Capitulo 28.

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—Creo que mejor me iré a cenar a casa, no quiero ser un mal tercio —comencé a ponerme de pie pero la mano de Taylor sobre mi muñeca me detuvo. La fulminé con la mirada y elevé una ceja.

—Oh, vamos __________. Quédate, nos divertiremos —me dio una sonrisa y yo estaba analizando mis opciones. Podía golpearla, correr y volver a casa. Podía golpearla, tomar a Harry de la camiseta y arrastrarlo a la casa conmigo prohibíendole volver a verla —aunque él no me hiciera caso—. Podía golpearla, sonreír y aceptar.. o simplemente podía golpearla. Pero mi moral y mi conciencia me detuvieron antes de poder intentar algo. Suspiré y me dejé caer de nuevo en la silla. 

—Bien —le di una rápida mirada a Harry que sonreía como si se hubiese ganado la lotería. Imbécil. Bajé mi vista al menú y decidí pedir ensalada cesar y un agua saborizada. 

—¿Ya decidieron que van a ordenar? —preguntó mi "mejor amigo" mirándonos a ambas consecutivamente. Cerré el menú y lo dejé sobre la mesa sin siquiera mirar a Harry.

—Sí —contesté cortante. Taylor cerró suavemente su menú y lo apoyó sobre la mesa con una delicadeza irritante.

—Sí, estaba algo indecisa pero lo conseguí —avisó cantarina y sonriente. Ella era tan.. empalagosa. Todo arcoiris, unicornios, rosa, dulzura y sonrisas. Puaj. 

—Entonces llamaré a la camarera —una joven de cabello azabache recogido en una prolija coleta alta, ojos apenas delineados de un impresionante azul y cuerpo curvilíneo se nos acercó sonriente.

—Bueno, ¿qué les traigo? —preguntó sacando una libreta y un bolígrafo de su bolsillo. Cada uno le dijo su pedido y cuando terminó de anotar se retiró no sin antes darle una mirada coqueta y un aleteo de pestañas a Harry. Me removí incómoda en mi silla y el silencio reinó en el ambiente.

—No tuve la oportunidad de decírtelo la otra noche, __________, pero la comida estuvo deliciosa —eso me recordó dos cosas. Uno, a Taylor desapareciendo en un callejón. Y dos, ¿de qué habían hablando los managers con los chicos y la rubia? Hice un intento de sonrisa auténtica y rogué para que hubiese funcionado.

—Gracias, Taylor. Dejaste la casa temprano, ¿estaba todo bien? —bajó su mirada hacia sus manos y frunció el ceño. Asintió y luego me miró sonriente.

—Sí, todo está en perfectas condiciones. Gracias por preguntar, _________ —sonreí con los ojos apenas entrecerrados y luego oí a Harry aclararse la garganta.

—Así que.. —comencé—. ¿Qué querían esa noche los managers? —lo miré y él suspiró.

—Vinieron a hablar sobre nuestra salida, ¿lo recuerdas? —asentí—. Solo un paparazzi nos vio y ellos lograron pagarle para que no sacara las fotos a la luz. Y como era de esperarse.. están molestos conmigo.

—Te dije que iba a traerte problemas, no quiero ser un estorbo, Harry. Ya te lo dije —hablé sincera olvidando completamente que Taylor estaba sentada justo a mi lado oyéndolo todo pero al parecer Harry también había olvidado que ella estaba ahí.

—_________, no eres un estorbo. Ya deja de decir eso. Eres.. una de las personas mas importantes de mi vida, no quiero que nadie arruine eso. Ni siquiera mis malditos managers.

—No van a arruinarlo, Harry. No te preocupes, solo debemos dejar de salir en público y todo está resuelto. Seguiremos viéndonos en la casa —solté una leve risa y él sonrió a medias. El resto de la cena pasó mejor de lo que podría imaginarlo. Harry y Taylor se comportaban como si fueran amigos en lugar de "pareja", él no la tocó ni la miró en casi toda la noche y.. yo me sentí bien con eso. Definitivamente no podía ser una buena noticia. Taylor era agradable cuando estaba alejada de Harry.. ese era mi problema. Taylor se volvía una molestia cuando estaba pegada a Harry, en cambio si ambos estaban separados, creía que ambas podíamos llegar a ser amigas. En el camino de vuelta, Harry dejó a Taylor en su casa —la cual quedaba en un rincón alejado de la civilización y desde afuera parecía muy bonita— y luego volvimos a nuestra casa. Miré el reloj de mi móvil y marcaba las 12.45.

Who is Mr. X? •1D-__• TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora