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31/10/97

La música resonaba por todo el lugar, la fiesta apenas comenzaba y ya habían adolescentes bebidos por toda la casa del único hijo de la familia Bristol, Hanley.

La menor de los Bellerose caminaba por la sala, tratando de hacer a un lado a aquella multitud que se encontraba bailando, quería llegar al jardín trasero. Apenas llevaba una bebida y por cortesía aceptó la segunda, nada más que ofrecida por Evan Todd. Una vez llegó al deseado lugar dejó el vaso en una de las mesas que había sobre el césped y se acercó a la piscina, deshaciéndose de sus zapatos y sentándose en el borde, sumergiendo sus pies en la fría agua.

Halloween, otra fecha donde todos aprovechaban para beber y consumir cualquier sustancia hasta no poder más.

Adelais portaba un vestido de trapo, hecho de pedazos de prendas que ya no utilizaba, más que elaboró un detallado maquillaje del personaje al que representaba esa noche; Sally, Nightmare before Christmas.

Cerró sus ojos, disfrutando de la suave brisa que golpeaba su rostro.

— Mierda. - maldijo para sí misma al darse cuenta de que había dejado su abrigo en la habitación de su mejor amigo, ahí tenía su paquete de tabaco.

Volvió a abrir sus ojos y con la mirada recorrió sus alrededores, buscando algún conocido, y ¡bingo! Ahí se encontraba Devon Adams con la cual compartía clase de historia, acompañada de un muchacho alto que parecía ir vestido de una especie de detective según ella, llevaba una gabardina negra y unas gafas de sol redondas, del mismo color que su abrigo.

— ¡Devon! - gritó la chica, tratando de llamar la atención de la mencionada.

Esta giró levemente su cabeza y al ver quién la buscaba caminó junto al chico hasta allí.

— ¡Bellerose! Tan linda como siempre, ¿querías algo?

— ¿Tienes un cigarro? Me he dejado el paquete arriba y ni loca vuelvo hasta ahí. - rió levemente, mientras que juntaba sus manos en forma de súplica, haciendo sonreír a la de cabello corto, la cual negó con la cabeza.

— No, lo siento, preciosa. Pero Klebold tiene, ¿no es así? - habló mirando de reojo al chico, el cual solo frunció el ceño.

— Por favor. - dijo la castaña, y al ver que él sacaba la cajetilla no pudo evitar esbozar una sonrisa. Le extendió un cigarro el cual aceptó encantada.- Muchísimas gracias.

— No hay de qué.

Su tono de voz fue frío, pero al parecer de la chica no sonó distante, le hizo un gesto con la mano: pidiéndole también el mechero.

Simplemente suspiró y empezó a rebuscar por sus bolsillos, Devon dijo un par de cosas y se alejó del lugar, dejándolos solos.

Una vez encontró lo que buscaba se lo dio, Adelais no pudo hacer otra cosa que palmear a su lado, dando a entender que quería que se sentara junto a ella, cosa que el chico vaciló por unos segundos aunque terminó aceptando.

— Te debo una enorme, no sabes el infierno que habría sido tener que entrar de nuevo. - pronunció mientras colocaba el cigarro entre sus labios, lo prendió, dando la primera bocanada de humo.
Una vez dejó salir este volvió a hablar.- Soy Adelais, Adelais Bellerose, un gusto.

Extendió su mano libre, la cual él tomó, dando un pequeño apretón.

— Dylan, Dylan Klebold.

La ojiverde pareció pensar por unos largos segundos, hasta que un pequeño grito ahogado de su parte se hizo presente.

— ¡Ya sé! Del club de audiovisuales, ¿cierto? Ayudaste con la presentación que hice hace unas semanas, quedó estupendo, quería agradecerte pero no te vi antes.

— Exacto, sí. - una suave risa se escapó de entre sus labios al escucharla.- Vamos juntos a matemáticas y biología. - el rostro de la chica pareció descomponerse, parpadeó un par de veces.

— ¿Enserio? ¡Dios! Soy una pésima compañera, perdón. - apagó la colilla en el agua para después dejarla a un lado de sus piernas.- Discúlpame, Dylan.

Él simplemente negó con la cabeza, una pequeña sonrisa que no dejaba ver sus dientes adornaba su rostro, un grito se hizo presente en el lugar, sacándolos de aquella pequeña conversación.

— ¡Joder! ¡Vamonos, voDKa! No hay nada más que capullos en este lugar, Nate es un pedazo de imbécil por traernos aquí. - un chico con el cabello rapado apareció por la puerta, Dylan miró a su nueva acompañante para luego levantarse.

— Supongo que es hora de irme, Adelais, fue un placer hablar contigo. - se despidió, empezó a caminar hacia la puerta que daba al interior de la casa.

— ¡Nos vemos! - gritó ella antes de que desapareciera junto con la otra persona.

''Lo que ninguno de los dos supo esa noche fue que ese sería el inicio de una maravillosa historia''

17/04/99
Dylan's Diary.

CAN'T REMEMBER TO FORGET YOU | d.kDonde viven las historias. Descúbrelo ahora