10

190 14 0
                                    

Aiden

La idea de acompañar a Kiara me pareció genial. Aunque sé que nuestra relación no es la mejor del mundo, quiero acercarme a ella. Caminamos en silencio, uno que ninguno de los dos parece estar dispuesto a romper. Antes de llegar a la pequeña franja en la que no hay casas al otro lado de la calle, siento como si alguien nos está observando. Un escalofrío recorre todo mi cuerpo poniéndome alerta. Kiara parece no darse cuenta y me alegro por ello. Seguimos caminando cuando escucho un crujido y noto que Kiara se ha parado en seco. Instintivamente me pongo delante de ella para protegerla de lo que pueda pasar. Se está moviendo con una lentitud que me pone nervioso, cuando lo veo. Ella también lo ha visto porque se agarra a mi brazo y empieza a temblar, solo espero que no haya visto de lo que realmente se trata. Me giro para mirarla y veo que tiene miedo. Vuelvo con la mirada hacia la casa abandonada, pero ahí ya no hay nada. Miro otra vez a Kiara y hago un intento fallido de sonrisa tranquilizadora, pero para mi sorpresa, Kiara parece relajarse un poco cosa que yo también hago.

Lo de las huellas de la casa de los Lynwood y lo que acaba de pasar ahora no tiene demasiado sentido. Estoy acostumbrado a lidiar con los míos, pero lo que vi en esa casa no es algo conocido para mí. Tengo conciencia de que no todos nos regimos por las mismas reglas, pero nunca antes había sentido algo así, no solo era miedo porque le pasara algo a Kiara, hasta yo me sentí intimidado por lo que sea que fuera eso.

Seguimos andando y me relajo más cuando las casas empiezan a aparecer, ella hace lo mismo.

- ¿Qué era eso?

- No tengo ni idea- miento cuando digo que no sé qué era eso, porque lo sé perfectamente, por suerte ella no pregunta más- Estás conmigo, no dejaré que te pase nada.

Y en ese momento la cago. No tendría que haber dicho esas palabras. Sé lo que siento por ella, pero no puedo asegurar que ella sienta lo mismo por mí, digo lo primero que se me viene a la cabeza.

- Si algo te llega a pasar, mi madre me lo recordaría durante décadas, prefiero no arriesgarme.

Muy bien Aiden, la acabas de joder. Kiara se suelta de mi brazo y empieza a andar más rápido.

Llegamos a su casa y ella se para en el porche delante de la puerta.

- Ya puedes irte, sé cómo entrar en mi casa.

Me mira y veo que está enfadada. Su tono enfadado hace que mi corazón lata un poco más fuerte que de costumbre. Quiero creer que ese enfado es porque siente algo por mí, pero no estoy del todo convencido de ello. Podría arriesgarme y decirle lo que siento, de todas formas esos sentimientos no cambiarían. ¡Joder! ¿Por qué esto tiene que ser tan difícil?

- ¿Estás segura?

- ¿Crees que no se cuidar de mi misma?- está a la defensiva.

Me acerco más a ella, pero ella retrocede hasta que su espalda choca con la pared. Doy dos pasos más hacia ella. No estoy muy cerca, pero aun así siento lo rápido que late su corazón, me alegra que eso pase.

- No he dicho eso- mi voz suena bajo.

Miro como traga saliva, como su pecho sube y baja a pesar de llevar una cazadora de ante, me permito mirarla un rato de cerca cuando veo que no tiene intención de escabullirse. Recuerdo que cada vez que la veía con esas trenzas sonreía porque le quedaban genial, error, le quedan genial. Su cara es redonda y su piel es clara, tengo que contenerme para no tocarla, pero no creo que pueda aguantar mucho. Miro sus ojos, ese azul tan increíble que me tiene hipnotizado desde el día en el que me fijé en ellos por primera vez.

El vínculo-EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora