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12/08/98

Adelais estaba frente a su casa, abrazada al cuerpo de Dylan mientras trataba de no llorar.

— No quiero irme.

La familia Bellerose iba a viajar ese mismo día, en unos minutos tenía que dirigirse hacia el aeropuerto para tomar un vuelo hacia Francia. Iban a visitar a sus abuelos, y aunque estaba emocionada por verlos no quería alejarse del rubio por casi un mes.

— Pasará rápido, Dela. - habló él mientras acariciaba su cabello.

— Voy a morirme, estoy segura.

— No dramatices.

Como siempre Eric arruinando el momento, el más alto de los tres rodó los ojos.

— Y llegamos tarde a BlackJacks.

La castaña se separó levemente de Klebold, fulminando con la mirada al de ojos verdes, pero este se acercó a ella para darle un rápido y fuerte abrazo para después subirse al coche sin decir palabra.

Dylan tomó el rostro de la chica entre sus manos para dejar un cálido beso en su frente, la miro sonriendo.

— Nos vemos pronto.

— Adiós, Dylan.

Se despidió de este con una leve sonrisa en su rostro y reteniendo las lágrimas, odiaba las despedidas, aunque fuera por unas semanas. El chico se subió a su vehículo y antes de arrancar se despidió con la mano y una vez se fueron la chica se dirigió hacia el interior de su casa para bajar sus maletas al salón.

4:00 p.m.

Era un día aburrido para Dylan y Eric en el trabajo, ya que normalmente la castaña siempre estaba por allí haciéndoles compañía hasta que terminaban su turno.

El rubio se estaba encargando de limpiar la barra mientras que el otro chico atendía varios pedidos.

— Esto es una mierda. - le dijo Dylan a Harris.

— Ni que lo digas, esa imbécil si se hace echar en falta.

El ojiazul rió por lo bajo, pues sabía que por mucho que esos dos discutieran, Eric mataría por ella sin pensárselo dos veces.

—  ¿A qué hora acabamos turno? - preguntó el rapado.

— Hoy es doble, así que a las ocho.

— No jodas. - se quejó y sin decir nada más se dirigió a un grupo de personas que acababa de sentarse en una de las mesas.

La tarde pasó lenta para los jóvenes, los cuales una vez terminaron salieron disparados hacia el aparcamiento.

— ¿Vienes a casa? Tengo que comentarte algo de NBK, y ahora que no está Dela podemos planearlo con completa tranquilidad sin tener que preocuparnos mucho.

Un pinchazo se hizo presente en el pecho de Klebold al escuchar sus palabras, y temía que fuera el sentimiento de culpabilidad por lo que iba a hacer, aunque era más bien el saber que iba a dañar a la chica.

El trayecto hacia casa del más bajo fue callado y tan solo se podía escuchar la música que se reproducía, era el CD con las canciones favoritas de Adelais, y aunque esa canción no le gustaba a ninguno de ellos, no querían cambiarla.

— Entre el buen gusto musical de Dela y graba esta mierda.

Eric rompió el silencio soltando ese comentario, haciendo que el que conducía soltara una carcajada.

— Es de la banda sonora de su película favorita.

My Heart Will Go On de Celine Dion se escuchaba en el interior del coche.

— ¿Titanic es su película favorita? Que ñoña es esta tía.

— Me la hizo ver cuándo se compró el DVD, no es tan mala.

— Es de esperar que le gustes, eres igual que el protagonista. - Dylan observó de reojo a su amigo por unos segundos, alzó una de sus cejas. - Físicamente ni en el blanco de los ojos, pero personalmente, igual de enamoradizo, vamos, se te cae la baba desde que la viste por primera vez por los pasillos.

— Gilipollas. - murmuró, el de cabello más largo. - ¿Y tú porque has visto Titanic?

— Calla y sigue conduciendo.

El de gafas negó con la cabeza mientras reía.

10:00 p.m.

Ambos adolescentes se encontraban jugando al Doom en el sótano de Harris, como era de costumbre para ellos antes de tener más vida social de lo previsto y por lo menos tenían un par de semanas para poder descansar de eso antes del regreso a clases.

— ¿Sabes? En noviembre organizan una feria.

— Tienes toda mi atención, Reb. - hablo el ojiazul mientras seguía jugando

— De armas, es nuestra oportunidad de conseguirlas.

— ¿Y cómo pretendes hacerlo? Te recuerdo que no tenemos dieciocho.

Eric dejó de jugar y giró su cuerpo para sentarse cara al contrario, Dylan imitó el gesto, el rapado le hizo un gesto con la mano indicando que pensara, y la mente del de gafas se iluminó.

— Robyn.

El castaño chasqueó la lengua y sonrió ampliamente.

— Bingo, eres todo un genio.

— ¿Crees que Anderson las va a comprar por nosotros sin hacer ninguna pregunta, Einstein?

— Ahí es donde entras tú, es más que obvio que se muere por ti.

— Pero..

— Todo depende de ti, voDKa.

El pensar que con eso podía perder toda la confianza y cariño que se había ganado de la menor de los Bellerose era algo que le inquietaba, pero era necesario si querían seguir con el plan.

2:45 a.m.

Dylan abrió sigilosamente la puerta principal de su casa, intentando hacer el mínimo ruido posible.

— ¿Dónde estabas? - Byron, su hermano mayor encendió la luz del pasillo, observando al menor de los dos.

— Con Eric.

— Mamá estaba preocupada, ni siquiera has llamado para avisar.

— Se me ha pasado. - el de ojos azules puso estos en blanco mientras que se quitaba los zapatos para no hacer ruido al subir por las escaleras.

— Sabes bien lo que opinamos papá y yo de tu amigo, Dylan, no..

El menor de los dos hermanos le cortó la frase, harto y cansado, quería irse a dormir.

— Cállate.

Y sin decir más subió escaleras arriba, acostándose en la cama una vez se puso el pijama.

Su padre y hermano pensaban que Eric no era una buena influencia para él, ya que las veces que había sucedido algo en lo que él estaba implicado, Harris también lo estaba, y eso a veces se le complicaba.

''Mi amor por ti será eterno. ''

17/05/99
Dylan's Diary.

CAN'T REMEMBER TO FORGET YOU | d.kDonde viven las historias. Descúbrelo ahora