Cap 1. (Editado)

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—¡Por fin hemos llegado! —comenté emocionada aunque exhausta por el largo viaje.

—Si, ya estaba cansado de estar sentado.-mi padre suspiró y luego sorprendido por mis ánimos esbozó una ladina sonrisa.

—Pero ese cansancio ha valido la pena, por que aquí está la U.A.

—Sí, pero relájate o a este paso te quedarás sin energía.

—No puedo creer que aceptaran mi solicitud a pesar de mi don.

Miré mi mano ligeramente angustiada por el nerviosismo. No sabría qué problemas causaría mi don esta vez y eso podía llegar a ocasionar un gran desastre.

—No digas eso, cariño, tu don es muy interesante.

—Lo sé, pero por culpa de este don mis fuerzas se agotan rápidamente, y además no sería de mucha ayuda en un rescate.

Mi don era horrible comparado con el de otros, pues aunque pudiera transformarme en el ser vivo que yo quisiera, solo me otorgaba la mitad de la fuerza del mismo. Aunque era útil para ahuyentar a las malas compañías, también hacía difíciles las relaciones interpersonales, pues alguna que otra vez este actuaba solo.

—Vamos rápido, que tienes que descansar para poder ser la mejor. —tomó las maletas.

—Tienes razón.

Habíamos llegado a nuestra nueva casa, una casa pequeña pero lo suficientemente grande para no sentirnos atrapados en ella. Mi padre había vendido nuestra casa anterior para conseguir el dinero suficiente y cumplir mi sueño de entrar en la U.A., un sacrificio admirable.

Subí a mi nueva habitación y me tumbé en la cama, aún no había puesto las sábanas, por lo que el colchón raspaba ligeramente mi piel.

Abrí mi maleta y tomé una fotografía enmarcada de una mujer.

—Mamá, mañana habré cumplido mi promesa y podrás estar orgullosa de mí —abracé la foto con cariño y la coloqué sobre la mesa de noche—. Tendré que hacer la cama rápido si quiero dormir el tiempo suficiente.

—¿Necesitas ayuda?

—No, no te preocupes, todo bien. Por cierto, gracias de nuevo.

—No las des, está bien, te quiero —besó mi frente.

Cuando la alarma del día siguiente sonó, me sentía tan cansada que logré escucharla dos minutos más tarde. Me levanté de la cama, para desayunar y vestirme rápidamente.

—Adiós, papá —me despedí.

—Pásalo bien, ten cuidado y nada de distraerse por el camino.

Salí a paso acelerado para llegar diez minutos antes, sin embargo, el día anterior había llovido y el suelo estaba mojado. Esto hizo que un camión manchara mi ropa con barro al pasar a mi lado.

—Ay, no. ¿Qué hago ahora? Mi casa está demasiado lejos para ir a cambiarme....

Una mujer rubia de buena figura que derrochaba seguridad se acercó a mí y me miró de arriba a abajo, lo cual llamó mi atención.

—Necesitas ropa nueva, ven conmigo, iremos a mi casa y te prestaré una poca.

—Es una desconocida, pero está bien, iré con usted.

La señora me llevó a su casa mientras hablábamos de lo primero que se nos venía a la mente, su nombre era Mitsuki y tenía un hijo de mi edad llamado Katsuki. Al llegar me di cuenta de que su casa era moderna y tenía un bonito jardín delantero, no era para nada lo que me esperaba.

No sé qué nombre ponerle (Katsuki x tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora