Capítulo 11: Entendiéndote

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Mientras los días de verano seguían transcurriendo, cada vez más cálidos por la mañana e insoportablemente fríos por la noche, yo me empezaba a dar cuenta de lo raro que estaba actuando Ethan. Desde el día de nuestro cumpleaños habíamos quedado un par de veces y siempre se había comportado extraño, como si algo le preocupara, también me resultaba rara la forma en que vestía, llevaba camisetas de manga larga y pantalones hasta los tobillos aunque estuviéramos a casi 40 grados en la sombra.

— Eth, ¿No tienes calor?— Logré preguntarle uno de esos días

— ¿Eh? No, estoy bien, ¿Por qué lo dices?— Se limitó a contestarme con un tono despreocupado.

— Estamos a 36 grados y llevas puesta una manga larga.— Al fijarme en sus ojos pude ver ojeras, definitivamente no había dormido la noche de antes.

— Nah, estoy perfectamente como estoy, por cierto, ¿Me vas a acompañar al concierto?— "¿Por qué cambias de tema?"

— Claro, ¿Pero para eso todavía falta un mes, verdad?

— Oh, si, es que estoy muy emocionado por ir.

— Me alegra de que te gustara tu regalo.

— ¿Gustarme? Ash, es el segundo mejor regalo que he recibido en mi vida.— Su voz sonaba tan emocionada que no pude evitar sentir ternura.

— ¿Segundo? ¿Y cuál es el primero si es que se puede saber?— Pregunté con voz burlona.

— Tú.— Esa palabra resonó en mi cerebro y me dejó de piedra.— Fuiste el mejor regalo que la vida me pudo hacer, me alegro de que seas mi amigo.— Y de la nada, la felicidad que entró al escuchar aquella primera palabra, desapareció al escuchar la última.

Cada vez me dolía más escuchar aquello salir de su boca, cuando era más pequeño me sentía feliz de que me considerara su amigo, me sentía eufórico al saber que era su mejor amigo, pero ahora que había pasado el tiempo y me había dado cuenta de cómo realmente me sentía por él, aquella palabra lo único que hacía era romperme un poco más cada vez que salía de su boca. Sin embargo, qué esperaba que dijera. No podía confesarle que lo amaba, que me gustaba como algo más que amigos y todo era por ser un cobarde.

— ¿Estás bien?— Me pregunto, despertándome así de mi pozo de pensamientos y emociones negativas.

— Perfectamente, se está haciendo un poco tarde, deberíamos volver a mí casa, si no mi madre hará que cabemos nuestras propias tumbas.

— No creo, Jane es demasiado buena como para hacer eso.

— No la has visto enfadada.— Nos reímos los dos mientras nos levantamos del banco en el que estábamos charlando, sin embargo la risa paró.

— Ash, de hecho.— Ethan se detuvo a media frase, como si estuviera pensando si terminarla o no.— Yo, tengo que volver a mí casa.— Su expresión cambió a una sonrisa triste.— Me alegra que hayamos quedado hoy, nos vemos pronto.

— Espera.— Lo agarré del brazo antes de que se fuera caminando en dirección opuesta a la mia.— Ethan, ¿Estás bien? Últimamente has estado un poco raro y además tienes cara de no haber dormido en días.

— Todo está bien Ash, gracias por preocuparte por mí.— Aflojé mi agarré y él se zafó de mi mano.

— Sabes que siempre estoy aquí si necesitas algo, sino siempre está mi madre, los dos estamos a una llamada de ir a tu casa y pegarle una patada en el culo a quien haga falta.— Conseguí sacarle una risa tonta.

— Lo sé, y me alegra saber que cuento con vosotros, todo está bien, enserio. Que tengas una buena noche Ash.

— Buenas noches Eth.

Nos despedimos con la mano y tomé rumbo a mi casa, me pregunté durante todo el camino por qué Ethan no había huido de su casa, "Como es que puede vivir con un padre así", aunque yo tampoco es que supiera demasiado sobre cómo un padre debía de actuar, en mi casa siempre habíamos sido yo y mi madre, y aunque sí que había llegado a conocer a mi padre porque él murió cuando yo era muy pequeño, ya apenas lo recordaba. Sin embargo, al contrario que Ethan, siempre había tenido a mi madre la cual me enseñó que ningún padre debería de tratar a su hijo de esa forma y mucho menos pegarle cómo aquel condenado le hacía a Ethan. "Si yo fuera él, habría huido de allí hace años" pensé, no entendía la complicación del asunto en aquel entonces, porque a pesar de que hubiera visto lo que él le hacia a Ethan no lo había visto todo, fui un estúpido al pensar que Ethan tenía voz y voto en aquella casa y que podía decidir si marcharse o no en cualquier momento.

Al fin llegue a casa, después de mucho caminar y pensar. Recuerdo contarle de pura rabia a mi madre todo aquello, me molestaba demasiado, obviamente no estaba molesto con Ethan, él no tenía la culpa de tener un padre tan capullo como el suyo.

— Ash, querido, irse de casa no es tan facil como parece y mucho menos en la situación en la que él se encuentra.— Me trató de explicar mi madre.

— No entiendo que es tan complicado.

— Digámoslo así, vas caminando por la calle y te encuentras a un gato callejero, empiezas a cuidarlo y pasa el tiempo, entonces una vez crece, el gato se vuelve más agresivo y empieza a mostrarse violento contigo, sin motivo aparente ¿Como te sentirías si ese gato, el cual antes te trataba bien, ahora te empezase a arañar y te hiciera daño?

— Me sentiría mal.— En cuanto dije esas palabras mi cerebro hizo clic.

— ¿Podrías abandonar al gato o te aferrarías a las esperanzas de que volviera a tratarte bien algún día, que volviera a ser el que antes solía ser?

— Ahora lo entiendo.— Murmuré.

"¿Así es como realmente se siente Ethan?" Me pregunté mientras me sentaba en mi silla y empezaba a comer mi cena con el ruido de una película de fondo. No tardamos mucho en terminar de comer y en cuanto limpié los platos, subí a mi habitación para distraerme un poco tocando algún que otro acorde en la guitarra sin conectarla al amplificado. Sin siquiera darme cuenta ya se había hecho tarde, incluso mi madre se había acostado ya. Cerré la puerta de mi habitación con un bostezo, listo para dormir cuando mi teléfono empezó a sonar, ¿Quién llamaba a esas horas de la noche? Lo agarré y sin mirar la pantalla contesté.

— ¿Dígame?

— Ash.— Escuché la voz débil de Ethan desde el otro lado del teléfono.

— Ethan, ¿Va todo bien?— Al otro lado del teléfono podía escuchar su respiración agitada.

— ¿Puedo...— Tomó un poco de aire antes de seguir hablando.— ...puedo ir a tu casa?

— ¿A estas horas? Ethan, ¿Ha pasado algo?

Overcome Ourselves (Finalizado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora