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Aiden

No sé muy bien qué hora es. Intento darme la vuelta para poder verlo en el móvil pero algo me lo impide. Mi mirada cae sobre el cuerpo de Kiara que está casi sobre el mío. Su cabeza descansa sobre mi hombro, su mano está sobre mi pecho y su pierna se encuentra sobre las mías. En esta posición no puedo ver su rostro y la idea no me gusta demasiado, me gustaría verla ahora mismo. Con la misma mano sobre la que está tumbada, le acaricio el pelo. Haciendo ese gesto tan simple logro descansar y una sensación de paz completa me invade. No es que antes no tuviera este tipo de paz, pero ahora que estoy aquí, tumbado al lado de la chica de la que me enamoré hace unos años, me siento feliz, y esa felicidad da paso a la paz interior. Teniéndola tumbada junto a mi sé que no la va a pasar nada, daré mi vida si hace falta por protegerla. Desearía no haber sido tan cobarde en cuanto a mis sentimientos y haberle dicho lo que sentía antes, pero no puedo volver atrás en el tiempo y cambiarlo, solo me queda vivir el presente y crear el mejor futuro con ella. Kiara se mueve un poco y abre sus ojos.

- Hola- saludo.

- Hum- es el único sonido que emite.

Vuelve a cerrar los ojos y se da la vuelta quedando tumbada boca abajo. Me giro y enciendo el móvil. Son las cinco y media de la mañana. Vuelvo a dejar el móvil sobre la mesita de noche y la miro. Está dormida. Me levanto y me pongo la sudadera. Será me vaya antes de que alguien se despierte, entre en la habitación y nos vea juntos en la cama. Antes de salir voy al baño y me lavo la cara con agua fría. Salgo y me dirijo hacia la cama. Me agacho y le doy un beso de despedida en la frente. Giro sobre mis talones y no doy ni tres pasos cuando Kiara habla.

- No te vayas- dice con voz somnolienta.

- Tendremos un problema si me quedo, no me gustaría que tu padre me encontrara en tu cama. Podría malpensarlo todo.

- Vale- estoy por irme cuando añade- ¿Un beso de despedida?

Vuelvo a acercarme, le doy otro beso en la frente y salgo por el balcón. Llego a casa y me voy directo a mi cuarto. Necesito dormir algo más, aunque no será tan agradable como las horas anteriores, pero al menos me queda la satisfacción de haber dormido al lado de Kiara.

Llevamos ya tres semanas sin asesinatos y estoy más tranquilo. Las cosas también van viento en popa con Kiara. No hemos hecho nada oficial ni tampoco tenemos prisa con ello, vamos poco a poco y sinceramente eso me gusta. Los únicos que lo saben a ciencia cierta son Emma y Logan, y he de decir que ambos mantienen la boca cerrada con el tema, cosa que no me esperaba de Logan. Lo único que me tiene en vilo es el profesor Martin. Durante estas tres semanas le he estado observando y en muchas ocasiones me lo he encontrado mirando a Kiara, y me molesta mucho. Tengo que controlarme mucho para no cabrearme más de la cuenta y decirle algunas cosas al profesor. La mira como si sintiera algo por ella y la simple idea me da nauseas. No me gusta la forma en la que la mira. Lo mejor será que le vigile pero sin obsesionarme con ello.

Entro en la cafetería y miro en dirección a la mesa en la que siempre nos sentamos a la hora de la comida. Mis amigos están hablando animadamente de algo y Kiara ríe ante alguna tontería que uno de los jugadores ha dicho. Con la comida en mi bandeja me dirijo a la mesa en la que están mis amigos.

- Y entonces el idiota se me acercó y quiso darme un puñetazo en la cara, pero fui más rápido y me hice a un lado. Su puño impactó contra un tipo que era un barril de esteroides andante. El armario le empujó y cuando se estampó contra la pared una de las cabezas de ciervo que colgaban de la pared le cayó en la cabeza. Fue épico.

La risa de Kiara suena como una melodía tranquilizadora en mis oídos. Me siento a su lado. Ella se gira y veo en sus ojos que está contenta.

­ - Hola peluche.

El vínculo-EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora