de pequeña.
—Hola, ______, espero que cuando oigas esto sigas reconociendo la melodía —su voz comenzó a quebrarse, pero enseguida se estabilizó de nuevo—. Esto me ha costado una fortuna y no tengo mucho tiempo para decir todo lo que quiero decir. Vaya estafa. Bueno, ¡has empezado hace poco tus entrenamientos para controlar tu don! Aunque no has querido que yo te ayude, no te guardo ningún rencor. Quiero decirte que estoy muy orgullosa de ti y sé que serás la mejor. Llevamos sin hablar unos cuantos días y estoy bastante triste, pero tendrás tus razones para no hacerlo. Oh, casi se me olvida, llevo ya dos meses sobria, quiero que tengas eso en mente, porque lo hago para que puedas dejar de pensar en mí de esa forma. Se me está acabando el tiempo, ¿he dicho ya que te quiero?
El audio terminó y observé lo que había dentro de la joya, había una foto de cuando yo era bebé y una pequeña nota echada a perder.
—Dos meses sobria... yo empecé a entrenar con cuatro años, pero ella volvió a recaer, ¿verdad? —miré a All Might y él señaló la otra parte de la joya.
—¡Cariño, he comprado otro, se lo daré a Toshinori! Verás, ya llevo dos años sobria desde hoy. He comprado una tarta, papá dijo que vendrías a visitarme, pero estoy sola aquí. ¡No te culpo de nada, no te pongas triste! Todo está bien por aquí, seguro que no has podido venir por una buena razón —su voz se quebró de nuevo—. Mi niña... Tienes varios regalos de cumpleaños atrasados aquí. Traté de enviarlos, pero me los devolvieron. Pásate cuando puedas por casa, estoy casi segura de que no se irán andando. Pero eso no es lo más importante. Quiero que sepas que mamá te quiere mucho y que aunque no vaya a estar siempre aquí te seguiré apoyando en todo lo que hagas aunque me odies o te olvides de mí. Por favor, no hagas lo último y pásate por casa cuando ya no tengas que hacerle caso a papá. Te prometo que estoy sobri...
El audio se cortó y miré la joya, había una llave.
—Toshinori, esto fue dos días antes de que se quitara la vida. Lo sé porque dejó de enviar regalos. ¿Por qué no me dijiste nada?
—Me prohibió escucharlo. Lo siento mucho, no sabía nada.
—Está bien, no es tu culpa —aguanté las lágrimas—. Quiero volver a casa, quiero verla.
—De acuerdo, tienes mi permiso, si eso es lo que buscas.
—No quiero tu permiso, quiero que vengas conmigo. Eras importante para ella. —le miré a los ojos.
—Está bien, ya hablaremos, Midoriya. —abrazó al chico y nos fuimos de allí.

Llegamos a la casa, estaba completamente abandonada. Utilicé la llave y la puerta se abrió. Todo estaba limpio, sospechosamente limpio.
Abrí las ventanas para iluminar. Una de las habitaciones tenía una cantidad considerable de regalos y el salón estaba limpio de botellas.
—¡Mamá, estoy en casa!
—¿Qué haces? —preguntó All Might.
—Me siento como una intrusa si no lo hago.
—¿______? —escuché desde la cocina y se me heló la sangre.
Fui con cuidado hacia el lugar, allí encontré a una mujer muy parecida a mi madre pero más mayor. Se giró para verme y corrí para abrazarla.
—¿Qué haces aquí? ¿Cómo has...? —miró a Toshinori y se relajó.
—¿Eres tú de verdad? ¿Qué está pasando? Te vi morir, ¿por qué...? —la miré a los ojos.
—______, estás muy mayor, ¿por qué? ¿Cuánto tiempo llevo sin verte?
—Han pasado diez años.
—¿Diez años? Vaya...
Alguien acarició mi hombro.
—______, he hecho el desayuno, despierta, tienes que ir a trabajar.
—¿Trabajar? —miré la habitación, no la conocía, pero Katsuki estaba a mi lado con un gato en los brazos—. ¿Dónde está mi madre?
—¿Tu madre? ______, ¿te encuentras bien? —la imagen de Katsuki cambió y al pestañear vi a Dabi acariciando mi pelo mientras estábamos tumbados juntos.
—¿Qué está pasando? —sentí como agua caía sobre mí y finalmente estaba en mi habitación.
—¡______! —Katsuki me llamó desesperado, todo estaba en el suelo, las cortinas estaban rotas y mi cuerpo estaba lleno de cicatrices.

No sé qué nombre ponerle (Katsuki x tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora