Mientras Sam y Dean buscan a su padre, descubren que tienen una hermana...Su padre no solo los envía a resolver casos, sino que tambien les pone otra tarea en el plato, que es cuidar de su hermana pequeña cuya madre es diosa de lo sobrenatural.
𝐌𝐞...
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DESPUÉS DE TODA LA EPIDEMIA CROATOANA, LOS HERMANOS WINCHESTER SE QUEDARON EN UN HOTEL por la noche, solo para pasar desapercibidos durante unos días. La tensión en la habitación era muy intensa debido a la conversación de Sam y Dean ese mismo día sobre la última misión de su padre para el hijo mayor.
Sam miró por encima del hombro para ver a sus hermanos durmiendo en una de las camas, riéndose al ver el brazo de Sybil en la cara de Dean. Empacó sus cosas en silencio y salió de la habitación del motel. Iba a irse a buscar al demonio de ojos amarillos, incluso si eso significaba dejar atrás a sus hermanos.
Después de robar con éxito un automóvil, se fue para descubrir quién era realmente y cómo evitar unirse al demonio de ojos amarillos.
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HAN PASADO UN PAR DE DÍAS DESDE QUE SAM LOS DEJÓ atrás, y decir que Dean se estaba volviendo loco sería quedarse corto. Los dos han pasado días conduciendo y llamando a todos sus conocidos en busca de Sam.
Una vez que Dean colgó de llamar a Ellen, el estómago de Sybil gruñó en voz alta, atrayendo inmediatamente su atención.
— Vaya, alguien tiene hambre.
Sybil gimió mientras se encorvaba en el asiento del pasajero — No hemos comido nada en horas.
Dean miró el reloj antes de juntar las cejas - Sybs, comimos hace dos horas.
— Si — confirmó — Horas.
— Está bien — suspiró él — No tenemos pistas de todos modos, por lo que debería parar en algún lugar para comer... otra vez.
Sybil sonrió ampliamente — ¡Algún lugar con pastel de chocolate, por favor!
— Sabes, si sigues comiendo pastel de chocolate, vas a engordar.
Levantó una ceja a su hermano mayor — Comes pay y bebes cerveza todo el tiempo. No deberías preocuparte por lo que estoy comiendo.
Dean giró la cabeza hacia ella — ¿Qué diablos se supone que significa eso?
— Solo digo que las personas mayores engordan más rápido.
— No soy viejo — argumentó Dean.
— Pero tampoco eres joven.
— ¿Sabes qué? — comenzó, ofendido por su comentario — No vamos a parar a comer.
Sybil jadeó — Eso es abuso.
— No, se llama respetar a tu hermano mayor, y tal vez obtengas lo que quieres.
— Oh, sí, el orfanato en el que viví siempre decía que debíamos respetar a los mayores.
— ¡Sybil!
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MÁS TARDE ESA NOCHE, LOS DOS HERMANOS CONTINUARON CONDUCIENDO HACIA EL SIGUIENTE ESTADO EN LA LISTA DE DEAN. EI Winchester mayor miró hacia el asiento del pasajero para ver a Sybil durmiendo, agarrando su libro de hechizos. Una vez que volvió su atención a la carretera, su teléfono comenzó a sonar.
