Capitulo 8

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  • Dedicado a Karla Zecchinelli
                                    

CAPITULO 8

Dimitri no se arrepintió de  haberle dicho eso a Merry, de hecho, se sintió feliz cuando vio a Merry entrar al cuarto envuelta en una bata y que no se negara a que le volviera a poner bloqueador.

Ella se había quitado la bata y se costo en la cama para descansar un rato en lo que Dimitri le ponía el bloqueador. Lo único que Merry no le permitió a Dimitri, de nuevo, fue tocarle la espalda y el cuello; él no sabía porque pero no le importo.

También se sintió feliz cuando Merry no se movió de la cama y permaneció ahí solo con el bikini negro, el cual, él debía admitir que era increíblemente sexy y tentador, muy tentador. En lo que él seguía guardando sus cosas y las de Merry, ella sólo se quedo ahí viendo la tele.

-¿Te quieres quedar aquí?- Dimitri vio a Merry acostada, aún estaba prendida la tele pero ella estaba con los ojos cerrados.

-Como tú quieras  ¿no ya pagaste?

-Es mía. El hotel es pagado por la empresa- aunque también es mía, pensó Dimitri con ironía.

-Mmm...me da igual ¿playa?

-Sip- Dimitri aprovecho la oportunidad y se subió a la cama encima de ella sin mover mucho la cama para que no se diera cuenta.

-Como quieras, donde no te cause problemas.- se quedo callado, aguantando la respiración y observándola.

-¿Me vas a dejar hacerlo?- Merry abrió los ojos, la había sorprendido.


Oliver estaba cansado, quería irse a su cama, pero debía terminar su trabajo para esta noche y enviárselo a su jefe antes de que su jefe se viera "obligado" a despedirlo. Él aún no se lo decía a su esposa, pero sabía que lo sospechaba, estaba enfermo pero no quería preocuparla.

-¿Amor?- volteo a ver a su hermosa esposa, con su hija en los brazos – ¿Podemos ir a la cama?

-Ve, ya te alcanzo- le sonrió.

-Eso dijiste ayer y no llegaste- no pudo evitar reírse del puchero de su esposa y se levanto de la silla de su escritorio para ir con ella – ¿Qué?- le pregunto ella un poco confundida.

-¿Cómo que, qué? Pues vamos a la cama ¿no?- vio como su esposa se sonrojaba, obviamente él había usado esas palabras con otras intensiones apropósito porque sabía la reacción que tendría ella.

-Yo...yo me refería a dormir-le contesto con un poco de tartamudeo a lo que se volvió a reír.

-Cuatro años Loren viviendo juntos, y otros cuatro de novios ¿te sigo poniendo nerviosa?- la cogió de la cintura para acercarla a él y la beso.

La pequeña le estorbaba un poco pero logro darle un buen beso a su esposa, cuando se separo de esta le dio un pequeño beso a su pequeñita en la frente la cual estaba durmiendo en los brazos de Loren.

-Tengo que terminar esto, dame media hora y te veo en la cama- le sonrió pícaramente.

-¿Cómo te sientes?- esa pregunta lo sorprendió.

-¿Bien?- su esposa lo vio reprobatoriamente.

-En serio Oliver ¿Cómo te sientes? Vi los estudios- suspiro.

A causa de que últimamente se sentía cansado fue a ver a un doctor, por lo que le mandaron estudios, había varias cosas que no estaban normales pero aún no le decían que tenía. Era por eso que no quería decirle a Loren, para no preocuparla.

-Bueno, estoy cansado- dijo resignado.

-Vamos a dormir. Por favor Oliver- la suplica de su esposa significaba que ya había hecho que se preocupara, algo que él no quería.

-Amor tengo que terminar, viste la carta, hay nuevos empleados...luchando por mi puesto. No puedo arriesgarme.

-¿Prefieres perder tu empleo o a nosotras?- la vio a los ojos, noto las lagrimas, él sabía que no podía darle lucha contra su esposa ella era muy terca, por lo que suspiro apago la luz de su estudio y avanzo a la salida de este.

-Vamos a acostar a mi princesa y a mi reina- la beso y también a su pequeña.

-Gracias- él solo asintió.  

¿Amor a primera vista?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora