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Kiara

Es curioso como todo en lo que creemos puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos. Todo en lo que creemos nos define de alguna manera tenemos, y cuando eso cambia, nosotros también cambiamos, especialmente en nuestra forma de pensar, nuestra mente se abre a diferentes posibilidades y eso hace que veamos las cosas de una forma distinta a la de los demás. Hace unos días estaba convencida de que todo lo que se cuenta en las películas, en las paranormales para ser más exactas, era mentira, pero ahora sé que al menos los hombres lobo son reales. Sonrío ante mis propios pensamientos.

- Buenos días pillina- me saluda Emma.

- ¿Pillina? ¿A qué viene eso?

- No sé, ¿tal vez porque cierta persona a la que dices odiar ha pasado la noche contigo?

- ¿Cómo?- digo antes de darme cuenta de que habla de Aiden, Emma se me adelanta.

- ¿Derek Hunter te dice algo?- nada más escuchar su nombre siento como el calor se instala en mis mejillas.

- No sé de qué me hablas- digo sonriendo porque sé que ella lo sabe.

- Ambas sabemos que sabes de lo que te estoy hablando, así que desembucha, lo quiero todo con lujo de detalles.

- ¿Y si no lo hago?

- No puedo amenazarte con comerte porque no me va eso de comer humanos, pero algo se me ocurrirá- dice con tono malicioso.

- Bien, pero ahora no, que tenemos clase.

En la hora de la comida no nos sentamos en nuestra mesa de siempre, lo hacemos en una de las mesas más alejadas. Le cuento a Emma todo lo pasado la noche del viernes al sábado. En algunos momentos mi amiga suelta pequeños chillidos a los que procuro no hacer caso. Una vez finalizado mi relato miro a Emma que está devorando su manzana. Levanta su mano para que espere a que termine de masticar y trague.

- ¿Cuando vas a admitir que te gusta?

Suspiro. Emma tiene razón, no tiene sentido que siga ocultando que siento algo hacia Aiden, al menos a ella se lo puedo decir.

- Para qué negarlo...

Emma abre los ojos como platos y éstos parecen estar a punto de salirse de sus cuencas por el tamaño que parecen haber adquirido. También puedo ver un ligero movimiento en el iris, como cuando Aiden me mira, pero éste es menos perceptible.

- Ya lo sabías, no sé a qué viene tu asombro.

- Sabía que sientes algo hacia él, pero ahora que los has dicho parece más real- sonríe.

- ¿Te puedo hacer una pregunta?

- Sí, claro.

- ¿Por qué vuestros ojos adquieren movimiento en ciertas ocasiones cuando sois humanos?

Emma para de masticar, sus ojos vuelven a abrirse mucho y me mira como si tratara de procesar lo que acabo de decir.

- ¿Como sabes lo de los ojos?- pregunta sorprendida.

Recuerdo que Aiden me dijo que los humanos no pueden ver su verdadero color de ojos, por lo que deduzco que lo del movimiento del iris es igual.

- Aiden se hace la misma pregunta y yo también.

- Así que te ha contado que solo lo percibimos los que cambiamos de forma- asiento- No entiendo cómo puedes verlo.

- Yo tampoco, desde que te conocí veo tus ojos como realmente son, con Logan pasa lo mismo y con algunos de los alumnos del instituto, también con otras personas del pueblo.

El vínculo-EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora