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Kiara

Ni siquiera me da un beso o dice adiós, simplemente se va, dejándome sola otra vez. Me acerco a la ventana con cautela. Esa maldita ventana va camino de convertirse en una pesadilla. Para mi suerte desde mi ventana solo se ven árboles y alguien sentado en un bordillo. No tengo que mirar mucho para saber que es Aiden. Noto su preocupación. Al principio eso me pilla desprevenida, pero pueden ser los efectos de la conexión que tuvimos. Quiero abrir la ventana y llamarle, pero me contengo. Al igual que yo, el necesita su espacio y tiempo para sus pensamientos, especialmente después de haberle contado lo sucedido aquella noche. Miro al cielo, no hay luna, solo estrellas que brillan sobre un fondo casi negro. Mi mirada baja donde se encuentra Aiden. Antes de verle, el miedo vuelve a apoderarse sobre mí. No veo a la bestia, pero sé que está cerca. Por el rabillo del ojo veo movimiento. Miro en dirección a Aiden, pero lo único que logro ver es a un lobo gris alejándose.

- Aiden- intento llega a él, pero no me escucha y le pierdo de vista.

Con el corazón latiéndome más fuerte que nunca, busco en la bolsa de deporte que tengo debajo de la cama, unos zapatos. Encuentro unos botines que me pongo en un tiempo récord, y procedo a buscar una cazadora. Cuando la encuentro alguien entra a mi habitación.

- ¿Kiara? - es Emma- ¿Qué haces? - pregunta encendiendo la luz de la habitación.

- Aiden está en peligro- es lo único que digo.

- Vale, vamos.

Por la hora que es, el hospital está tranquilo. Bajamos las escaleras sin ser vistas y salimos. El frío me golpea, pero intento no hacerle caso. Nos alejamos un poco a pie y luego mi amiga se transforma.

- Sube.

Emma corre a una velocidad vertiginosa por el bosque en el que nos encontramos. Está siguiendo el rastro que Aiden ha dejado. Minutos más tarde, a lo lejos veo a otro lobo. Aprieto más los puños en el pelaje de mi amiga más por miedo que por caerme.

- Es Logan- me tranquiliza.

La búsqueda de Aiden se hace eterna y para empeorar las cosas no le encontramos. Logan le dice a Emma que me lleve de vuelta al hospital y es lo que hace. Cuando estamos cerca del recinto, Emma se transforma en humana.

- Lo va a encontrar, no te preocupes- me estrecha entre sus brazos. Cuando lo hace noto como las lágrimas caen por mis mejillas- Tranquila- dice mientras su mano sube y baja por mi espalda.

- Hay algo que tengo que contarte- digo con voz temblorosa.

- Vamos dentro.

- ¿Señoritas? – ambas nos congelamos al oír una voz.

Al salir del hospital fuimos cuidadosas, pero al volver no tanto.

- ¿Se puede saber por qué estabais fuera del edificio? – pregunta el guardia.

- Mi amiga lleva ya unos días aquí y se sentía como en una jaula, por eso decidimos salir a respirar un poco de aire fresco- se apresura a decir Emma. Suerte que ella die algo porque yo no tengo ni idea de lo que hubiera dicho en su lugar. El guardia nos mira y suspira.

- Tampoco son horas de visita.

- La dejo en la habitación y me voy a casa- sus palabras me convencen hasta a mi.

El señor asiente y nos encaminamos a la que ha sido mi habitación los últimos días desde que me he despertado del estado en el que me encontraba. Para los médicos en coma, para la especie de Aiden, debatiéndome entre la vida y la muerte.

El vínculo-EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora