"Lunes 11 de Octubre de 2021, ha pasado un poco más de una semana desde que Rayel y yo nos vimos, no he contestado sus mensajes en todo ese tiempo, cambio de dirección o pasillo cuando detecto su presencia en la universidad, simplemente no quiero ser un estorbo para la conquista de aquel chico que mencionó, de todos modos mi batería social está agotada.""me preocupa que mi teléfono suene cada noche, si muy bien debería alimentar mi insomnio, pero el saber que las notificaciones recibidas son a causa de mensajes de Rayel, me hace querer dormir para evitar saber de su existencia, debo seguir mi rutina, ya es hora de ir a la universidad."
Evité tomar el auto, no quería recordar nada respecto a la salida de la semana pasada, mientras viajaba en la ruta habitual evité ver el paisaje que ofrecía la ventana para volver a dibujar mis viejos y tradicionales monstruos, no quería si quiera darme cuenta en que momento pasábamos por el mini market, no quiero toparme con la montaña de ropa con pies.
Me dirigí a la entrada como de costumbre, era mi lugar seguro ya que Rayel usaba la entrada secundaria y su salón estaba del otro lado del mío, pero como cada maldito día desde mi nacimiento la suerte no estaba de mi lado, ella se encontraba en la entrada aparentemente esperando a alguien, levante la mirada yla ignoré, pasé a unos metros y...
-¡¡ZETH!!- Gritó la chica, todos compartieron mi sorpresa ya que el aquel llamado lo escucho media población Europea, voltee a ver solo para cerciorarme y la vi ahí parada desde la entrada esperando que fuese hacia a ella, más seguí mi camino. Pensé que la "humillación" la haría desistir de su idea de acercarse, no pude estar más equivocado.
-Oye, estoy hablándote- dijo un poco hiperventilada y tirando de mi brazo.
-Te escuché, solo no quiero atender tu llamado- dije sin ánimos, continúe caminando.
-¿Leíste mis mensajes? ¿Estás molesto? Hey ¿quiero que hablemos?- continuo de forma alterada y persistente, estaba a punto de colmar mi paciencia, no paraba de hablar, justo cuando logro hartarme, me gire para contestarle la vi desplomarse.
Fue como si el tiempo se detuviera, nada pasó por mi cabeza al verla desplomarse, más mi cuerpo actuó desconectado de mi cerebro, la tome por la espalda y piernas, corrí con su cuerpo inconsciente a la enfermería, sentí que todo estaba nublado, creo haber golpeado a otros mientras corría por los pasillos de la facultad, mas realmente no vi a nadie todo simplemente era borroso, llegue a salón de atención médica, estando ahí escuchaba que me preguntaban cosas, mas no comprendía nada, las manos me sudaban, la cabeza me dolía, la luz me mareaba, movía las piernas desenfrenadamente, todo se sentía enormemente pesado hasta que...
-¿Zeth? ¿Te encuentras bien?- dijo Rayel desde la camilla del hospital, por un momento sentí lágrimas a punto de salir de mis ojos a lo cual solo asentí con la cabeza, me puse de pie, estaba algo desorientado, confundido, solo pensé en regresar a casa, no tengo muy claro como pero en un periodo de tiempo que perdí de una u otra forma me encontraba en casa con Hilda acariciándome el cabello, fue entonces que lo supe.
-Volvió a pasar ¿cierto?- pregunte mientras me levantaba del regazo de mi abuela, Hilda sabiendo perfectamente de que hablaba asintió con la cabeza y me abrazo.
Me encuentro visitando profesionales de la salud mental desde que tengo memoria, se suponía que con el tratamiento que tome por años las terapias y demás, los ataques de pánico, la depresión, ansiedad entre otros trastornos detectados en mi persona, habrían de desaparecer o al menos no aparecer en un periodo largo de tiempo, sin embargo luego de dejar de asistir permanecer "bien" acatando las indicaciones como la de los estúpidos diarios estaría estable y lo estaba, más el trato con Hilda era que si se presentaba un episodio más volvería a visitar al psiquiatra.