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Kiara

- ¡Lynwood!- alguien grita mi nombre.

Cierro mi taquilla y veo que Daniel, unos de los compañeros de equipo de Logan corre hacia mí.

- Daniel, ¿qué tal?

- Bien, ¿te ha dicho Emma lo de este viernes?

Este viernes, este viernes...- pienso.

- No, ¿qué pasa el viernes?

- Hay una fiesta en el granero del final del pueblo, ¿vendrás?

Estamos a miércoles y hasta ahora no tenía ningún plan para el viernes por la noche, así que acepto.

- Claro que iré.

- Genial, bueno me voy que tengo entrenamiento.

Vuelvo a abrir la taquilla, dejo los libros que tengo en mis manos, saco la manzana que tengo guardada y le doy un mordisco.

- ¿Ese era Daniel?- pregunta Emma.

Asiento con la cabeza.

- ¿Qué quería?- pregunta y yo levanto la mano para que espere a que trague- ¿Un mordisquito?- acerco la manzana a su boca y ella muerde.

-¡Ey! Iba a ser un mordisquito no media manzana- me quejo a lo que ella me saca la lengua- ¿Sabías lo de la fiesta del granero?

- Si, venía a decírtelo, Logan me lo dijo hace unos minutos, también me dijo que fuera al entrenamiento, ¿me acompañas?

- Claro, vamos.

Primero fuimos a dejar las cosas de Emma en su taquilla y luego nos dirigimos a la pista de hielo. Entramos y subimos a las gradas sentándonos en segunda fila. Los chicos todavía no han salido, así que Emma y yo empezamos a leer los libros que ambas traíamos. SÍ, me encanta leer, es mi pasatiempo favorito, lo prefiero a cualquier otra cosa y gracias a mi Emma también es una lectora sin remedio. Antes de que termine de leer la primera página escucho gritos de los chicos.

- Siempre entran así- Em menea la cabeza.

El último en salir es Logan, que cuando nos ve nos saluda con la mano. El patinaje sobre hielo siempre me ha llamado la atención, no es que me quisiera ser patinadora profesional, pero me gustaría ponerme los patines y saber lo que se siente al patinar. Los fines de semana que los chicos no tienen entrenamiento o partido, la pista está abierta al público. Me giro para mirar a Emma.

- ¿Este sábado hay partido?

- Si, pero no juegan en casa, ¿por?

- Me gustaría venir a patinar algún día.

Emma me mira sorprendida.

- ¿Tú con patines?- me encojo de hombros- Decías que no te gustaban.

- Me dan miedo, bueno caerme y esas cosas.

- Para aprender hay que caerse- asiento- Esta semana no, pero si quieres la próxima. Le dije a Logan que iría a su partido.

- No te preocupes, cuando ambas podamos, iremos- le sonrío.

No tengo ni la menor idea de lo que hacen los chicos sobre la pista. No soy una chica a la que le gusten los deportes, eso incluye verlos. No he ido nunca a un partido de los chicos, y habré venido unas tres veces a verles entrenar, así que mis conocimientos sobre el tema son muy escasos.

- ¿Me explicas un poco esto?

- Como puedes ver, son solo seis jugadores por equipo, un portero y cinco jugadores- eso lo sé- Son un portero, un centro, dos defensas y dos extremos. Los "palos" se llaman stick y lo negro es el disco. Como en fútbol, los jugadores deben meter el disco en la portería contraria. Un partido se juega en tres tiempos de veinte minutos cada uno.

- He escuchado que es un deporte de alto contacto, pero no lo parece.

Emma se ríe.

- Ahora están entrenando, así que no demuestran su fuerza, no nos conviene que en los entrenamientos se lesione alguno de los jugadores- justo cuando termina de decir eso uno de los jugadores acaba estampado contra una de las barreras, me levanto al verlo, pero el chico se pone en pie en menos que canta un gallo- Eso no ha sido nada, por eso llevan protección, el casco y esas cosas.

Levanto una ceja.

- Creí que eras una experta en el tema.

- Ha, ha. Me gusta verlo, pero no soy una experta.

Emma me comenta alguna que otra cosa más sobre el hockey mientras vemos el entrenamiento. Al acabar, los chicos se van a los vestuarios y nosotras salimos y les esperamos fuera.

- ¿En qué piensas?- me pregunta Emma.

- Tonterías.

- No lo creo.

- Hace unos días vi huellas cerca de casa, bueno primero las vio Grace. Parecían de lobo, pero eran más mucho más grandes- no sé si debería mencionarle lo que vi esa misma noche, al fin y al cabo puede haber sido mi imaginación, aun así se lo cuento- Esa misma noche, vi algo detrás de la verja de nuestra casa, pero ahora que lo pienso puede haber sido mi imaginación.

- ¿Qué viste?- por su tono de voz parece ansiosa por saberlo.

- Pues no sé lo que era, pero era grande, negro y con los ojos rojos- lo que digo a continuación, ni yo misma me creo- Era un lobo, pero nada en él era normal.

- Y no pasó nada más aparte de eso, ¿no?

- Se giró y cuando me vio, empezó a acercarse a la verja, sinceramente tuve miedo, creí que iba a saltarla y aun así no era capaz de moverme. Por suerte, cuando estaba pegado a la verja se escuchó un aullido y el animal desapareció de mi vista.

- ¿Por qué no me lo has contado antes?- parece molesta, suspira y me mira- Debiste habérmelo contado, ¿tu padre lo sabe?- niego- Debería.

Antes de que pueda contestarle, las puertas de la pista se abren y los chicos empiezan a salir.

Volvemos a casa sin tocar el tema, lo raro es que Emma y Logan me acompañan hasta dejarme en la puerta de mi casa. Vale, esto es raro.

El vínculo-EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora