Capítulo 20

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La sangre le hervía el cuerpo, no podía pronunciar una sola palabra, su garganta estaba llena de ira. Sentía su bilis removerse por todo su estomago, podía sentir incluso las uñas en las palmas de sus manos y podía notar los nudillos blancos. Peor que furioso, una ira infinita, se sentía como en un infierno.

El Sr. Cole tenía la cautela de permanecer mientras Dimitri repasaba una y otra vez la carta que este le había entregado. Lo cierto es que no planeaba ir a la “fiesta” pero después de la llegada de esa carta gusto dos horas antes, tuvo que hacerlo, sospechaba que algo malo andaba tras Dimitri y aunque quisiera no podía simplemente escondérselo.

-¿Cuándo le llego?- esas fueron las primeras palabras de Dimitri después de leer la carta y poder hacer que pasaran palabras por su garganta.

-No lo sé, mi empleado me la dio hace dos o tres horas. Simplemente dijo que alguien había tocado pero cuando él llego no había nadie y vio la carta en el piso, he revisado las cámaras de seguridad, no hay nada- Dimitri asintió.

-Aun así me gustaría que me prestaras ese material- el Sr. Cole asintió, era algo que ya sabía que le iba a pedir por lo que de su traje sacó una memoria USB y se la entrego a Dimitri –Muchas gracias. Preferiría que esto no saliera de aquí, mi esposa sabe pero no se lo he comentado a absolutamente nadie más ¿puedo contar con su discreción, Sr. Cole?

-Supongo que es lo más adecuado, pero si alguien más sale perjudicado…

-Lo sé, lo sé- le interrumpió antes de que terminará, él lo estaba considerando también en ese momento, esto ya no era tan personal o privado como le hubiera gustado –Si le llega otra o cualquier cosa por favor hágamelo saber inmediatamente- con esta última frase se dio por terminada la reunión y ambos salieron al salón donde la fiesta continuaba como si nada pasará, y es que para los demás nada pasaba.

Dimitri busco con la mirada a su esposa a lado de las bebidas, justo donde la había dejado y justo donde le había pedido de buena gana que no se moviera para que pudiera encontrarla fácilmente. Supuso que pudo haber ido al tocador como todo ser humano, ya que ha de ver tenido alguna que otra necesidad, por lo que se dirigió a los baños esperando unos minutos y frunciendo el ceño al ver que no salía su esposa toco la puerta de los baños de mujeres. Como nadie respondió no lo dudo y entro para asegurarse de que su esposa no se encontraba ahí, reviso cada uno de los cubículos encontrándose con que el baño en sí estaba vacío.

Salió de los baños preocupado y empezó a buscarla por todos los lugares de la fiesta e incluso le preguntaba a alguno que otro por ella, al menos a los que se las había presentado como para que pudieran saber. Sin embargo nadie pudo decirle cual era el paradero de su esposa, volvió donde se encontraban las bebidas, esperando que su esposa decidiera regresar justo ahí y después regañarla por no haberle obedecido.

-¿Le ofrezco algo señor?- Dimitri presto atención al barman que esperaba que le pidiera algo o simplemente negara, fue cuando se le paso la idea.

-No, gracias. Espere, ¿vio a la señorita que estaba aquí antes? La vine a sentar yo aquí- el barman lo vio desconfiado, dudando en darle esa información –Es mi esposa y no la encuentro.

-¿La del vestido azul?- asintió –Se fue hace una media hora, la vi salir del hotel.

-Gracias.

Sentía cierta sensación de incomodidad detrás de su cuello, pasaba su mano intentado relajarse pero la verdad es que no podía. Tenía la misma sensación de preocupación pero se había intensificado más con cada segundo que Dimitri permanecía en la oficina con el Sr. Cole. No entendía que pasaba, sin embargo, lo sospechaba y no comprendía porque su esposo le escondía algo así, no es como que no pudiera soportarlo o enfrentarlo.

¿Amor a primera vista?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora