Eran las 10:40 am, a pesar de estar despierto desde las 5 am por la rutina universitaria desde el "incidente", Hilda me pidió quedarme en casa, llevó a la universidad una constancia por mi estado mental para faltar a clase por tiempo indefinido, seguro el calvo debe estar contento por ello.
Han pasado un par de días, ya era viernes 15 de octubre, a pesar de que el descanso de la convivencia con el asqueroso mundo universitario me sienta bien, los sueños terroríficos o absurdos últimamente estaban haciéndose presentes, los he tenido desde que tengo uso de razón, los sufrí tanto que de ahí empezó mi gusto extraño por el arte que expresaba terror o monstruos bizarros, así que empecé a dibujarlos en mi libreta, Harris siempre los observaba con detenimiento y cerraba el cuaderno sin hacer expresión alguna.
En el par de días que dejé de plasmar aquellos dibujos con los que he soñado desde niño, han tomado más expresión en forma de pesadillas mientras duermo obviamente, ahora los monstruos pasaron a ser situaciones específicas, pasé de pelear con una bestia con tentáculos y dientes ensangrentados, a soñar que estoy en un campo, escucho sirenas y el escenario cambia, veo paramédicos, hay pánico alrededor mientras grito el nombre de Hilda y veo sangre, para despertarme agitado.
Más allá de esa situación nada es interesante, no tengo ánimos de nada y no tener un medio de entretenimiento me frustra un poco, no quería releer los libros de mi repisa, o escribir en la libreta, aunque con las pesadillas seguro saldría una gran historia, pensé reflexionando dentro de mi aburrimiento, de todos modos me encontraba en un bloqueo creativo como para intentar pasar el tiempo escribiendo o dibujando.
Hilda se encontraba trabajando desde casa, con teléfonos y computadora en mano seguía administrando el hotel, era algo innecesario cuidarme, aunque supongo que es importante para ella, jamás le conté pero sabía muy bien el motivo por el cual evito lo más que puedo estar en el consultorio, fue mucho más evidente cuando al levantarme me llamó por "ese nombre".
-Jared, por fin bajas a comer.- dijo Hilda al oírme entrar a la cocina donde se encontraba fija en la computadora trabajando mientras tomaba café, no le di mucha importancia, ella siquiera se dio cuenta que acaba de llamarme por el nombre de mi padre.
Esta situación me llevó años al pasado en un solo segundo, en una sola palabra, con un simple nombre, y aun así solo respondí "es que ya tenía hambre".
Cuando la anciana tomó mi custodia tenía que lidiar con su trabajo, heridas del pasado y una gran pérdida, a medida que crecía las visitas al consultorio del doctor Harris eran rutina, aunque no la mía. El duelo de la pérdida de la única familia que le quedaba lo reflejó olvidándome, desligándose de mi o eso sucedió durante los primeros 6 años de mi vida, lo recuerdo vívidamente, Hilda decidió salir una noche a despejar su mente, soltar por un momento su depresión, pero las copas fueron excesivas y además de chocar el auto en la cochera me vio en el sofá y abrazó durante varios minutos hasta quedarse dormida diciéndome "mi pequeño Jared, eres la luz de mis ojos".
Al día siguiente la policía estaba afuera, la anciana estaba con resaca y escuchando a los oficiales con vergüenza e incomodidad, le mostraron un video de las cámaras de seguridad de los vecinos que se percataron al día siguiente del auto estrellado, no sé si es porque era un niño y los recuerdos pueden alterarse pero ¿qué lógica tenía llamar a la policía hasta en la mañana por un ruido que escucharon de noche? Aunque aquello era toda una escena puedo recordar los lamentos de Hilda en aquel video, los gritos desgarradores que pedían irse con mi padre el escuchar "sin ti no tengo motivos para seguir".
A veces me pregunto si Hilda realmente se olvidó de mí, pensaba en mi niñez y sin darme cuenta había acabado de comer, estaba totalmente desconectado, me levanté de la mesa, me dirigía a mi cuarto pero un "¿estuvo rico cariño?" me detuvo, ella solo llamaba así a mi padre, aquello me atravesó el alma al pensar que jamás tuvo ciertos gestos de cariño conmigo y antes de que mis ojos dejaran fluir corrientes de llanto me volví a ella a abrazarla, para luego correr a mi habitación y explotar emociones que jamás había comprendido hasta ese momento.
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Lentes empañados
JugendliteraturUn amor que no está a simple vista si no a simple amar.